Aseguran que “no hubo negligencia” en el descarrilamiento de La Trochita

ESQUEL (AEB). “No hubo negligencia ni falta de mantenimiento, se trató de un accidente” expresó ayer el coordinador de La Trochita, Américo Austin, en relación al descarrilamiento del sábado. El Viejo Expreso Patagónico descarriló el sábado con 150 turistas a bordo, a causa de las ráfagas de viento, mientras retornaba a Esquel desde la colonia mapuche Nahuelpán. “Solo hubo heridos leves, alguna contusión. Pero nada grave. No fue una tragedia porque estuvo la mano de Dios”, reconoció ayer Américo Austin. Según el funcionario chubutense, “les explicamos a los pasajeros y lo entendieron. No hubo negligencia ni falta de mantenimiento, se trató de un accidente. El viento soplaba a más de 120 kilómetros por hora”, agregó e indicó que varias de las pertenencias de los viajeros han sido recuperadas y pagados sus primeros gastos médicos. En coincidencia, adelantó que trasladarán otra formación desde El Maitén para reemplazar el servicio turístico. En tanto, expertos planifican el rescate del material rodante que quedó al borde un talud de 27 metros. Austin señaló que la premisa “es salvar los vagones y la locomotora”. Para ello, ayer viajaron desde el parque industrial de Trelew especialistas en montajes de grandes maquinarias. “Hay que armar una estrategia para terminar de rescatar la formación con el menor daño posible. Lo más complicado es sacar la locomotora, ya que si se comete un error, se termina de caer. Son trabajos que demandarán varios días”, aseguró el coordinador a Radio 3. De igual modo, con ironía subrayó que “tendremos en cuenta si hay viento para sacar nuevamente un tren a las vías”. El sábado, dentro de la programación especial de Semana Santa, el convoy cumplió sin mayores problemas el derrotero de unos 25 kilómetros hasta la estación Nahuelpán, donde los visitantes pueden descender, comprar artesanías y conocer las características del único ramal de trocha angosta de 75 centímetros que queda en funcionamiento en el mundo. En el retorno, a las 12.15, a la altura de la denominada “curva del huevo”, donde la formación quedó expuesta al fuerte ventarrón y sobre un altísimo terraplén, se produjo la salida de los rieles de la máquina Baldwin y de ocho de los nueves vagones llenos de pasajeros. El que la mayoría de los pasajeros estuviesen agolpados sobre un sólo lado para sacar fotos, habría aportado un factor más de desestabilización. “Gracias a Dios no le pasó nada a los chicos, escuchaba gritos, nos ayudamos entre todos, logramos abrir una puerta para que puedan salir los menores, fue una desgracia con suerte”, dijo Oscar, un neuquino que también se vio sorprendido. A su turno, Alejandro Talarico, un esquelense que curiosamente viajaba por primera vez en la Trochita y se ofreció como rescatista, detalló que “el accidente fue lento, la máquina fue la primera en volcar, salimos por las ventanillas del vagón, fue una experiencia terrible”. Por su lado, el maquinista Carlos Agüero fue despedido por la locomotora y salvó su vida de milagro. “La máquina venía prendida y cargada de combustible, también las salamandras, no hubo incendios de milagro, solo un principio en uno de los vagones”, valoró.


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