Bariloche recordó la guerra de Malvinas

Vigilia, izamiento de la bandera y desfile para recordar el 37 aniversario de la Guerra de Malvinas. Participó la madre del soldado Olavarría.

Teodora Mariqueo, la madre de Víctor Olavarría, participó de los actos. Foto: Chino Leiva

Teodora Mariqueo, la madre de Víctor Olavarría, participó de los actos. Foto: Chino Leiva

Un año más, los excombatientes de Malvinas pasaron la noche en el Centro Cívico para recordar otro aniversario de la guerra. La vigilia se realiza desde hace unos 20 años y culmina cada 2 de abril con el izamiento de la bandera y el desfile por la costanera.

Teodora Mariqueo, la madre del soldado Víctor Olavarría, también se sumó a los actos. El Equipo de Antropología Forense confirmó en enero del 2018 que Olavarría y Oscar Labalta fueron identificados entre las 123 tumbas que estaban en el cementerio de Darwin en Malvinas.

Teodora Mariqueo, en la ofrenda floral. Foto: Chino Leiva

“Cada 2 de abril es difícil porque los recuerdos están como siempre. Pero para mi fue un alivio que lo encontraran. Ahora, por lo menos se que está en la fosa 7 en Malvinas. Y tengo su identificación”, aseguró la mujer que lo crió desde los 3 meses y asegura que aun guarda sus boletines escolares y dibujos.

Tres años antes de la identificación del cuerpo, el equipo había tomado muestras de ADN a la familia. Una mañana se presentaron en la casa de Bariloche y dieron la noticia que la familia esperaba desde hacía tanto tiempo.

“Tanto tiempo sin saber a dónde estaba. La noticia significó una mezcla de alivio y tristeza, una mezcla de sentimientos. Me preguntaron si quería dejarlo o traerlo pero él fue a pelear por las islas y sacarlo iba a ser un error. Por lo menos, ahora ya se que cuando mi salud mejore, podré ir a verlo”, agregó.

Una vez más, Luis Jaramillo quiso ser parte de los actos de conmemoración. Pertenecía a la Marina Mercante y desembarcó en las islas el 26 de abril de 1982.

“La vigilia sirve para recordar, compartir y especialmente homenajear a los caídos en Malvinas. Es algo que nos viene bien: una caricia al alma. Cada vez más gente nos acompaña y no nos sentimos tan solos”, remarcó.


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