Boudet y sus sueños lungos

El alero que se formó en Independiente buscará su gran chance en Boca. “Me adapté muy bien”, dijo.

Christian Boudet es un pibe de 16 años que nació en Neuquén el 1 de marzo de 1997, y hoy vive en Buenos Aires donde defiende los colores de Boca y cursa el cuarto año de la escuela secundaria. La historia cuenta que antes de cumplir cuatro años ya jugaba al básquet. Acompañaba a su papá a llevar a su hermano al club Independiente y aprovechaba para hacer sus primeros tiros al aro. La escena se repetía a diario y el nene cada vez jugaba mejor y tenía mayor efectividad. A diferencia de la gran mayoría de las personas que jugaron al básquet desde pequeños, a Boudet nunca le quedó grande la camiseta ni el pantalón. Más bien, “apretadito”. Es que siempre fue el lungo del grupo. “Ahora mido 1,93 metros y siempre fui de los más altos del equipo. Es de familia, porque mi papá y mi mamá son grandotes”, aseguró el alero que la rompió defendiendo la camiseta neuquina en el último Nacional de 3×3, certamen en el que el Verde se quedó con el tricampeonato, en la misma Caldera donde él empezó con sus primeros lanzamientos. Su trayectoria con los colores del Rojo neuquino fue intensa y corta, jugó siempre de titular en su categoría y en las superiores, pero tras ser convocado a la selección, los entrenadores le pidieron que cambie de aire, que se vaya a la ciudad donde dicen que atiende Dios, para tener más competencia. Boca fue su destino y allí peleará por un lugar en el plantel superior, que afrontará la próxima Liga Nacional de básquet. Ese llamado para jugar con la camiseta celeste y blanca llegó cuando “me vieron jugar un torneo Argentino con Neuquén y me llevaron con la selección nacional. A partir de ahí formé parte de la U13, luego de la U15 y después de la U16”, comentó el pibe que actualmente vive en una pensión del Xeneize. “Acá estoy bien, no me costó venirme y me adapté bien, rápido. Es otro ritmo de vida, obvio, pero vine a hacer lo que me gusta que es jugar al básquet”, contó Christian. Su experiencia con la Albiceleste indica que ya disputó dos sudamericanos, un Premundial y un certamen amistoso en Turquía. El alero neuquino seguirá creciendo en centímetros y también lo hará deportivamente, porque de a poco se afianzó en la primera local y ya comenzó a entrenar con el equipo que participa de la Liga Nacional de Básquet. Cumple con un paso a paso que por ahora es ideal y sabe que en cualquier momento debe dar el gran salto.


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