Cannabis medicinal: “La lucha de Joaquín dejó de ser individual y pasó a ser colectiva”

María Eugenia Sar es la abuela de Joaquín, el niño de 7 años con síndrome de Tourette. Su familia presentó un Recurso de Amparo para que la justicia obligue al Estado a proveer el aceite de cannabis con fines medicinales. Es el segundo caso con estas características. El primero fue en Salta y tuvo un fallo favorable para el usuario.

“La lucha de Joaquín dejó de ser individual y pasó a ser colectiva”, expresó María Eugenia Sar, la abuela del niño con Síndrome de Tourette que lleva adelante un tratamiento con cannabis medicinal. La familia del pequeño presentó un Recurso de Amparo para que la justicia obligue al Estado a proveer el aceite de cannabis para su tratamiento o en caso contrario, que autorice el autocultivo de diferentes cepas.

Se trata del segundo caso a nivel país; el primero surgió en Salta y la justicia falló a favor del usuario. Tanto María como su familia buscan marcar un precedente en la provincia. “Estamos pidiendo que se respete el derecho a la salud”, remarcó.

La presentación del Recurso de Amparo se realizó días atrás, en el Juzgado Federal de Viedma. La familia de Santa Antonio Oeste contó con el acompañamiento de la agrupación Cannabis Medicinal Cipolletti, y de los diputados del Frente para la Victoria, Nicolás Rochás y Javier Iud.

Para apoyar el escrito, la ONG cipoleña presentó un “Amicus Curiae” con el fin de acercar a la jueza federal, Mirta Filipuzzi, argumentos legales y científicos para que se dictamine a favor del derecho a la salud de Joaquín. En la presentación, remarcaron que el niño mejoró notablemente su calidad de vida a partir del tratamiento con aceite de cannabis.

Datos

La abuela del pequeño de siete años fue quien dio el primer paso, en el 2016. Buscó un tratamiento alternativo ya que la medicación indicada por los profesionales de la salud generaba en Joaquín “muchos efectos adversos”.
Participó de las dos jornadas que brindó la agrupación Cannabis Medicinal Cipolletti, que convocó a una gran cantidad de médicos de Argentina y el extranjero y de otros encuentros que reúnen a usuarios del cannabis con fines medicinales. La mujer explicó que la búsqueda de información fue el factor principal para el inicio de este proceso.
“Empezamos a probar nosotros (los abuelos) el aceite (…) nos costó romper el tabú de la mala prensa que tiene el cannabis que es la marihuana. Primero probamos en nosotros para ver qué efectos nos hacía, ninguno de los dos éramos usuarios del cannabis y cuando vimos que era inocuo resolvimos dárselo. Con el tiempo comprobamos que le hacía muy bien para todo lo que significa el Tourette pero además comprobamos que no es adictivo (…)”, recordó la abuela del pequeño.
María explicó que resolvieron presentar el Recurso de Amparo una vez que vieron que el tratamiento daba resultados y para dejar de hacer algo que, en nuestro país, aún es ilegal.
“Fue con el objetivo de que sea un caso que abra un camino en Río Negro. Creo que la justicia tiene que empezar a ver que este camino se va consolidando (…) si este fallo sale favorable para Joaquín sería el segundo caso que se da en Argentina. Muchos tienen que tener accesos porque hay casos más extremos que el de Joaquín y el niño de Salta. Esto dejó de ser una lucha individual, la de Joaquín, y pasó a ser colectiva”, remarcó.
Cannabis con fines medicinales; una ley que se contrapone con la realidad
La ley aprobada en marzo del 2017 no coincide con la realidad que atraviesan las personas que usan el cannabis con fines medicinales. Son muchas las familias que deciden apelar al autocultivo debido a que la legislación sancionada en el Congreso avala el uso del aceite para una sola patología: la epilepsia refractaria.
La agrupación Cannabis Medicinal Cipolletti realiza el acompañamiento de decenas de personas que buscan tener mejor calidad de vida. Así fue como el año pasado conocieron a la familia de Joaquín, un niño de siete años con síndrome de Tourette. Su caso se hizo conocido días atrás debido a que su familia presentó un Recurso para realizar el autocultivo de cannabis de manera legal. La referente cipoleña, Fernanda Canut, explicó que de tener un caso favorable, marcaría un precedente en la provincia.
En Cipolletti, durante el 2017, una familia de la ciudad acudió a la justicia para que la obra social de Gustavo, un joven con autismo y epilepsia refractaria, provea el aceite de cannabis. El fallo, emitido por el Juez Federico Corsiglia en junio del año pasado, ordenó a la obra social Osecac a suministrar el aceite sin embargo, explicó la referente, hasta el momento Gustavo no pudo acceder a este tratamiento, pese a contar con el fallo judicial.
Canut explicó que por lo general, las obras sociales no responden a los usuarios. “Está ausente por completa a esta realidad”, remarcó y agregó que muchos cuentan con el aceite porque recurren al autocultivo.
“La realidad es que mucho papás a nivel nacional estamos recurriendo al Recurso de Amparo. Porque esto no deja de provocarte miedo frente a un Estado que está ausente. Frente a esa ilegalidad nosotros nos sentimos totalmente condenados y perseguidos, esa es la realidad”, remarcó la referente de Cannabis Medicinal Cipolletti.

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