Carlos Saggio: »la angustia y los miedos se van cuando estamos con otros»

El deporte es una de las actividades que muestra virtudes y defectos; fortalezas y debilidades de la sociedad, tanto en lo individual como lo colectivo.
Sobre estos y otros tantos conceptos trabaja el neuquino Carlos Saggio, psicólogo especializado en deporte, que tiene un amplio recorrido en su materia.

El apellido Saggio está vinculado con la historia de Independiente, ya que su padre, Luis María, tuvo a su cargo la construcción de La Caldera. Su paso por las inferiores en el básquet del Rojo su origen lo hacen conocedor de la zona. Al mismo tiempo, se desempeña como psicólogo deportivo de la Selección Argentina de básquet a nivel formativo.

La pandemia obligó a un aislamiento inédito para la sociedad moderna. Una situación que expone nuestras características y nos desafía tanto en el presente como de cara al futuro.

P: ¿Cómo se ve este tiempo tan particular de aislamiento social desde la psicología deportiva? ¿Cómo lo estás viviendo vos?

R: Lo que ha producido el aislamiento social es la afectación de nuestra rutina diaria. Ya no podemos hacer aquello que solíamos hacer. Esta situación provoca en nosotros distintas reacciones que se pueden suceder en el tiempo. Algunos pueden negar la situación e intentar seguir haciendo las mismas cosas que hacían. Podemos en otro momento “bajonearnos”, estar irritables o ansiosos. Una metáfora de esta situación asociada al deporte es cuando se produce una lesión. Una lesión exige al deportista ajustar sus expectativas porque no podrá por un tiempo hacer las actividades que suele hacer.
Las preguntas que surgen en el deportista cuando tiene una lesión son ¿cuánto durará?, ¿como evolucionará? y ¿tendrá consecuencias cuando regrese? Podemos responder las mismas para ir generando la actitud correcta con la cual enfrentar esa situación. No sabemos cuánto durará el aislamiento, pero sí tenemos claro que tenemos que acostumbrarnos a vivir de otra manera por un tiempo. La situación nos exige un cambio.
La evolución será por etapas. No será una carrera de cien metros, será una maratón. Iremos resolviendo los problemas paso a paso, de a uno. Tenemos que poner foco en aquello que podemos controlar. En esta situación algunos verán solo limitaciones y otros oportunidades. Es una circunstancia que nos regala tiempo. Podemos tener un objetivo para este tramo. Aprender algo nuevo, profundizar sobre un tema, retomar relaciones, etc.
En lo personal y familiar hemos tratado de organizarnos como un equipo distribuyendo las tareas de la casa, poniéndonos objetivos y rutinas y aceptando los malos momentos anímicos con paciencia y consideración. La coyuntura nos reclama la olvidada virtud de la paciencia.

P: En cuanto a la lógica grupal de un equipo, ¿cómo puede afectar durante y luego de este periodo?

R: Para mi algo importante es no interrumpirla totalmente. Formo parte de un equipo en donde hacemos reuniones grupales vía herramientas de videollamada, en donde compartimos como estamos enfrentando la situación, analizamos aspectos a mejorar desde los táctico, desarrollamos algún tema asociado a la fortaleza mental y presentamos la rutina de preparación física que los jugadores pueden seguir desde su casa. Es un periodo de aislamiento físico pero no emocional. La angustia y los miedos se van cuando estamos con otros. Tenemos que buscar que los equipos salgan mejor de esta situación, que logren verla como una oportunidad.

P: Explicaste que esto se parece a las lesiones ¿Qué herramientas existen desde la psicología deportiva para enfrentar el tema de la ansiedad? Sobre todo teniendo en cuenta que afecta a la sociedad en su conjunto…

R: Si bien no sabemos la fecha concreta en la cual superaremos totalmente esta situación, algunas cosas ya sabemos: primero, en algún momento terminará; segundo, la salida será en etapas, viendo la evolución de la pandemia. Esas dos cosas son el mapa del territorio por el cual nos tenemos que mover.
Como el camino por el territorio irá tomando distintas formas a medida que lo vayamos transitando, la clave es enfocarse en el presente, en el hoy. Aquello que está bajo nuestro control.

En esa línea de pensamiento, tratemos de no “encuevarnos”. Respetemos una rutina de horarios, no nos quedemos en pijama todo el día. Los ritmos cotidianos nos ayudan a organizarnos mentalmente.
Definamos un serie de actividades para hacer en el dia, que incluyan también una rutina de movimientos físicos. Sentir a nuestro cuerpo moverse nos hará bien.
Finalmente, limitemos el consumo de noticias a lo necesario. No nos sirve estar todo el día expuestos a recibir información sobre la pandemia.
Si tuviésemos que reducirlo a una formula que memoricemos hablaría de POP: la primera “P” de Paciencia, la “O” para ver la situación como una Oportunidad de hacer cosas que por falta de tiempo solemos postergar, y el última “P” para focalizarnos en el presente, ir día a día.


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