La utilidad de la barrera zoofitosanitaria en Río Negro y Neuquén

Carta de Lector

Por Carta de lector

En los 90 hubo una ola de privatizaciones de empresas públicas en las que la sociedad argentina estuvo ausente, condicionada, posiblemente, por una de las tantas crisis económicas y un clima político que se imponía como única alternativa frente al “abismo”.


En medio de ese “carnaval” del que mucho tiempo después sufrimos las consecuencias, en 1992 nace la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (Funbapa), un organismo pseudo-privado que -se nos dijo- iba a dar respuesta a los requerimientos regionales del sector agropecuario referidos a problemas sanitarios y de calidad, mediante la implementación de programas técnica, política y financieramente sustentables.


La barrera nacía para prohibir el ingreso de ciertos productos, para proteger la salud y la vida de las personas, los animales y los vegetales en su territorio. Su principal objetivo era ocuparse del control de la carpocapsa, la aftosa y la Mosca del Mediterráneo o de los Frutos.


Transcurrieron 30 años y nada de eso se cumplió. Por el contrario, el ente creado solo sirvió para generar un proteccionismo encubierto político-empresarial y no sirvió para controlar nada.


Para no extenderme demasiado me referiré solo al tema de la Mosca de los Frutos. Es un insecto que no nace, ni se cría, ni se desarrolla en la Patagonia, su origen y procreación se da en lugares tropicales y en nuestro país principalmente en zonas donde se producen los cítricos, lugares de más altas temperaturas. Esto quiere decir que la famosa mosca llega a la Patagonia con algún cargamento de naranjas, pomelos o limones.


¿Quién debe controlar esos ingresos? Exacto; la barrera fitosanitaria. Si esta plaga está en Cipolletti es porque no controlaron lo que debían controlar.


Entiendo oportuna y necesaria la existencia de medidas sanitarias y fitosanitarias, pero es preciso que las reglamentaciones estén fundadas en principios científicos y, además, que no discriminen de manera arbitraria o injustificable.


Ya es el momento de evaluar el costo – beneficio de todo esto después de 30 años de existencia.

Carlos Carrascós
Productor frutícola

Cipolletti


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