Casi una Nochebuena
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Por 10 minutos, casi Nochebuena. Luego de vivir casi un año en otro país, lejos de mi familia y amigos, llega la ansiada oportunidad de una visita para llenarme de ese cariño que sólo ellos pueden dar. Tras una larga planificación, compré mis pasajes de avión por la página web de una conocida aerolínea, un mes antes de la partida, para llegar el 24 de diciembre y poder pasar una noche buena en familia. Llegado el día, con mi ropa ya empacada y los regalos de Navidad para mis sobrinos, llego al aeropuerto. Una vez allí, despacho mi valija, paso por Migraciones y me dirijo hacia mi avión; allí me entero que está atrasado una hora y algo más. Luego de 15 horas de vuelo llegamos a Brasil, la primera parada. El capitán dice que no pudo recuperar el tiempo y llegamos con 1.20 horas de atraso. Ese tiempo repercutió sobre otras conexiones para llegar a casa. Al bajar del avión corrí junto a otros argentinos hacia otro que nos debía llevar a Buenos Aires (siempre de la misma empresa) y nos informan que diez minutos antes habían cerrado la puerta de embarque. Veíamos el avión con la manga puesta, pero el personal hizo oídos sordos a nuestros pedidos, súplicas y explicaciones y nos impidió el ingreso. Doce horas pasaron para subir al próximo vuelo, llegando así a las 21 a Buenos Aires, con la noticia de que mi valija y la de las demás personas que salimos desde Israel no estaban allí. Lo último para contar es que mi vuelo hacia Neuquén fue reprogramado en Brasil para las 8:20 del 25/12. Diez minutos bastaban para que mi familia y yo pudiéramos disfrutar la Nochebuena juntos, después de casi un año sin vernos. Por esos diez minutos, sin pino, sin valija, regalos y mucho menos con el amor de mi familia paso Nochebuena en el aeropuerto.
Marcelo Emilio Cavanna
DNI 31.400.033
Marcelo Emilio Cavanna
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