Caso Sosa: solo un fragmento del cráneo y ninguna certeza

El vecino de Roca de 78 años desapareció en enero del 2019. En agosto pasado confirmaron que el hueso hallado en un basural pertenece a él. Verónica Sosa pide saber qué pasó con su abuelo.

Verónica Sosa no se resigna y sigue luchando por saber qué pasó con su abuelo Luis. Foto Juan Thomes.

“No tengo problemas en agarrar una pala y buscar los restos de mi abuelo”, expresó angustiada Verónica Sosa, nieta de Luis Sosa, el vecino de 78 años que desapareció el 10 de enero del año pasado en Roca luego de salir de su casa a las 2 de la madrugada en el barrio de las 250 Viviendas.

“Hasta que no sepa la verdad no me voy a quedar tranquila, que caiga el que caiga”, dijo con seguridad a Río Negro.
Un mes después de la desaparición un amigo de la familia encontró en un basural en el norte de la ciudad, un fragmento de hueso al costado de una calle de tierra. El hallazgo fue cerca del barrio Fiske Menuco.

El fiscal a cargo del caso, Luciano Garrido, dijo a la familia tras un estudio que realizó un médico forense, que “se trataría de una mujer de entre 22 y 35 años” y cuya fecha de deceso sería “entre más de seis años y menos de 50”. Sin embargo, a mediados de agosto de este año el Laboratorio Regional de Genética Forense de Bariloche confirmó que ese resto óseo pertenecía a Sosa.

Luis Sosa era jubilado y vivía en las 250 Viviendas.

Verónica recuerda como si fuera ayer cuando vio esa parte del cráneo en el suelo. “Cerca del mediodía mi primo me avisó que habían encontrado un cráneo. Cuando me presenté con mi mamá ya estaban mis tíos y esperamos a la policía”, contó.
La joven relató que los peritos forenses levantaron el fragmento y lo guardaron en un envoltorio.

“Nos pareció raro porque tenía un poco de pelo, investigamos por nuestro lado y nos decían que el fallecimiento podría ser reciente pero Garrido desde un primer momento nos descartó que fuera mi abuelo”, dijo.
“En esa calle de tierra pasan varios autos, a los costados hay mugre, el cráneo estaba a la vista”, señaló.
Detalló que era solo la parte posterior de la zona de la nuca.

Verónica nunca abandonó la búsqueda de su abuelo. El mes pasado Garrido le informó los resultados que enviaron desde el Laboratorio Regional de Genética Forense. “Nos llamó a mi y a mi abogada pero no nos dijo que nos preparáramos para una noticia tan fuerte”, contó.

Relató que «Garrido llegó con un expediente en su mano y lo tiró arriba de la mesa, me miró y me preguntó si me acordaba del cráneo que encontraron en febrero”. Según su relato, luego es dijo que el forense se había equivocado. “No sabía si quedarme o irme de esa oficina”, expresó indignada.

El fiscal del caso comentó que ese día en el que se convocó a la familia de la víctima, luego de tener el resultado final, fueron atendidas la abogada particular y la nieta del señor en la fiscalía.

“Como ocurre en los casos que atiende esta fiscalía, que tratamos con gente que a perdido un familiar, cuando comunicamos una noticia fatal y de estas características, lo hacemos con el tacto y el cuidado que esto siempre amerita”, explicó Garrido.

La explicación del fiscal

“Yo aclaré bien que no hice el estudio del cráneo, dije que probablemente pertenecía a una persona de sexo femenino”, señaló el fiscal a Río Negro.
Garrido dijo que ese primer informe lo realizó el Cuerpo de Investigaciones Forenses. “Se lo transmití a los familiares pero les dije que había que hacer un estudio más profundo, antropológico”, agregó.

El representante del Ministerio Público detalló que se realizaron tres análisis para determinar la identidad del fragmento óseo.
El primero se hizo en Roca y el forense dijo en ese momento que “probablemente era de una mujer por la contextura y las medidas”.
Sin embargo, luego otro antropólogo “dijo que creía que era un hombre
pero que no alcanzaba para confirmarlo porque se trataba de una sola parte del cráneo”, explicó el fiscal.

Finalmente tras el análisis del laboratorio de genética forense de Bariloche se determinó que era Sosa. El fiscal se defendió de las críticas “soy abogado, no soy ni médico, ni antropólogo o genetista”, dijo.


El 4 de septiembre Verónica recibió en una caja de mayonesa el fragmento de cráneo de su abuelo. La forma en que entregaron el resto óseo causó mucho repudio.

Verónica expresó su indignación en las redes sociales.

¿Y el resto del cuerpo?

Garrido señaló que “es posible que los demás huesos hayan sido desparramados por una jauría de perros porque el cráneo estaba mordido. Según lo que dijo el antropólogo forense se encontraba mordido y masticado por alimañas”, señaló.
Dijo que desde la fiscalía están “seguros de que no fue una desaparición forzada”.

“Sosa salió por sus propios medios a las 2 de la madrugada. A las 3 lo vio un testigo en la Jujuy, también en Jujuy y Ruta 22. A las 15 lo vio una chica en la orilla del canal entre Vintter y Jujuy y le preguntó qué le pasaba porque se caía mientras caminaba. Después lo vio en un basural un hombre”, detalló.
“Lo familiares recién hicieron la denuncia a las 19 horas del otro día”, dijo.
Sostuvo que el vecino no salió a cobrar su jubilación porque no dobló en dirección al banco.

Manifestó que Sosa “estaba depresivo porque había fallecido meses antes un hijo y se había perdido dos veces hacía unos días. Lo tuvieron que traer vecinos a la casa porque no se ubicaba”, contó.
Señaló que no puede asegurar cuál fue la causa de la muerte pero “la sumatoria de todos los indicios generan una alta probabilidad de que no fue traumática, no hay nada que indique que lo hayan matado”.

Las sospechas que inquietan a la nieta de Luis

Verónica está segura que la desaparición de su abuelo fue forzada. “Garrido se basa en que mi abuelo estaba depresivo y tomó testigos que son los vecinos de la cuadra pero no son buenas plantitas. Él siempre fue pintor, hubiera hablado con la gente que le daba trabajo. No se iba a dejar morir en el basural”, sostuvo.

La joven cree que “el cráneo fue plantado. El resto del cuerpo y la ropa que traía ¿en un mes va a desaparecer todo? Hay mucha gente que va a cachurear ahí, ¿nadie vio nada?”, se preguntó.
En junio del año pasado la familia contrató a un equipo de Bomberos de Punta Alta, con perros de búsqueda y rescate.
“Los perros nos llevaron a un puesto de chanchos que está a dos kilómetros de donde hallaron el cráneo” como yendo para la planta emisora de Canal 10.

Señaló que no pudieron ingresar porque no tenían una orden. Tiempo después se realizó un allanamiento por parte del Ministerio Público pero “se hizo por encima. A los canes ni siquiera le dieron la prueba de olor o alguna prenda de mi abuelo para buscar”, dijo. Sospecha que las mordeduras del cráneo no son de perro sino de cerdo.


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