Estuvo en coma y superó al hantavirus severo
Cría vacas en Bariloche y se contagió la infección. Recibió un fármaco como parte de un uso fuera de prospecto monitoreado. Cómo siguió su vida
En abril del año pasado, Nazareno tenía cansancio y malestar en el cuerpo. Tenía como un resfrío y tos, pero cada vez se fue sintiendo peor. Había adquirido la infección por el hantavirus y su cuadro se complicaba. Como medida de último recurso para salvar su vida, los médicos le indicaron el uso fuera de prospecto y monitoreado del medicamento tocilizumab en Bariloche.
“Cumplí 31 años cuando estaba internado y fue el 13 de mayo del año pasado. Caí internado el 30 de abril y me dieron el alta el 17 de mayo”, contó Nazareno, quien recibió el medicamento tocilizumab. El hombre se dedica a criar vacas en un campo en Bariloche.
“Fui al hospital Zonal Doctor Ramón Carrillo como a los cuatro días de tener síntomas. Me atendieron por guardia y me recetaron un inyectable. Volví otra vez más. Pero a la semana me sentía muy mal, no podía respirar y fui al Sanatorio San Carlos para que me hagan estudios. Me los hicieron y me derivaron directamente al hospital”, detalló a Diario RIO NEGRO.
Por la gravedad de su cuadro, estuvo en coma farmacológico. “Desde ahí en más no me acuerdo qué pasó”. Al no contar con obra social, fue atendido en el sistema público de salud rionegrino.
“Los médicos le consultaron a mi familia si querían que participara en el proyecto para evaluar un medicamento. Les hicieron firmar a ellos el consentimiento para que prueben la medicación”.

El muchacho dijo: “Al verlo a la distancia y al tener en cuenta los casos que pasan y que no alcanzan a darles el medicamento o los diagnostican tarde, la verdad es que tuve mucha suerte”, reconoció.
Con el paso del tiempo le dieron el alta y se fue recuperando. “En un principio tenía un poco de taquicardia. Hacía cualquier ejercicio y me subían mucho las pulsaciones, con el tiempo se me fue eso y no me queda nada”.
En la entrevista, Nazareno comentó: “No, no me da miedo volver a contagiarme. Vivo en el camino que está cerca de Llao Llao y me calefacciono con leña. Siempre ando buscando leña y creo que fue ahí el contagio. Tenía leña apilada por ahí desde hace uno o dos años y creo que fue ahí. Igual no se puede estar seguro de dónde fue”.
Sin embargo, tras la internación hizo cambios. “Si, por ahí eso de lavarme más las manos. El tema de ir a buscar leña y hacer cualquier cosa afuera y lavarme las manos. Trato de no meterme comida a la boca sin lavarme antes. Vivo en un lugar que es puro monte, en el campo también y no se puede andar todo el día con barbijo. Traté de no traumarme tampoco porque hay que seguir viviendo”.
El hombre está agradecido: “Quiero resaltar el trabajo del hospital público y de los doctores y de todo el personal por todo lo hacen”, enfatizó.
En abril del año pasado, Nazareno tenía cansancio y malestar en el cuerpo. Tenía como un resfrío y tos, pero cada vez se fue sintiendo peor. Había adquirido la infección por el hantavirus y su cuadro se complicaba. Como medida de último recurso para salvar su vida, los médicos le indicaron el uso fuera de prospecto y monitoreado del medicamento tocilizumab en Bariloche.
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