La simulación tiene un límite

Casi no hay retorno. A las duras declaraciones públicas de un apesadumbrado Pesatti le siguió un inclemente mensaje de un exasperado Weretilneck.

Quedaron atrás aquellos tuits elogiosos entre ambos, de una semana antes. Fue simulación. Lo real: esa relación –núcleo en el oficialismo– está en crisis.

Exhiben dos personalidades antagónicas. Weretilneck es un político oscilante, pragmático, inorgánico y carismático. Pesatti es un profesor metódico, recluido en las ideas y cauto en sus vínculos. El equilibrio fue inalterable. El vice se limitó a acompañar y no alteró el dominio desplegado por el gobernador. La armonía se desajusta con el inicio de la etapa de sucesión y las dudas del futuro.

Pesatti afrontó desaires, que Weretilneck buscó corregir cuando lo reinstaló en el gabinete como desagravio de los difundidos audios insultantes de parte de sus funcionarios. Fue suficiente, por entonces. Pero el vice siguió apartado y su inquietud persistió. Avisó en la reciente entrevista con “Río Negro” cuando advirtió que la indefinición del candidato era desgastante y podía derivar en “una anarquía interna”. Devoto del control, Weretilneck se sorprendió y despotricó por esos dichos, a pesar de que públicamente sólo se diferenció en el apuro requerido.

El vice se desconcertó. Lo suyo eran alertas válidas y, además, daba otra muestra de su lealtad a los deseos del gobernador: su negativa al bloque pedido por el disidente Ricardo Arroyo. Eso no sirvió. Se cumplía su temor previo a la publicación. “Espero que no me traiga más problemas”, dijo. Una demostración que sólo reclamaba atención y, en todo caso, sí erró en la ponderación del efecto que su exhibición tendría en el actor excluyente, Weretilneck.

Pesatti caía en la aflicción cuando el mandatario –que bien lo conoce– salió en su rescate con aquel tuit que lo ensalzó. Weretilneck reforzó la ficción en entrevistas, llegando a la leyenda que era una “campaña de inestabilidad política”.

Para el gobernador, el capítulo de la petición de Pesatti había concluido. Nunca dispensó demasiada atención a sus demandas. Siempre fue así, amparado en la indiferencia del vice. ¿Por qué ahora cambiaría? ¿Por las candidaturas? El viedmense jamás estuvo en su valoración.

Tras el tuit, Pesatti esperó un llamado o el habitual contacto de contención. Pero no llegó. En cambio, Weretilneck subió al avión con Fabián Zgaib y salió de campaña para su instalación. El camino del profesor se cerró más cuando el mandatario declaró el lunes en Roca (en el programa “Vos a diario”) que su ministro era un “excelente candidato” y corrió más a su segundo al entender que la postulación exigía el antecedente de un cargo de gestión. Ni Pesatti necesitaba más pruebas.

El resto es conocido. El gobernador supo de la rebeldía de su vice en Buenos Aires en la previa a una reunión con el ministro Rogelio Frigerio. El tema: empujar avales para la emisión de letras del Tesoro.

Pesatti descubriría a otro Weretilneck cuando tuvo su reacción en un furibundo mensaje. Logró su desahogo cuando el viernes se juntó con Alejandro Palmieri y Facundo López. “Se la pasan ninguneándome”, repitió el vice. Esbozó cierta culpa por ventilar su opinión –que es el habitual malestar del gobernador– pero se justificó en la carencia de espacios para hablar.

Weretilneck prepara convocar a la mesa de Juntos –sería esta semana– e intentará sosegar esta inestabilidad. Hoy no hay reposo, obra de los propios. Tania Lastra trajo otra rencilla al bloque. Ella –con Silvia Paz, Elsa Inchassendague, Norma Coronel y María Gemignani– irrumpe con el divisorio debate del aborto al plantear un proyecto para que los senadores de Río Negro rechacen la iniciativa aprobada por Diputados. Incorporada la discusión, otro oficialismo emergió con su apoyo, alentado obviamente por Marta Milesi, con Elvi Cides, Alfredo Martín, Graciela Valdevenito, Roxana Fernández, Mariana Domínguez y Silvana Larralde.

Este flujo de voluntades testimonia la mutación de poder, pero el nuevo tarda en aparecer.

Pesatti finalmente descubrió que Alberto Weretilneck no lo tiene en su lista de candidatos para la gobernación y que reserva el lugar para el ministro Zgaib.

El vicegobernador reaccionó públicamente y el gobernador provincial le envió un mensaje furibundo. Ambos exhiben personalidades antagónicas.

PANORAMA DE RÍO NEGRO

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Pesatti finalmente descubrió que Alberto Weretilneck no lo tiene en su lista de candidatos para la gobernación y que reserva el lugar para el ministro Zgaib.
El vicegobernador reaccionó públicamente y el gobernador provincial le envió un mensaje furibundo. Ambos exhiben personalidades antagónicas.

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