Cómo resuelven la falta de servicios en el barrio Fiske Menuco

Garrafas y conexiones al cableado irregulares forman parte de la vida en el sector en donde habitan más de tres mil personas.

Andrés Stefani

“El cable sale desde la calle Del Libertador, recorre seis cuadras y otras cinco más para arriba desde al linea de media tensión. Allá arriba hay muchas casas donde viven cientos de familias y todos están colgados”, explicó José. El joven vive hace una década en el barrio Fiske Menuco, siempre en viviendas conectadas ilegalmente a la red eléctrica.

El trágico incendio en que murieron dos hermanitos dejó secuelas en el barrio, y desnudó la realidad en la que habitan las aproximadamente 3.000 personas que allí residen.

José explicó que “se compró el cable entre todos los vecinos y cada uno también una térmica para que no haya peligro en las casas”. El joven, padre de dos nenes de 4 y 7 años se dedica a la albañilería. “A veces se calientan los enchufes, me ha dado patadas cuando arreglo alguno”, indicó.

En el sector el tendido eléctrico cubre la parte más baja del barrio y otra gran cantidad de casas se colgó del cableado para tener electricidad.

Tampoco hay red de gas, por lo que la leña y las garrafas forman parte de sus elementos básicos en la casa.

“A la garrafa siempre la tuve afuera. He comprado algunas que arriba pierden, siempre me da miedo”, enfatizó con seguridad Silvana Díaz. Su casa queda en la Calle Pública que corre paralela a la Suiza. La mujer tiene cuatro hijos, tienen 5, 12, 18 y 21 años. “En invierno nos calentamos con leña pero de noche nos tapamos y dejo que se apague. Puede ocurrir la tragedia con una chispa que vuele”.

Carencias

“Las calles Del Libertador, Hungría, Río Negro y Usuaia son los límites del barrio Fiske Menuco. Después empezó la ampliación de la toma hacia la barda, y desde la calle Usuaia hacia el polígono”, señaló Rubén Darío Contreras, vecino y dueño del almacén “Aldana”, concurrido por la gente de ahí.

Vende garrafas, cuesta $ 175 la recarga. “Llevan un promedio de dos al mes. Le explico a la gente que tiene que ser el uso consciente, verificar si pierde con agua jabonosa, controlar el regulador y la manguera de goma de salida, que con el calor se va deteriorando”, remarcó.

“Muchos saben pero la familia come o se ponen a hacer bien las cosas, y sus hijos tienen que comer”, añadió su pareja, Natalí.

“¿Cuántas casas tienen el pilar hecho? ¿Cuántas de las que tienen el pilar tienen el medidor? Muchos están enganchados con estilo”, apuntó Rubén, quien aclaró que “desde acá yo entiendo que es un lugar que no paga y genera gastos. Estamos dispuestos a pagar, porque pagar es poder exigir”.

En ese sector de la ciudad las bajas de tensión son constantes. “Nos dicen que hay tanta gente enganchada que hay un exceso de consumo, pero todos estuvimos así, este barrio empezó así. Ahora hay una parte que si tiene tendido y otra parte no”, explicaron.

“Las asistentes sociales cobran un sueldo pero no saben lo que necesita la gente, porque hacen su trabajo entre cuatro paredes”, agregó Mariela García, otra vecina del barrio.

“Somos nada, no existimos. El intendente Martín Soria no vino nunca”, reclamó.


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