Plottier: ladrilleros pierden ventas y salen a buscar otros trabajos

Los ladrilleros reconocen que no están en el mejor momento y algunos salen a buscar trabajo. Adjudican la caída en las ventas al momento económico y a que los gobiernos ya no les compran como antes. Conseguir leña y mano de obra, otro problema.

Plottier: ladrilleros pierden ventas y salen a buscar otros trabajos

En Plottier los horneros trabajan con el barro y el fuego para construir las casas de la región. Contra la barda, una decena de familias hacen ladrillos en condiciones cada vez más duras. La imposibilidad de competir con ladrilleros de otras ciudades, la falta de leña y de mano de obra, las lluvias y una caída de la demanda desestabiliza las bases de una actividad histórica en la ciudad.

Algunos ladrilleros tuvieron que salir a trabajar en otras actividades para subsistir, mientras en sus casas, las mujeres o los más chicos se ocupa de la venta de la producción.

Los ladrillos tienen diferentes precios en cada hornero. Se pueden conseguir los 1.000 de primera calidad, desde 3.100 pesos puestos en obra en Neuquén; 2.800 pesos dentro de Plottier y; si se los va a buscar a la planta desde 2.200 pesos. “Yo soy el encargado, pero la venta cayó mucho. La semana pasada se habrán vendido unos 2.000 ladrillos nada más”, relató Evaristo.

En los predios, los pisaderos todavía estaban llenos con el agua que dejó la lluvia. También hay tierra tapada con nylon negro a la que les ponen ruedas viejas para que no se vuelen. Todo en una escena que parece congelada por el momento económico.

“Tenemos que tapar porque la lluvia nos arruina. Todo esto que tenemos acá hay que llevarlo de nuevo al pisadero”, dijo Jarapá, que llegó desde Bolivia, con un acento cerrado y señalando los ladrillos sin quemar acomodados en la cancha.

Agregó que “se humedecieron, se caen. Más de un mes llovió y nos dejó desastre”.

Combustible universal

Para todos los horneros la leña es como oro, un oro que no se consigue en esta época. “El otro día andaba uno vendiendo leña de frutal y los 17 metros salen casi 6.000 pesos y para que te aguante tenés que mezclarla con álamo”, comentó Ramón que agregó que en otras épocas era más fácil conseguir madera.

“Antes los aserraderos que trabajaban con la fruticultura vendían aserrín, pero quedan unos pocos aserraderos chicos que, como mucho, juntan 10 metros y los tienen comprometidos. Ya no hay como antes que vos ibas y cargabas 20 metros”, agregó.

Desde que Ramón llegó del norte, la actividad se desmoronó de a poco. Recuerda que en los años 80 había mano de obra y aserrín, pero después todo cambió. “El gobierno antes nos compraba, pero ya no, porque compra ladrillos huecos. Cada hornero tenía unos 10 o 15 trabajadores y ahora como mucho tendrán dos o cuatro”, cerró.

Poca demanda

Aseguran que para la demanda que hay, sobran ladrilleros y encima entra mucho desde Río Negro.

La mayoría de los consultados cuenta que se ve continuamente gente que pregunta precios, y busca lo que conviene, pero que al final de la charla no todos compran. Algunos también decidieron bajar los precios, para poder sacarse de encima el stock que tienen, pero el contexto no ayuda.

Las lluvias dejaron muchos problemas para los horneros que de a poco acomodan su producción.

Matías Subat

“Se rompió mi máquina. Nosotros tenemos que traer la tierra de lejos y salen caros los repuestos para el tractor”.

Queja de Jarapá refleja el momento de los ladrilleros que esperan un repunte.

Una lista de precios con variantes

Conseguir la cantidad necesaria de ladrillos para la construcción puede modificar el presupuesto más por la calidad que por la cantidad, sin embargo el transporte del producto también tiene su incidencia:

Los 1.000 ladrillos de primera calidad cuestan 3.100 pesos puestos en una obra de Neuquén.

La misma cantidad, pero entregados en Plottier, vale 2.800 pesos.

Y si el cliente los retira con su transporte, su valor es de 2.200 pesos.

Además de la mano de obra, para los horneros una de las principales preocupaciones en esta época es la leña para poder cocinar las nuevas tandas.

Datos

“Se rompió mi máquina. Nosotros tenemos que traer la tierra de lejos y salen caros los repuestos para el tractor”.
Además de la mano de obra, para los horneros una de las principales preocupaciones en esta época es la leña para poder cocinar las nuevas tandas.

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