Con la sequía, baja el nivel del lago y hay que estar atentos al «veril» en Bariloche

Los especialistas advierten también sobre la temperatura de los cuerpos de agua en esta época del año.

Con el deficitario nivel de lluvias y nevadas en los últimos meses en Bariloche, bajó notoriamente el nivel de los lagos, ríos y arroyos. Esta situación sumada, a un aumento de la temperatura promedio que incita a la gente a meterse al agua, podría tornarse un problema.

Cuando el nivel de un lago baja, muchos bañistas se confían en que hay más playa. Pero al ingresar al agua, llegan más rápido al veril del lago, esa zona donde se pasa abruptamente a una profundidad de 2 a 10 metros.

Un informe de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) muestra la evolución del nivel del lago Nahuel Huapi en los meses de diciembre de los últimos 26 años. Ya en el 2020, se registró uno de los niveles más bajos, con niveles similares a 2014 y 2002 (aunque 1998 resultó ser año más seco de ese período). En tanto, el nivel más alto del alto se dio en diciembre del 2006, con un marcado descenso los últimos cuatro años.

«Un período de sequía tan prolongado como el que tenemos se ve reflejado en la costa del lago. Los niveles se incrementan en el invierno y disminuyen hacia el fin de verano y principios del otoño. Así se refleja el ciclo. Los últimos años, el nivel refleja los aportes hídricos deficitarios», resumió Julio Porrino, secretario de Operaciones de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), al tiempo que agregó que «al descender el nivel del lago, en general, la línea de interfase agua/suelo se acerca al veril».

El veril depende de la morfología de cada lago y su origen. «Los lagos de nuestra región de origen glaciario son muy profundos y la zona de veril está muy cercana a la costa. Caen en profundidad muy rápido en distancia. Pero no es lo mismo la zona del Brazo Tristeza que la costa de Dina Huapi«, resumió Pedro Temporetti, doctor en Biología de la Universidad Nacional del Comahue.

El investigador del Conicet consideró que, ante el déficit hídrico y el hecho de que la gente usa masivamente los lagos de manera recreativa, «los sectores de mayor peligrosidad deberían estar señalizados, que la gente sepa hasta dónde se puede ingresar. De otro modo, la gente llega al veril más rápido y se complica».

El primero de diciembre, el municipio de Bariloche habilitó ocho balnearios en tres de sus lagos, Nahuel Huapi, Gutiérrez y Moreno. Los dos guardavidas por cada playa prestarán servicio de seguridad hasta el 28 de febrero, de lunes a lunes de 14 a 20. Pero los campings -la gran mayoría en el parque Nahuel Huapi- no tienen obligación de prestar el servicio de guardavidas.

La secretaria de Protección Civil de Bariloche, Patricia Díaz, destacó que todos los balnearios habilitados cuentan con un boyado delimitado de 25 metros de fondo por 50 de largo. «Cuando el agua llega a la cintura, los guardavidas marcan el límite. El área del boyado es la zona segura y controlada todo el tiempo. Fuera del boyado, la gente hace lo que quiere», indicó y aclaró que «señalizar el veril sería imposible en cuanto a la logística».

El veril es la zona donde se pasa abruptamente a una profundidad de 2 a 10 metros. Foto: Chino Leiva

Luego de la tragedia del 11 de diciembre, cuando una nena de 12 años murió ahogada en el lago Gutiérrez mientras celebraba el fin del ciclo lectivo junto a sus compañeros, Díaz evalúa junto con el concejal Carlos Sánchez, un proyecto de ordenanza para exigir que los campings en el ejido municipal -Petunia, Cirse y Huenei Ruca- brindar un servicio de guardavidas.

«Ya veníamos planteándolo y con lo que sucedió, se disparó. Si una pileta grande en un hotel tiene guardavidas, correspondería lo mismo en un camping, a mi juicio. Pero recién estamos avanzando y sería para la próxima temporada», acotó Díaz.

Por otro lado, el intendente del parque Nahuel Huapi, Horacio Paradela, admitió que el reciente siniestro obliga a hacer «una evaluación» aunque advirtió que «esto no supone que este verano, habrá guardavidas en todos los campings porque sería imposible de implementar con la cantidad de áreas que tiene la costa».

Consideró que esta medida «no se podría implementar«: «Se estaría armando un servicio imposible de extenderlo a todos lados. Apelamos a la consciencia ciudadana de cómo cuidarnos y respetar las indicaciones».

Con el aumento de la temperatura, la gente se vuelca a las playas. Foto: Chino Leiva

Lagos más bajos, temperatura más frías

Respecto al siniestro en el lago Gutiérrez, el biólogo Esteban Balseiro, director del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma), no descartó que pueda estar vinculado con el veril, aunque insistió en «la falta de conciencia de la real temperatura del agua«.

«El lago está más bajo de lo que debería en esta época del año. Debería tener el máximo nivel y no lo tiene, pero no está más bajo de lo que normalmente está en marzo. La diferencia ahora es la temperatura. En febrero, uno ingresa al lago y tiene cuatro o cinco grados más que ahora. Es mucha diferencia», expresó.

Balseiro recalcó que, si bien se registraron días muy calurosos en las últimas semanas, «la gente no es consciente de que los lagos están muy fríos. El cuerpo no lo resiste. A la gente no le parece y se mete en el lago hasta la cintura. Pero muchas veces, los chicos se tiran».

Recordó el accidente en la desembocadura del arroyo Casa de Piedra, donde murieron cinco jóvenes que estaban en viaje de egresados en 1999. En esa oportunidad, a uno de ellos se le cayó una prenda al agua y al intentar recogerla, fue arrastrado por la correntada. Tres de sus compañeros y un coordinador ingresaron al agua para auxiliarlo y corrieron la misma suerte.

Dijo que, en general, los accidentes son por hipotermia. «Hace años, la canoa de unos jóvenes se dio vuelta y murieron de hipotermia en un par de minutos. El problema es la temperatura; no el veril. Hay que ser más conscientes«, advirtió.

Tragedias en el lago

-Uno de los casos más recientes es el de Andrés Quinteros. El kayakista de 34 años naufragó en el lago Moreno, a la altura de la playa del Viento, y tras varias semanas de búsqueda con buzos y embarcaciones, no se logró encontrar su cuerpo.

-El 28 de enero del 2020, un temporal de viento dio vuelta el kayak inflable con el que un turista inglés, Thomas David McKendrick, esperaba cruzar el lago Nahuel Huapi desde la Isla Victoria hasta Bariloche. En otro kayak iba su novia, también europea. El cuerpo del turista se encontró al día siguiente frente al barrio Costa del Sol, a unos 30 kilómetros del sitio donde cayó al agua. La autopsia reveló que murió a causa de las bajas temperaturas del agua.

-Dos años antes, un adolescente de 16 años bebía alcohol con un grupo de amigos cuando se lanzó sorpresivamente al Nahuel Huapi. Uno de sus compañeros intentó rescatarlo, sin suerte. Murió de hipotermia.

-En 2015, un joven de 26 años que navegaba en una canoa murió en el lago Nahuel Huapi. La víctima cayó al agua y no pudo salir a la superficie por el fuerte oleaje. Los vecinos trataron de ayudarlo, pero las condiciones del lago los hizo desistir.

-Ese mismo año, un muchacho de 20 años murió ahogado mientras nadaba en el lago Nahuel Huapi, en la zona de playa Centenario. Su amigo se quedó en la costa, pero de pronto lo perdió de vista y pidió ayuda. El cuerpo fue encontrado a unos 15 metros de la costa en la zona del Museo Paleontológico.

-En 2014, un hombre murió ahogado y por hipotermia cuando el kayak en el que navegaba por el lago Gutiérrez, a la altura del club Suizo, se dio vuelta. La niña de 5 años que lo acompañaba logró ser rescatada por personas que se encontraban en el lugar.

-En 2001, un joven de 19 años murió ahogado en el lago Nahuel Huapi, en el centro de la ciudad, mientras jugaba con un cocodrilo inflable. El muchacho se internó en el lago, junto a un niño de 11, pero el juguete comenzó a desinflarse. Pidieron auxilio a gritos y dos agentes de la policía rionegrina, que estaban de franco, intentaron rescatarlos. Solo tuvieron éxito con el menor que sufrió un shock de hipotermia. Un buzo de la Prefectura encontró al otro joven a más de cuatro metros de profundidad.

Con el aumento de la temperatura, la gente se vuelca a las playas. Foto: Chino Leiva

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