Jugar a las bolitas: Convocan a grandes y chicos a desafiarse en Allen

Se viene una tarde de domingo distinta en Allen, pensada para volver en el tiempo y por qué no, juntar a varias generaciones. Más de uno podrá revivir viejas glorias de recreo y los más jóvenes podrán mirar, conocer y animarse a probar precisión y puntería, agachados en la tierra.

Este domingo 31 se llevará a cabo el Torneo de Bolitas Copa Ciudad de Allen, en el terreno descampado ubicado junto al Parque Integración y detrás de la estación de tren. De 16 a 18.30 podrán medir su talento todos los aficionados y aficionadas, sin límite de edad ni requisitos.

Un fin solidario es lo que movió esta iniciativa que lidera Gerardo Del Brío, junto a algunos familiares y un profesor de Educación Física, para diagramar los partidos.

Más alla allá de todo, la intención es «encontrarnos con los allenses, de paso comprar algunos útiles y llevarlos a quien los necesite. Vamos a priorizar útiles para los jardines, porque es muy triste que haya chicos que no tengan las mismas opciones», opinó el organizador.

La «bolita oficial» viene con la inscripción

Quienes quieran sumarse, pueden inscribirse previamente en la fotocopiadora de Sarmiento 268, pagando una suma de 100 pesos. Con el dinero recaudado se comprarán útiles escolares para donar y con el talón de pago, participarán de varios sorteos.

Pero el trámite no queda ahí, sino que en ese momento recibirán la «bolita oficial del Torneo», como la definieron sus organizadores, para alimentar la mística.

Ellos te desafían

Y aún más. Los participantes podrán medirse con el plantel de jugadores que viene desafiando desde Facebook. Como el caso de Lázaro Del Brío, de 4 años:

Entre las leyendas locales que ya anunciaron su participación también está el atleta Ezequiel Samuel, el gaucho Laureano Zapata, el comerciante Pablo Giotonini, el hincha de Independiente Mauro Salomón y el comunicador social Francisco Knudsen.

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El Torneo y la Copa

Apoyando a la organización, el profesor de Educación Física Claudio Barra, colaboró con el armado de la estructura de un torneo, para garantizar que se den al menos tres partidos.

Repartidos los anotados en grupos de cuatro, clasifican los dos primeros de cada grupo, hacia la final.

Como la nostalgia es uno de los pilares de un evento como este, «va a haber un trofeo con el nombre de Atilio Ramos, que es mi abuelo materno, y quien me enseñó a jugar a las bolitas donde hoy está el Parque Aeróbico, cuando aún era terreno del Ferrocarril», relató Del Brío.

«Estamos pensando entregar esa copa a aquel abuelo que se inscriba con su nieto«, anticipó.

Además de los recuerdos y anécdotas, Gerardo reflexionó que «todo esto tiene que ver con repensar la lógica del juego, de la rutina, de lo binario y el enfrentamiento. El juego tiene eso de ‘arriesgarnos’ en el intento por golpear la bolita del otro, uno se arriesga a quedar más cerca del oponente y pasar a ser una presa. Parece un juego muy básico pero también expone la condición humana«.