Cuando papel y lápiz es sinónimo de libertad
Presos de la Unidad 5 en Roca presentaron su primer libro con relatos y poesías.
ROCA (AR).- No hubo un solo día de los últimos 41 meses que Sergio no haya imaginado a sus tres hijos abrazándolo, en su casa, allá en Santa Marta, en la provincia de Buenos Aires. No los ve desde ese día que salió de tribunales con siete años y medio de prisión sobre las espaldas. Y desde hace 20 meses, cuando recorrió sin ganas 1.200 kilómetros hacia el sur, hacia la Colonia Penal de Roca, el sentimiento de culpa por el tiempo que les «robó sin ningún derecho» agiganta su necesidad de desahogo.
Entonces Sergio escribe. Cuentos, historias reales, ciencia ficción. Escribe y escribe.
En la Unidad 5 del Servicio Penitenciario Federal, en el norte roquense, hubo en los últimos meses 13 «Sergios». Desde el anonimato, 13 historias con un denominador común: el peso de las ausencias. Las ganas de expresarse y aprender fueron más que los temores y un día, tal vez sin que ellos se dieron cuenta, el proyecto «Despertares» se afianzó tanto que la publicació de esos relatos, poesías y textos periodísticos surgidos en la intimidad carcelaria quedó a la vuelta de la esquina. Para llegar a esa instancia los presos contaron con una herramienta clave: la exitosa conjunción de esfuerzos entre las autoridades del penal, las bibliotecas «Julio A. Roca» y «Ruca Quillcatuve» y la Secretaría de Extensión y Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Así fue como durante el año pasado se llevó adelante el taller de escritura, a cargo de los profesores Susana Ginóbile y Horacio Lara. De allí, surgió el nombre del libro. Y ayer fue el día especial, porque «Ausencias» se presentó ante decenas de personas en la Colonia Penal.
Durante el acto, el director de la U-5, Walter Guerrero, destacó la importancia de la iniciativa, remarcando que la circunstancia de estar segregados de la sociedad no significa para los presos l pérdida de sus derechos humanos ni su dignidad. Guerrero ratificó la relevancia que brinda la unidad a la educación y al trabajo, como instrumentos para posibilitar la reinserción social una vez que los presos quedan en libertad.
Más tarde hablaron el responsable del área de Educación interna, Alejandro Pellegrini, y Cecilia Boggio, quien repasó las virtudes de la producción literaria de los internos, que va desde el humor fino hasta las crudas historias reales con testimonios de otros privados de la libertad. Los autores del libro también agradecieron a través de una carta a aquellos que «despertaron en nosotros el gusto por algo apasionante: la lectura».
Según explicaron referentes del proyecto, «Ausencias» -que fue presentado recientemente en la Feria del Libro en Buenos Aires- podrá leerse en las bibliotecas populares locales y en la facultad.
El diseño de la tapa fue una creación del artista Rafael Roca y la publicación no hubiese sido posible sin el aporte económico de Juan Carlos Corradi, Carmen Loguercio, Multipack Don Tomás y otras personas o empresas que prefirieron el anonimato.
El acto terminó con una torta hecha por los propios internos y, entre la gente, Sergio no paraba de contar su historia.»Escribo lo que me pasa por la mente. Cuando estás medio tristón… o alegre, cosas que en otro lado no escribís porque no te da el tiempo. Y pienso seguir haciéndolo, acá o en la calle», contó. Y antes de volverse a perder, le volvió a poner precio a sus ausencias: «La vida en la cárcel te hace pensar mucho en lo que hiciste antes. Lo que hiciste mal querés hacerlo bien, en el sentido de no robar más. Yo llevo acá un tiempito, las cosas que hice fueron por necesidad, pero me dí cuenta que trabajando podría ganar mi plata y no ir a robar. ¿En qué pensás todo el día? En tu familia, en lo que perdés, el tiempo que le robaste a tus hijos. Yo tengo tres y hace más de tres años que no los veo. Quisiera salir y devolverles en un día todo el tiempo que les falté».
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