Expertos en camping te cuentan lo mejor del lago Quillén

Un grupo de familiares y amigos del Alto Valle sale a recorrer la cordillera en carpa desde hace 27 años. Aquí, los invitamos a compartir su última experiencia: trekking, pesca, kayak y aventuras a 46 km de Aluminé.

 

Redacción

Por Redacción

Campa Club
campaclubnqn@gmail.com

El grupo en el lago Quillén.

Somos un grupo de familiares y amigos que, desde hace más de 27 años, salimos a acampar en algún hermoso lugar de nuestra cordillera. Compartimos 3 ó 4 días realizando distintas actividades al aire libre: juegos, comidas, caminatas, trekking de montaña, kayaks y los fogones con chistes, cuentos, guitarreadas y canciones. A lo largo de estos años hemos recorrido desde Pampa Linda (Bariloche) hasta las Lagunas de Epulauquen (Las Ovejas): increíbles lugares, lagos, ríos, cerros y senderos de nuestra cordillera. Y aquí empezamos a compartir nuestras aventuras con los lectores del “VOY”.

Ubicación

De Neuquén a Quillén hay 384 kilómetros (sólo 56 de ripio). Tomar precauciones en el tramo Parque Nacional Laguna Blanca a puente del río Picún Leufú.


Este año fuimos al lago Quillén, a 46 km de Aluminé. Y agregamos una nueva variante a nuestro clásico campamento: el Campa Club solidario. Juntos con el grupo Ponetelamochi, instituciones, más el aporte y trabajo de los integrantes de nuestro grupo, reunimos mochilas, útiles, agendas-cuadernos, guardapolvos, juegos, golosinas, libros y ropa para todos los chicos de la Escuela 65 de Quillén.

$ 200

por día, adultos; $ 100, niños el costo del camping. Tiene baños, duchas con agua caliente, miniproveeduría, pan casero, empanadas, hielo y excelente atención.

Acampamos en el Camping Quillén, el lugar del campamento base. Armamos las carpas y “gazebos-comedor”, junto al fogón. Fuimos recibidos y atendidos por la encargada del camping y el equipo de Guardaparques e Informes de la Seccional Quillén del Parque Nacional Lanín.

El campamento base en el camping Quillén.




Desde Neuquén fuimos por la RN 22 hacia Zapala, donde paramos a recargar combustible e hicimos compras de último momento. Desde allí partimos hacia la RP 46 rumbo al Parque Nacional Laguna Blanca.


Luego de una visita al lugar, seguimos por esa ruta hacia Rahue. Luego de transitar esa espectacular “bajada”, llegamos al cruce de la RP 23 y la RP 46.


Hacia la derecha vas a Aluminé, a la izquierda a Junín de los Andes, nosotros seguimos derecho hacia el paraje y lago Quillén. Salvo un tramo desde el PN Laguna Blanca hasta el puente del río Picun Leufú que está poceado, las rutas están buenas, incluidos los pocos km de ripio.

Tiempo de kayak.




El primer día: caminatas por la senda al lago Hui Hui, salidas en kayak por el lago Quillén, juegos de tejo, torneo de truco, de “uno”. Almorzamos unas ricas hamburguesas caseras y cenamos pollo al disco con papas a la crema. A la noche el primer fogón: de techo, las estrellas infinitas de nuestro cielo patagónico. Con guitarras comenzó el contate o cantate algo, tradicional mix de canciones y chistes .

Vadeo durante el trekking.


El segundo día, un grupo fuimos en vehículos (76 km) hasta el lago Rucachoroi para iniciar la travesía de Rucachoroi a Quillén.
Antes, habíamos completado los formularios de aviso de trekking ante la APN (Administración de Parques Nacionales). En la Secc. Rucachoroi nos presentamos al guardaparque y luego los 20 trekkers emprendimos el recorrido de esta maravillosa senda de 24 km de montaña. Comienza justo al costado de la casa del guardaparque, sube por un hermoso bosque de pehuenes milenarios y a medida que trepamos en altura, vemos el bellísimo espejo de agua del lago Rucachoroi. Atravesamos la primera pampita de altura, nos cruzamos con vacas curiosas y un rebaño de tranquilas ovejas.
Recargamos agua en un arroyito cristalino y seguimos subiendo hasta llegar al pie de uno de los picos del cordón/cerro Rucachoroi. Aquí hacemos un alto, un silencio. Damos un pequeño giro de 360° y grabamos en nuestra mente esta impresionante panorámica del paisaje cordillerano.

Senda Rucachoroi a Quillén: 24 km

Se divide en dos tramos: Rucachoroi-Malalco chico y Malalco Chico-Quillén. Realizar previamente vía web: Aviso de trekking. Llevar el equipo mínimo recomendado por APN. Avisar al guardaparque al inicio y llegada del trekking.
Lago Rucachoroi desde la senda que va a Quillén


Luego de un breve descanso, seguimos por otra planicie, ya sin ñires. Atravesamos una superficie casi lunar donde vemos vestigios de rocas y piedras de una antigua erupción volcánica hasta que llegamos al borde del cordón montañoso y cambio de pendiente con una hermosa vista del valle y Lago Quillén: fotos y más fotos para grabar este hermoso momento y espectacular paisaje.

Lujitos de la vida de camping: una siesta a orillas del Quillén.


Aprovechamos el “domo” de parques (único lugar habilitado para hacer vivac si querés recorrer esta senda en dos etapas, en dos días) para hacer nuestro almuerzo, hidratación y descanso para luego, emprender la larga bajada hacia el lago Quillén.

Cruzamos y rodeamos el gran mallín, que normalmente confunde a los caminantes porque se “pierden” las marcas y señales; el desafío era pisar sin mojarse… sin mojarse mucho. Luego seguimos por una senda que bordea la ladera de un cerro hasta que conectamos el sendero que baja entre ñires, y el bosquecito, hasta llegar al paraje de la familia Lefiman, al lado del arroyo Malalco: tuvimos que vadearlo para cruzar y llegar hasta el camino donde nos esperaban para llevarnos de regreso al camping. Hermosa caminata de montaña, hermoso grupo, lo hicimos en 8 horas. Luego de dar el aviso de llegada a la guardaparque de Quillén, fuimos al camping a ducharnos y prepararnos para comer un impresionante guiso de lenteja que repuso calorías.

Panoramica cerro Rucachoroi.

Al día siguiente, luego de un merecido descanso, nos despertamos con los ruidosos chimangos y alguna que otra bandurria. Desayunamos pan casero exquisito y calentito elaborado por familias de Quillén y luego algunos se animaron hacer kayak por el lago, otros aprovecharon a pescar. Al mediodía nos dispusimos a levantar campamento bajo una finita pero continua lluvia cordillerana.

Guitarreada en el fogón


Desarmamos carpas y gazebos, juntamos la basura previamente clasificada para su reciclaje, apagamos bien el sector de fogones, cargamos los vehículos, compartimos una gran picada todos juntos y emprendimos el regreso.
Ya sobre la Ruta 46, en el mirador de la bajada del Rahue, nos detuvimos a contemplar una vez más el paisaje y agradecer a nuestra hermosa cordillera por habernos regalado una aventura más.

Si querés hacernos alguna consulta, podés escribirnos a campaclubnqn@gmail.com


Corría el año 1992 cuando Merce y Lucho decidieron llevar a acampar a sus dos hijas y cinco sobrinos que tenían entre 2 y 9 años.

El destino elegido fue Arroyito del Chocón, debido a la cercanía del lugar con la capital neuquina.

Fueron solos, en una camioneta “ranchero” y con una carpa canadiense. La experiencia de los “7 enanitos” fue tan grande que hasta el día de hoy se acuerdan de ese fin de semana aventurero y fue por esa alegría que el matrimonio fundador de Campa Club, decidió repetir la experiencia año tras año, sumando a familiares y amigos, conociendo distintos lugares de la cordillera, sin repetirlos. Haciendo caminatas, fogones, juegos y compartiendo la alegría del encuentro en un entorno tan mágico como es la cordillera de los Andes.

Hoy, asisten a cada salida alrededor de 50 personas (entre 2 y 70 años de edad), que deciden no perderse el campamento que los desconecta de todo, como suelen describir. También señalan que es un encuentro de familias que forman una sola familia campamentera, en una combinación que incluye amigos y naturaleza.

1992. Primer campa en Arroyito del Chocón.


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