45 años de Closer: la historia del segundo, último (y trágico) disco de Joy Division, la banda que inspiró a Luca Prodan

El 18 de julio de 1980, Joy Division editó el que sería su segundo y último disco. Dos meses antes, su líder Ian Curtis se había suicidado.

Cuando Joy Division editó Closer, el 18 de julio de 1980, lo hizo sabiendo que era el último de la banda porque para entonces ya no había más banda: exactamente dos meses antes, el 18 de mayo, Ian Curtis, su voz, su líder creativo y literario, se había suicidado.


Todo fue breve en la vida del cuarteto de Manchester: sus integrantes eran muy jóvenes, la banda también lo era. Formada entre 1976 y 1977, en tan solo tres años grabaron dos discos, Unknown Pleasures (1979) y el mencionado Closer, un año después.


Para cuando el mundo se enteró de ellos, y de lo buenos que eran tocando lo que tocaban, ellos ya no estaban: un día antes de partir de gira por primera vez a Estados Unidos, Ian Curtis se quitó la vida ahorcándose en la cocina de su casa. Tenía apenas 23 años.


Joy Division fue siempre una gran banda, una que sonaba como ninguna en su tiempo. No es que fueron parte de la new wave y el post punk: Joy Division creó a ambas. Todo lo demás vino después, incluso ellos mismos bajo el nombre de New Order. Pero mientras el punk sucedía, ellos ya pensaban en lo que vendría después. Es que no pudo ser casualidad que la banda se formara después de que Peter Hook y Bernard Sumner, bajo y y guitarra, respectivamente, salieran de un show de los Pistols, en 1976. Esa noche, pero en otra parte del venue, estaba Ian Curtis y su esposa. A los pocos días, Curtis se les unió.

Joy Division en modo invierno inglés. El baterista Morris, el bajista Hook, el guitarrista y a veces tecladista Sumner y el cantante y a veces guitarrista Curtis.


Tras pasar por varios nombres, Joy Division quedó establecido a comienzos de 1978 con la incorporación de Stephen Morris, el baterista definitivo. Al año siguiente, grabaron el primero de sus dos discos: Unknown Pleasures.


Cómo sonaba Joy Division

El crítico Simon Reynolds lo explica a su modo: “Su originalidad se ponía de manifiesto cuando las canciones se volvían más lentas (…) el bajo de Peter Hook llevaba la melodía, la guitarra de Bernard Sumner rellenaba los huecos del sonido a base de densos riffs y la batería de Stephen Morris parecía rodear el borde de un cráter”.


«Love Will Tear Us Apart», el gran hit de Joy Division que la banda terminó de grabar poco antes de comenzar a trabajar en las canciones de Closer


“Lo que siempre nos influyó fue el Bowie berlinés”, dirá Morris sobre los discos de la banda. “Nos estábamos volviendo más experimentales. Escribíamos canciones todo el tiempo. Siempre ensayábamos. Nos estábamos volviendo muy profesionales”. Y era así.


Para cuando editaron su primer disco, ya tenían escritas unas cuantas canciones que irían al segundo como “Atrocity Exhibition” y “Colony” y habían interpretado versiones tempranas de la mayoría de los temas del futuro nuevo álbum durante su gira europea de enero de 1980.


A mediados de marzo de 1980, los músicos se trasladaron de Manchester a Londres para instalarse en de los lujosos estudios Britannia Row, construidos originalmente por Pink Floyd, para grabar, entre el 18 y el 30 de marzo, las nueve canciones de Closer producidas al igual que las del primer disco por el singular y decisivo Martin Hannett.


Durante las sesiones de Closer, Hannett profundizaría su trabajo refinando la voz de Curtis, trabajando por separado con Ian en el estudio. Esto llevó la música estilísticamente hacia algo más sombrío, sutil, cuyo contenido lírico era en retrospectiva indicativo de lo que iba a suceder dos meses más tarde, solo que nadie podía saberlo entonces.


Pero no fueron sólo las voces captadas durante estas sesiones las que hacen de Closer una obra maestra, sino la integración de los inquietantes sintetizadores atmosféricos de Bernard Sumner en temas como “Decades” e “Isolation”, las magistrales líneas de bajo de Peter Hook en temas como “24 Hours”, la poderosa e inquietante percusión de Stephen Morris en temas como “Decades” y “The Eternal”, que junto con la atmósfera aún más oscura de la producción de Hannett, hicieron que Closer fuera alabado como una obra maestra gótica.

Joy Division: buen clima, pero…


A pesar de lo crudo y emotivo que sigue siendo Closer, su creación no fue tan melodramática como suelen decir los mitos que rodean a la banda. Como recordaba Bernard Sumner en una entrevista con Uncut, Joy Division estaban de buen humor mientras se preparaban para grabar su segundo álbum.

Ian Curtis y Peter Hook, los Joy Division en escena.


“Fue una época placentera, pero con cierta incertidumbre sobre Ian, debido a su salud”, asume Sumner, señalando la preocupación del grupo por la epilepsia del cantante. “Por fin habíamos llegado a donde queríamos y Estados Unidos nos llamaba. Estábamos en la cúspide, éramos fantásticos en directo”.


Ciertamente lo eran, pero los padecimientos personales e internos de Curtis, su epilepsia lo fueron desbordando y terminaron empujándolo al suicidio. En abril de 1980 lo había intentado por primera vez con barbitúricos. Unas pocas semanas más tarde, volvió a intentarlo y esta vez fue letal.

Heart And Soul, la escueta y sobrenatural The Eternal y la inquietantemente bella Decades… Estas canciones ofrecieron actuaciones sublimes de Ian Curtis, que estaba en la cima de su forma en Closer. Sin embargo, en retrospectiva, las letras más reveladoras de Curtis dejaban claro que el cantante se encontraba en una situación extremadamente mala. Sin embargo, sus compañeros de banda, aunque conocían su epilepsia y su relación con su novia Annik Honoré, nunca se dieron cuenta de que su amigo estaba en una situación tan desesperada. 

“Me encanta este álbum. Aunque gran parte de la música es muy melancólica, frágil e intensa, todas las canciones tienen confianza. Puedes oír lo bien que tocamos juntos”.

Peter Hook, bajista de Joy Division

«Honestamente pensé que las letras de Ian eran realmente brillantes, pero que estaba escribiendo sobre otra persona», reflexionó Stephen Morris en 2018. «Así de ingenuo era yo. Me parecía brillante cómo podía meterse en la mente de otra persona. Incluso después de que intentara suicidarse, no parecía que estuviera tan empeñado en la destrucción.» 

Cuando un músico muere joven resulta imposible saber que habría sido de su futuro, de la banda que integraba y de todos a su alrededor. Es como si todo hubiera sido trágicamente planeado para que durara solo eso que duró. ¿Ian Curtis en los noventa? ¿Cómo imaginar algo así? Y sin embargo: ojalá hubiera sucedido.

Sin Curtis, ya no fue posible Joy Division. Sus compañeros reconectaron los sintes, hubo algo más de luz y dieron forma a New Order. Mientras tanto, en una galaxia muy lejana (o no tanto) un tipo que había estado allí y lo había visto y oído todo armaba Sumo.


Closer: ficha técnica

Grabación: 18 al 30 de marzo de 1980 

Estudios: Britannia Row Studios, Islington, Londres 

Publicación: 18 de julio de 1980 

Productores: Martin Hannett y Joy Division 

Las canciones 

Lado A 

“Atrocity Exhibition” 

“Isolation” 

“Passover” 

“Colony” 

“A Means To An End 

Lado B 

“Heart And Soul” 

“Twenty Four Hours” 

“The Eternal” 

“Decades” 

Ian Curtis: voz, guitarra en “Heart and Soul” 

Bernard Sumner: guitarra, sintetizador, bajo en “Atrocity Exhibition” 

Peter Hook: bajo, guitarra en “Atrocity Exhibition” 

Stephen Morris: batería 

Martin Hannett: productor, ingeniero 

Michael Johnson: asistente 

Bernard Pierre Wolff: fotografía 

John Caffrey: ingeniero 


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