Jorge Sesán, el maquinista del Eternauta que siempre pasa por Roca
El actor de “Pizza, birra, faso” y “Okupas”, que cumple un rol determinante en el desenlace de la aclamada serie de Netflix, tiene una larga y afectuosa relación laboral con la Patagonia y con esta ciudad en particular, donde filmó varias producciones.
“Ese tipo, siento que lo conozco”, dice Juan Salvo. En otra mesa, el tipo le devuelve la mirada mientras come. Una multitud de sobrevivientes de la nieve tóxica ocupa un shopping, que utiliza como refugio.
A Salvo no le gusta nada ese tipo con el que cruzó miradas. Sospecha de él. Cree que él y su amigo que está a su lado tuvieron que ver con la masacre de una familia cerca de allí.
Estamos a la mitad del capítulo cinco de El Eternauta, el anteúltimo. Salvo y ese tipo no volverán a verse hasta el siguiente episodio, el último, titulado “Jugo de tomate frío”.
Ya en Campo de Mayo, Salvo es alcanzado por ambos en medio de la noche. “Disculpe jefe, queremos hablar con usted”, le dice el tipo a Salvo. “Ah, bueno. Estamos todos”, responde el eternauta. “No tenemos armas, no queremos problemas. Confíe”, le pide el sujeto desconocido de quien Salvo aún desconfía, y mucho.
El tipo le pide a Salvo que convenza a su amigo Favalli para que acepte ser parte del plan de activar un tren en José León Suárez para entrar a Capital. Salvo le pide garantías. “Yo soy maquinista. Me crié con mi abuelo arriba del tren. Esa es la garantía”.

De Juan Salvo no es necesario decir a esta altura que se trata de Ricardo Darín. Del maquinista, sí: Jorge Sesán. Su personaje en El Eternauta aparece promediando el anteúltimo capítulo, pero será decisivo para el desarrollo de la historia. Su plan le permitirá al grupo atravesar la muralla de chatarra que divide la Provincia de Capital y llegar al edificio en cuestión.

Aquellas imágenes impresionantes del tren lanzado a toda velocidad abriéndose paso entre los vehículos apilados fueron filmadas hace un año y medio, pero, para todos nosotros todo está sucediendo ahora. Estrenada hace menos de un mes, El Eternauta está por todas partes.
“Pasó hace un montón”, dice Sesán durante una larga entrevista con Diario RÍO NEGRO. El actor que debutó protagonizando Pizza, birra, faso” (1998) y que luego participó de “Okupas” (2000) acaba de llegar de Córdoba, donde, junto a su compañera Merlina Molina Castaño, participaron de “El fantasma y el trompetista”, de los hermanos Sinay, cineastas cordobeses. “Es una película de cine fantástico hecha con mucho ingenio”, aclara, un poco en broma, en relación con El Eternauta.
Sesán, la Patagonia, Roca
Sesán tiene una relación muy estrecha con la Patagonia, pero particularmente la tiene con Roca. En 2021, filmó Las fieras, ópera prima del director roquense Juan Flores, junto a Carlos Portaluppi, Moro Anghileri, Andrés Ciavaglia, Merlina Molina Castaño y actores y actrices locales.
En 2019 había filmado junto a su compañera Merlina el corto Los Áridos, escrito y dirigido por Sesán y unos cuantos años antes había venido varias veces para producir videoclips con Juan Flores como nexo con la ciudad valletana. Fue él quien les recomendó que filmaran Los Áridos en Roca.

Cuando Flores empezó a escribir Las Fieras, lo hizo pensando en Sesán para el personaje de Olmos, el encargado de la chacra a la que regresaba después de muchos años el hijo del dueño junto a su esposa. Las tensiones entre ambos no se harán esperar. Filmada en locaciones de la ciudad y de los alrededores, entre chacras y la meseta de Paso Córdoba, Las Fieras fue todo un suceso para el cine regional: hacía décadas que no se filmaba una ficción de acá.
“Para mí fue una experiencia totalmente agradable y enriquecedora, en lo personal como en lo colectivo, también”, recuerda Sesán. “La gente siempre nos acompañó, nos apoyó un montón. También descubrí mucha gente local laburando mucho por hacer cine y por generar espacios. Encontré gente muy pilas queriendo hacer cosas, y por ende, empujando a la ciudad hacia adelante”. La última vez que Sesán estuvo en Roca fue hace casi un año, para el estrenó póstumo de “Pollo gira”, filme del cual participó como actor. Su realizador Facundo Flores falleció en un accidente en octubre de 2021.
“Laburante” del cine
Sesán llegó a El Eternauta a través de un casting. Su participación lo devolvió a los primeros planos, pero para él, como para todos, la serie pasó hace rato por más que para la audiencia está sucediendo ahora, todo el tiempo en todas partes.
“A mí como actor simplemente me significó un paso más. Y más allá de esta serie, lo que me da garantía es todo lo que vengo haciendo, no solamente esto. Me da garantía saber dónde yo estoy parado, pero no garantías laborales… qué sé yo me lo tomo con mucha calma”, asume el actor.
Ante semejante repercusión de El Eternauta y la estructura de Netflix detrás (y delante) de su producción, la pregunta sobre si le habían generado una diferencia económica resultó inevitable: “No, nada. Fue lo mismo que con cualquier otra producción”.
“Me considero un trabajador del cine, ese es mi lugar”, dice. “Después, donde me gustaría fortalecerme sería en escribir y producir mis propias cosas, así sea corto, películas chicas. Y en toda película que crean que sea útil para sumar”.
“En los ‘90 el cine era mucho más de oficio que de ir a la universidad».
Jorge Sesán
Lo primero que hizo Sesán fue “Pizza, birra faso”. Tenía 17 años y nunca había actuado. “Ni siquiera en la escuela”, confirma entre risas. Fue porque un primo suyo iba a trabajar en el arte de la película. Hizo el casting y Bruno Stagnaro, que también debuta en el cine con esa película, pero como director lo eligió para el personaje de Pablo, el delincuente asmático que acompaña al Cordobés, interpretado por el recordado Héctor Anglada.
“Para mí fue un acto de inconsciencia”, reconoce. “Pero vieron que podían guiarme. Estaba en un lugar que yo no entendía mucho, pero veía que ellos sí tenían en claro lo que estaban haciendo. Me di cuenta de que lo que tenía que hacer era hacerle caso a esos tipos y punto”.
P: ¿Y te gustó?
R: Me entretuvo, al instante me entusiasmó y me gustó mucho. Pero tenía 17 años, me parecía todo rarísimo.
Dos años después, Stagnaro lo llamó para “Okupas”, donde, además de actuar, hizo todos los decorados. “Después de Pizza, birra, faso” trabajé como meritorio de arte en una peli que se llamaba El amateur. Después me fui formando como utilero, trabajando de ayudante de utilero. Y en 2000 ya me largué a laburar de utilero. Okupas fue mi primer laburo como utilero. Fui creciendo y evolucionando y hoy estoy haciendo direcciones de arte”.
“En los ‘90 el cine era mucho más de oficio que de ir a la universidad. Hoy, sigue existiendo el meritorio de arte en las películas. Por suerte ahora te pagan, antes no te pagaban. Fui meritorio, fui ayudante, fui asistente y después fui utilero. No fui a la universidad, pero estuve cinco años aprendiendo el oficio con utileros. Uno es un laburante del cine”.
Además de trabajar delante y detrás de cámara, Sesán aprendió diversos oficios que le permitieron trabajar finalmente llegar a la dirección de arte, pero fuera del cine también aplica esos conocimientos. “Uno es un laburante, no me encierro solo en el cine. A mí me pasó siempre esto de tener que hacer otras cosas para vivir del cine”.
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