¿De qué se trata el Niksen, conocido como el “arte de la nada”?

A partir de la salida de un curioso libro escrito por Annett Lavrijsen, repasamos un concepto acuñado en Países Bajos que llama la atención. ¿Por qué “no hacer nada” está bien? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Se puede aplicar en pandemia?

En los últimos días salió a la luz un libro titulado “Niksen, el arte neerlandés de no hacer nada”, escrito por Annette Lavrijsen. Como suele ocurrir con el lanzamiento de algunos de estos escritos, se realizaron diversos análisis, notas y entrevistas con la autora, y fue así que el nombre del libro fue ganando cada vez más espacio en los medios, a medida que las ventas aumentaban.


Sin embargo, lo interesante no solo es el libro, sino también el título. Llama la atención por el término “Niksen”, desconocido, y también por la descripción que hace de él. “El arte de no hacer nada”. ¿Y entonces?

Para entender este concepto, mejor ir de a poco. En principio, debemos saber que la palabra Niksen proviene de los Países Bajos, un país que cuenta con una superficie pequeña pero que suele estar asociado a la felicidad: siempre al tope de los ránkings de países más felices, es reconocido por organizaciones como la OMS como símbolo de infancias felices.

Para que esto ocurra, claro está, deben confluir varios aspectos. Lo socioeconómico es fundamental, claro, pero también lo es todo aquello que ocurre de las puertas de la casa para adentro. Y una de las características claves de los neerlandeses es la relajación con la que se toman la maternidad y paternidad.

Una de las claves son las jornadas laborales cortas (en días y en horas), que posibilita que los niños pasen más tiempo con su familia, y que los adultos a la vez tengan un espacio para el ocio, algo tan necesario como difícil de alcanzar en la lógica con la que nosotros percibimos la rutina.

Tomarnos un rato para cocinar algo que nos guste y sepamos de memoria puede ayudarnos a llegar al Niksen.


Ahora si, la palabra Niksen significa literalmente “no hacer nada”. Al mismo tiempo, se le llama niksnut a las personas que no hacen nada. Si ese es el sentido, ¿por qué hablamos de “arte”?

En una nota con Traveler, la autora del libro explicó un poco a qué hace referencia en el título y por qué Niksen no tiene una connotación negativa.

“Cuando era joven, Niksen todavía tenía una connotación negativa de ser perezoso y no ser útil. Siempre que estaba acostada en el sofá después de la escuela, mis padres me regañaban y me buscaban una tarea que hacer. Niksen era un pasatiempo inútil, decían mis padres, algo para un domingo perezoso o las vacaciones de Navidad. En mi treintena, todavía siento la presión para llenar mi tiempo libre con actividades con un propósito y orientadas a un objetivo, pero pienso que aquellos momentos de la nada por los que me regañaron mis padres, son necesarios para ser una persona más equilibrada y feliz”, relató Lavrijsen.

Según el texto de la escritora, podemos practicar el Niksen en cualquier momento y lugar, y es un estado que nos transporta luego a grandes momentos.

Muchas veces, la reconexión con nuestra familia nos regala un estado de plenitud.


Según explica, para lograr el momento Niksen debemos estar en un ambiente “gezelligheid”, o mejor dicho un ambiente relajado. Podemos encender una vela, dar un paseo por algún lugar que nos guste sin rumbo definido, regar las plantas, pasar una tarde sin celular o simplemente estirarnos en una hamaca mientras miramos el cielo.

Annette explica que luego del estado Niksen podemos ser muy productivos, pero que a la inversa, no podemos llegar al estado Niksen si estamos realizando algo útil en el momento. Es tan simple como dejarnos llevar, al menos por un momento, por el no hacer nada.

“Niksen se trata de priorizarte a ti mismo. De vez en cuando es necesario presionar ese botón de pausa y sin sentirte culpable cada vez que te retiras de tus tareas cotidianas”, explicó a Traveler. La practicidad del Niksen es su adaptación a cualquier momento, sobre todo para quienes suelen afirmar que no tienen tiempo para nada.

“El verdadero potencial de Niksen reside en las pequeñas pausas de la vida cotidiana. El truco está en hacerlo breve y frecuentemente. Si eres de los que siempre encuentra una excusa o algo más “útil” para hacer, puede ayudarte crear horarios fijos en tu programa diario y semanal: comienza tomando un tiempo de espera de cinco minutos, auméntalo gradualmente hasta 30 minutos, una hora o incluso una tarde completa”, aseguró la escritora del libro.


En pandemia, muchos de estos pequeños escapes se complicaron, sobre todo ante la sobreexposición al trabajo remoto o la ausencia de posibilidades de salir de casa. Sin embargo, en este caso la rutina es readaptable:basta incluso con despertarnos sin mirar el celular durante unos minutos, disfrutar una ducha por un rato más, probar con una lectura placentera y lenta… hay muchas formas de alcanzar este beneficioso estado, y algo importante es saber que depende pura y exclusivamente de nosotros.

En resumen, el concepto asoma interesante y está bien comentado por la autora.

El Niksen no busca un beneficio económico ni tiene requisitos más allá del sentirnos bien con nosotros mismos. El único objetivo es lograr un momento de tranquilidad y, de ser necesario, lograr derribar los preconceptos sobre que todo tiempo libre debe ser aprovechados. Y en pandemia, más aún: es momento de entender que no hacer nada también puede estar bien.


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