La droga como «refugio» y «salida» en barrios populares: la importancia de crear comunidades

"En algunas ciudades, se empieza a ver una referencia identitaria cultural con el narco que cuando sucede es muy compleja. Por eso es importante la presencia sostenida del Estado junto a organizaciones sociales", señala María Migliore, vocera de Fundar.

El consumo y tráfico de drogas se está volviendo una realidad cada vez más cotidiana para los pobladores de muhcos barrios populares en Argentina. En un reciente estudio “La narrativa rota del ascenso social” (CIAS-Fundar), encuestas cualitativas realizadas por Rodrigo Zarazaga y Daniel Hernández, el 51% de los jóvenes de 16 y 24 de barrios vulnerables afirmó que “la mayoría de sus amigos consumen drogas”, y el 43% dijo “tener conocidos del barrio que las venden”.

Debates dialogó con María Migliore, una de las voceras de Fundar, sobre este avance de las adicciones y el narcotráfico.

P: Hablando del consumo en sectores populares, vos hacías una doble distinción la droga como refugio por un lado y por otro como salida, ya relacionada con el tema narco. ..

R: Yo veo dos dinámicas presentes en varios lugares. Por un lado, cuando no hay perspectiva, cuando no hay sentido trascendente, cuando no hay comunidad que contiene, la droga termina siendo un refugio de corto plazo para esconder otros problemas más profundos. Eso se ve en todos los sectores de la sociedad que tienen algún tipo de adicción. Cuando estamos desbordados, se termina consumiendo como una tabla salvadora de lo que nos duele tanto. Ahora, por el otro lado, cuand esa realidad se mezcla con condiciones estructurales de pobreza es mucho más cruda, mucho más grave, más fuerte. Esta idea de no tener perspectiva de de futuro posible ¿no? Tengo un amigo referente social en el barrio 1/11/14 en la ciudad de Buenos Aires. Me dice:“Mira, cuando vos tenés 16 años vivís con tu mamá y tus hermanos, tenés que dejar la escuela para trabajar, tu perspectiva de futuro se acorta. Si encima trabajás e igualmente no llegás a cubrir lo básico y bueno, se te empieza a ser insoportable. Entonces, a veces los chicos terminan viendo en el narcotráfico una opción, que no les es gratis, pero en una semana pueden hacer lo que sobra su madre trabajando como empleada en un mes. Es una salida de corto plazo. En casos extremos como Rosario, es también un lugar que empieza a dar identidad ¿no? Los lugares que deja Estado, las organizaciones sociales, la iglesia, cuando ese tipo de comunidades se retiran y bueno, estos lugares no quedan vacíos, se ocupan. Se ocupan con estas cosas

P: Y ahí hay incluso como una como una un una una estética, ¿no? Lo que vemos en redes, de chicos posando con armas

R: Empieza a ver una referencia identitaria cultural que cuando sucede es mucho más complejo. Por eso, para mí es tan importantela presencia sostenida del Estado y que se articule con organizaciones sociales

P: El fentalino es que cada vez hay drogas sintéticas más potentes y más baratas, digamos

R: No so experta, pero también hay un tema de mercado ahí. Las drogas son como activos, más baratos y más fuertes, y también te vuelven mucho más complicado y difícil el trabajo de recuperación de una adicción. Por eso creo que no tenemos que soltar estos temas. Hay que trabajar mucho en en la prevención y que haya oportunidades reales. Las escuelas, los clubes, lugares donde los chicos tengan espacio para estar. Cuando el chico está más tiempo en la calle está mucho más expuesto: vemos también que las problemáticas de consumo empiezan antes. De unos años acá podés hablar de chicos de 17 y 18 y problematizando en chicos de 11. Se agrava mucho más.

P: ¿Es necesaria una reformulación en la ley de salud mental?

R: Sí, porque la ley de salud mental inhabilita algunos mecanismos de internacióntemprana. Muchas veces cuando una persona que la necesita y está en situación de adicción, no está en pleno uso de sus facultades como para poder decidir qué es mejor. Esta ley fue una reacción en su momento a dinámicas de abuso que había habido, pero que tal como está redactada hoy impide la intervención temprana y eso es un problema muy grande.

P: Uno de los temas en que la dinámica es distinta es que en un paciente de salud mental, a lo mejor estar cerca de su familia y su entorno es positivo para su recuperación. Pero en el caso de alguien que tiene, una una adicción es al revés, su entorno lo perjudica

R: Sí, a veces también se terminan dando situaciones complejas. Yo recuerdo de cuando estaba en la función pública juntarme con madres de chicos que estaban pasando algún problema de adicción y ellos entraban a sus casas y les robaban lo que no tenían para salir a consumir. Entonces, cuando es muy difícil sostener solo desde el entorno familiar. Ahí me parece que que hay que encontrar otras maneras de intervenir, un equilibrio.

P: En el caso de los jóvenes y mujeres ¿son doblemente vulnerables? me refiero a situaciones, por ejemplo, de abuso o de violencia.

R: Yo admiro mucho el trabajo que hacen organizaciones como losHogares de Cristoen todo el país. Ellos nos cuentan que la mayor proporción de personas que están dentro de las redes narcos, son hombres y muy jóvenes, ¿no? Creo que hay algo para mirar en términos de políticas públicas de cómo prevenir y cómo focalizar. Hay organizaciones sociales que trabajan realmente muy bien estos temas y la manera virtuosa de trabajar debería ser que el Estado pueda dar marcos regulatorios, herramientas y financiamiento, para después apoyarse en la red de organizaciones que hacen su trabajo territorial realmente muy bien, crear comunidad para fortalecer estos entramados vinculares y sociales que son en definitiva los que sostienen, porque una persona sola no puede atravesar este proceso.


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