Definen si suben fuerte las tarifas o se disparan los subsidios

Este lunes y martes se realizarán las audiencias públicas para analizar los valores del gas. Si se respeta el presupuesto las tarifas tendrían que subir al menos un 40%, pero si se opta por un congelamiento los subsidios treparían a más del 2% del PBI.

El gobierno nacional comenzará a definir la semana entrante cómo acomoda la sábana corta del servicio de gas por redes, un dilema que tiene en los extremos la posibilidad de una suba tarifaria de más del 40% o de una disparada de los subsidios por sobre el 2% del Producto Bruto Interno (PBI).

El cronograma comenzará este lunes con la audiencia pública convocada por la secretaría de Energía de la Nación para analizar el nuevo precio del gas en boca de pozo (PIST) que es uno de los tres elementos que conforman la tarifa del servicio.

De acuerdo al informe técnico presentado por Energía para el debate el presupuesto actual no alcanza para mantener congelado el precio del gas, por lo que de optarse por evitar una disparada en los subsidios, el precio del gas debería subir un 63%.

Esa suba en el valor en boca de pozo impactaría claramente en la tarifa final que pagan los usuarios, que siguiendo esa línea debería aumentar un 35%.

Pero ese análisis sobre la tarifa en sí será el que se debata el martes en la segunda audiencia pública, esta vez convocada por el Ente Nacional Regulador del Gas, el Enargas.

En esta audiencia se analizarán además los pedidos de incrementos presentados tanto por las distribuidoras como por las transportistas de gas.

En este último caso desde Transportadora Gas del Norte (TGN) el pedido presentado da cuenta de una necesidad de actualizar sus pagos en un 44,5%, mientras que desde Transportadora Gas del Sur (TGS) la suba planteada es del 58,2%.

Mientras desde el gobierno nacional el mismo Alberto Fernández aseguró que se avanzará hacia nuevas tarifas de transición, marcando así que algún incremento tarifario habrá, y desde el Enargas y el sector más vinculado a la vicepresidenta, Cristina Fernández, buscan que las subas no superen el techo del 9%, los consultores del sector advierten que para ajustarse al presupuesto vigente las subas deberían ser mucho mayores.

En números

63%
es el incremento que Energía estimó que debería aplicarse en el precio del gas en boca de pozo.


En un informe conjunto elaborado por Nicolás Arceo de Economía & Energía y Emmanuel Álvarez Agis, de la consultora PxQ, los especialistas consideraron que en los dos extremos de la sábana corta de la energía se encuentran por un lado un aumento en las tarifas de luz y gas del 40% y en el otro un salto en los subsidios que pasen del 1,6% al 2%.

Los dos consultores son afines al gobierno nacional ya que vienen de haber sido funcionarios del gobierno e YPF, sin embargo en el análisis que trazaron queda de manifiesto que si desde el gobierno se busca cumplir con los parámetros del Fondo Monetario Internacional (FMI) la alternativa es la de un fuerte incremento en las tarifas pero bajo el riesgo de generar una pérdida en el poder adquisitivo de la población que repercuta en el nivel de actividad general del país en medio de un año electoral.

En contraposición, si desde el Estado se opta por mantener congeladas o bajas las tarifas sin el acuerdo del FMI se podría avanzar hacia una disparada del dólar que encarezca aún más los subsidios.

El dato

9%
es la suba que desde los sectores cristinistas se anticipó que podría aplicarse.

El informe analiza tres escenarios posibles, uno que se ajusta al presupuesto de 6.960 millones de dólares con una suba del 40% tanto en la tarifa de luz como en la de gas. Otro escenario en el que una suba leve del 9% como las que se vienen mencionando haría que los subsidios trepen a los 7.603 millones de dólares y la relación con el PBI pase a 1,9%.

Mientras que el tercer escenario que es el del congelamiento de las tarifas, dispararía los subsidios a 7.892 y la relación con el PBI al 2%.

El debate que se abrirá el lunes promete ser acalorado, no solo entre los actores de la industria sino también entre los diversos sectores del gobierno, aunque encuentra nuevamente a Nación discutiendo como acomodar una sábana corta en un país que cuenta con Vaca Muerta, el segundo recurso de shale gas más grande del mundo.

Rogando para que llueva

Un escenario alternativo es estudiado por los equipos de la secretaría de Energía de la Nación y consiste en una mayor utilización de las centrales hidroeléctricas que permita reducir sensiblemente la cantidad de gas a importar.

Esta alternativa tendría un doble efecto positivo, dado que no solo permitiría reducir la salida de dólares del país de la mano de una menor necesidad de importaciones, sino que también marcaría una notable baja en el costo de la energía dado que las grandes hidroeléctricas aportan la energía más económica de todo el sistema eléctrico.

Ahora bien, el escenario para poder reemplazar gas con la hidroelectricidad no está resuelto sino que depende en buena medida de las lluvias que puedan registrarse en los próximos meses.

Es que los niveles en los embalses del Comahue, el gran motor hidroeléctrico del sur del país que es liderado por El Chocón, se encuentran casi en sus valores mínimos tras doce años consecutivos de sequía.

Por lo pronto en el sector ruegan por lluvias, dan por hecho que las represas tendrán que responder a una mayor generación que la que tuvieron el año pasado, aunque esta sea esquilmando las pocas reservas de agua que quedan.


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