Degeneración macular: no descuidar los síntomas
El 90% de los casos no tiene tratamiento, sólo hay para sus formas más graves.
La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), en sus formas llamadas “húmedas” o exudativas, puede ser frenada si se detecta a tiempo. Es por eso que la Sociedad Argentina de Oftalmología (SAO) está realizando con el apoyo del laboratorio farmacéutico Novartis una campaña para informar a la población sobre cuáles son los síntomas a tener en cuenta.
La DMRE es la principal causa de disminución severa de la visión en los mayores de 60 años en los países occidentales. Se trata de un proceso degenerativo de la zona central de la retina (fondo del ojo) que produce pérdida de la visión central, que es fundamental para realizar actividades tales como leer, manejar un auto, reconocer rostros, ver la hora, coser, tejer o marcar un número de teléfono.
Según indicó el doctor Jorge Bar, jefe del servicio de Retina del hospital “José de San Martín” de Buenos Aires, la DMRE “se puede presentar ya en personas mayores de 50 años, y su incidencia aumenta con la edad”, y que sus síntomas “son la disminución y deformación de la visión central, que puede ser progresiva o aguda”.
Esto significa una pérdida severa de la visión para leer, para mirar y para toda actividad que requiera de una buena definición visual, y como no es un problema óptico sino de la retina, no se corrige con lentes.
La forma seca y la húmeda
Existen dos formas de DMRE: la ‘seca’ y la ‘húmeda’. Si bien esta última se presenta con mucha menor frecuencia –el 90% corresponde a las formas “secas”, irreversibles y sin tratamiento actualmente, pero menos severas– es la más agresiva y peligrosa, ya que reduce la agudeza visual muy rápidamente. Por eso una detección precoz es esencial, ya que muchos afectados consideran que es “normal” ver peor debido a otras afecciones de la edad, postergando la consulta hasta que el daño ocular impide realizar muchas de las tareas habituales.
Oscar Donato, jefe del servicio de Retina del Hospital Pedro Lagleyze, uno de los dos centros porteños referentes en oftalmología, declaró que “puede que la persona crea que tiene cataratas u otra enfermedad ocular, y demore la consulta, y por eso los pacientes mayores deberían realizarse un examen oftalmológico al año, o cada dos si no tienen ningún síntoma, para detectar si está sufriendo algún tipo de alteración ocular”.
La visión central o fina es un fenómeno que tiene lugar cuando la luz llega a la mácula, una región de 1,5 mm de diámetro que conforma la parte central de la retina. Las formas “secas” de DMRE son lesiones generalmente irreversibles cuya causa se desconoce (interviene sin duda la predisposición genética como factor central) y progresan en un promedio de 120 micrones por año, o mantenerse estables.
En general nunca van más allá de la mácula, por lo que la persona sigue conservando su campo visual: sólo se le dificultan la visión fina, aunque eso puede ser discapacitante.
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