Denuncian fraude en Fruticultores Unidos de Centenario y se profundiza el conflicto

Hubo dos allanamientos donde también encontraron armas de fuego.

El conflicto en Fruticultores Unidos de Centenario, una de las plantas de empaque y frigorífico más antiguas de la ciudad comenzó hace un año cuando se realizaron elecciones y la gerencia en funciones la desconoció los comisiones negándose a dejar la conducción de la empresa. Como parte de ese conflicto y en una causa iniciada por la unidad fiscal de Delitos Económicos, el fin de semana hubo allanamientos a la gestión que debía dejar el mando de la firma. Se secuestraron computadoras, documentación y tres armas de fuego.

El 25 de septiembre de 2020 se realizaron elecciones en la empresa Fruticultores Unidos de Centenario, en ellas resultó electa para el nuevo directorio la dupla de socios Nélida Rozza y Nicolás y Claudio Smaniotto, sin embargo, la que hasta ese entonces era directora de la firma, Gladis Sánchez, desconoció en ese momento el acto eleccionario, convocó a una nueva asamblea de aprobación de balance y renovación de autoridades.

Desde ese entonces intervino la justicia en la crisis de la empresa a raíz de las denuncias presentadas por quienes resultaron elegidos para llevar las riendas del negocio frutícola. Sin embargo, casi un año después el conflicto aún sigue. El viernes pasado, a pedido del fiscal Marcelo Silva de la unidad fiscal de Delitos Económicos, la policía de Neuquén realizó allanamientos tanto en la empresa como en el domicilio de Sánchez.

El comisario de Delitos Económicos, Mauricio Pamich, en diálogo con radio Capital, contó que los allanamientos son parte de una investigación de fiscalía realizada por la gestión entrante de la empresa para con la gestión saliente y más precisamente contra su gerenta general.

Detalló que se realizaron dos allanamientos, uno en la sede de la firma en Antártida Argentina al 150 de Centenario y la otra en el domicilio particular de Sánchez en la zona de chacras de Vista Alegre Sur. Pamich informó que en total, de ambos lugares, se secuestraron 9 computadoras, varios pen drive así como documentación, libros de inventario, balances, actas de directorio, facturas, remitos y documentación contable informal.

Pero lo más llamativo para el comisario es que en el domicilio particular de la gerenta de la empresa que se niega a abandonar la conducción había armas de fuego. Se secuestraron una escopeta calibre 28, una escopeta calibre 1270 y una pistola 38 versa. «Dos de las armas tenían como titular el dueño de la chacra pero tenían la documentación vencida hace un tiempo considerable. Y una tercer escopeta según aludía él había sido heredada, pero no tenían ningún tipo de documentación», confió Pamich.


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