Desafíos en la región para la nueva etapa de gobierno

Graciela Landriscini*


La Ciencia, Tecnología e Innovación serán fundamentales para salir de la crisis y generar empleos e ingresos en Río Negro, Neuquén y el resto de la Patagonia.


La región patagónica destaca por su dotación de recursos naturales. Son una bendición y deben ponerse en valor sin traer consigo la tan mentada maldición de la que hablan distintas corrientes de pensamiento económico. Tales visiones argumentan que con frecuencia su explotación genera desequilibrios territoriales y en la estructura económica y social de las naciones y regiones, por cuanto estimula la primarización de las economías y las exportaciones, la gestación de enclaves de riqueza trasnacionalizados y desigualdades sociales, y junto con ello puede provocar notables problemas monetarios y cambiarios. Por ello la puesta en valor de tales recursos demanda de políticas de Estado estables en el tiempo, que prevean los cambios de ciclos de precios y tecnologías, y que sean diseñadas con sentido sistémico.

Al mismo tiempo, el desarrollo de las nuevas tecnologías abre atractivas posibilidades en la región de combinar enlaces hacia atrás y hacia delante de las actividades asociadas a la exploración y extracción de hidrocarburos, a la agricultura, la ganadería, la forestación, como así también a los servicios, entre ellos el conjunto de los que conforman los complejos turísticos, energéticos y de transporte y comunicaciones.

La región, y Río Negro en particular, tienen además recursos destacados en materia de ciencia, tecnología e innovación.

El polo científico tecnológico en San Carlos de Bariloche posee una excepcional dotación de equipos de profesionales especializados en la investigación de nuevos materiales y en el desarrollo de equipos y procesos, que constituyen un capital imprescindible para dinamizar los sistemas productivos y de servicios en la Norpatagonia, generar empleos calificados, reproducir conocimiento, atraer inversiones y nuevos desarrollos . El INVAP, como paradigma de investigaciones aplicadas, el Centro Atómico, el Instituto Balseiro, junto al INTA, el INTI, y al conjunto de institutos, centros de investigación, laboratorios y plantas piloto de las universidades del Comahue, de Río Negro y Tecnológica Nacional son la llave para poner en valor los recursos naturales y los ahorros de la región. Ello demanda articular las nuevas perspectivas productivas y de servicios con el desarrollo, la adopción y la adaptación de nuevas tecnologías.

El polo científico tecnológico en San Carlos de Bariloche posee una excepcional dotación de equipos de profesionales especializados

La industria 4.0 abre infinitas posibilidades en el desarrollo de información y medios para incorporarlos a los procesos de extracción, transformar recursos en origen y exportar bienes y servicios con agregado de valor. También lo proveen la biotecnología, el desarrollo de nuevos materiales y la investigación en ecología, en la genética de nuevas especies y variedades en la agricultura, y los estudios sociales, y del cambio climático y la protección ambiental para encaminar economías y sociedades sustentables.

Oportunidades

Las novedades y oportunidades que nos abre la ciencia y la tecnología a Río Negro y al resto de las provincias patagónicas, nos impone varios desafíos. En primer lugar, promover un Estado planificador, gestor y evaluador junto a la actividad empresarial, para aprovechamientos que pongan en valor los recursos naturales y los territorios, integrando a los organismos del conocimiento como socios que garanticen rigurosidad científica y técnica. Junto con ello dotar de presupuesto y evaluación de acciones a las áreas de ciencia, tecnología, innovación productiva y educación superior, y a los demás niveles del sistema educativo .

No es el mercado sometido a volatilidades continuas y a competencias desleales y globales el que garantiza las transformaciones que nuestros sistemas productivos e institucionales demandan. Las sociedades más avanzadas del planeta exhiben altos índices de innovación económica y social que son el resultado de concertaciones público-privadas estratégicas y sostenidas en el tiempo, centradas en el conocimiento y la inclusión social. Ello nos plantea que la base para esos desarrollos posibles asocia una educación de calidad para todos y sistemas de salud y seguridad social integrados y universales, que garanticen equidad y permitan edificar complejos de producción y servicios avanzados, que integren conocimiento, responsabilidad social empresaria, compromiso de las organizaciones laborales y la planificación, regulación y evaluación por parte del Estado.

Estado y mercado

Un nuevo contrato social de mediano y largo plazo para el desarrollo en Río Negro y en la Patagonia demanda un nuevo modelo de políticas públicas. Exige abandonar mitos y liturgias centradas en el puro mercado como la “institución por excelencia” para organizar por sí las economías hoy, en tiempos de la globalización, alianzas estratégicas de países y de las mayores desigualdades de la era contemporánea.

No es el mercado sometido a volatilidades continuas y a competencias desleales y globales el que garantiza las transformaciones

El presupuesto público es una valiosa herramienta de planificación. No puede la función ciencia y tecnología tener niveles cercanos a cero en el presupuesto nacional, ni en los provinciales.

En tiempos de la economía del conocimiento y de una nueva revolución tecnológica centrada en las operaciones digitales, la telemetría, la big data, la bio y nano tecnología y la inteligencia artificial, no puede permitirse que se le asignen cero recursos en los presupuestos a los desarrollos y adaptaciones en las investigaciones básicas y aplicadas.

Nuestra región y Río Negro demandan que los recursos del conocimiento se incorporen a los procesos productivos y a los servicios y los hagan más eficientes y sustentables ambientalmente.

Ello demanda además formación humana intensiva y rigurosa y puestos de trabajo estables y bien remunerados que faciliten el aprendizaje tecnológico y la comunicación, recurso vital.

Los pobres resultados en los sistemas productivos regionales se explican por descoordinación, falta de financiamiento, descapitalización, asimetrías comerciales, especulación centrada en reclamar subsidios, comportamientos monopólicos, y en la falta de inversión para incorporar tecnología y capacitar personal.

Los gobernantes tienen la responsabilidad que impone la hora, también los empresarios y sindicatos, las universidades, las escuelas, las ONGs., y claro que la política. No pueden eludirse.

Es necesario dar ejemplo a los jóvenes de la madurez institucional que la hora impone. Y no hay tiempo que perder ni en Río Negro, ni en el resto de la Patagonia. No más ajuste, ni más pérdida de actividad económica, empleos, ingresos y recursos. El futuro es hoy y estamos de pie.

* Economista, exdecana de la Facultad de Economía. Secretaria de Planeamiento y Desarrollo Institucional de la UNCo. Diputada electa por el FdT.


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