Detuvieron a conocido empresario de Cipolletti por violencia de género

El hombre está acusado de hostigar y de ejercer violencia de género contra su expareja.  La fiscalía había archivado las actuaciones.

Finalmente se resolvió el enigma sobre el paradero del conocidísimo empresario cipoleño al que las autoridades no podían notificar. El hombre está acusado de hostigar y de ejercer violencia de género contra su expareja pero la fiscalía había archivado las actuaciones.

A partir de la publicación de Rio Negro, el juez de familia Jorge Benatti, este mediodía, envió a la policía a su casa y lo arrestó.

Era un secreto a voces porque todos, en Cipolletti, conocen al empresario que administra bares, boliches, restaurantes y confiterías en la ciudad. Incluso durante la intendencia de Aníbal Tortoriello el hombre salió a cruzar al mandatario y aseguró que cerraba las puertas de uno de sus locales por los constantes controles de los inspectores municipales. Esa confitería funcionaba en el centro de la ciudad y apuntaba a un público de elite. El ingreso era bastante restringido.

Sin embargo, oficialmente la fiscalía informó que no podía avanzar con las actuaciones en su contra por falta de notificación.

A raíz de la repercusión, el juez de familia Jorge Benatti ordenó el arresto del empresario, informaron fuentes policiales. Su nombre no se consigna por protección a los hijos que tiene con la pareja en conflicto.

La fiscalía sospecha que el hombre es el protagonista de un video registrado por una cámara de seguridad del barrio El Manzanar, hace un par de días. Allí se observa como una persona intenta prender fuego el vehículo de la víctima. Es más, en una actitud desafiante, saluda a la cámara.

La víctima aseguró que es hostigada, que tiene muchísimo miedo y que siente que no recibe respuestas por parte de las autoridades.

La fiscalía se deshizo en explicaciones técnicas acerca de por qué no podía avanzar con la causa. Sin embargo, el juez Benatti – ante la repercusión – ordenó detenerlo.

La ley 3040 de violencia familiar permite el arresto de hasta de diez días de la persona que incumple las órdenes judiciales, en este caso la prohibición de acercamiento. Luego la fiscalía debe formular cargos en el fuero penal por el delito de “desobediencia a una orden judicial”.

Las fuentes consultadas aseguraron que el empresario era conocido en el fuero penal por causas similares y por algunas peleas protagonizadas en los locales nocturno.  No se explica ahora como es que si era tan conocido, la fiscalía no podía encontrarlo y cómo hizo el juez de familia para ubicarlo con tanta celeridad. Continúa el enigma.


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