Dura reacción de Adepa por intento oficial de monitorear la «desinformación»

"Monitorear el pensamiento no favorece la libertad de expresión", sostuvo el organismo al criticar el observatorio "Nodio", lanzado por la Defensoría del Público".

Miriam Llewin, defensora del Público. Presentó el nuevo Observarorio.

La determinación de crear desde un organismo oficial un «Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales (Nodio)«, con la intención de «proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias», generó el repudio de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) y de algunos dirigentes de Juntos por el Cambio.

La defensora del Público, Miriam Lewin, hizo la presentación y afirmó que el observatorio surge como respuesta a los reclamos de las audiencias por la proliferación de «mensajes cargados de violencia y desinformación en redes sociales y en medios».

La polémica iniciativa oficial surge a 11 años de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Lewin presentó el observatorio en un panel con el director del organismo Glenn Postolski; el psicoanalista Jorge Alemán; la diputada Florencia Saintout; la investigadora Adriana Amado Suárez; el profesor Damián Loreti, y la periodista María Seoane.

Según el organismo, el Observatorio busca generar insumos que permitan «reflexionar acerca de las prácticas responsables en búsqueda de un periodismo de alta calidad» y debatir «sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet».

Adepa, en línea con críticas que virtió por proyectos similares que tuvieron lugar en la década pasada, sostuvo que «la instauración de este tipo de órganos de vigilancia desde el Estado conlleva un riesgo cierto de que estos sean utilizados como método sutil de disciplinamiento o represalia por motivaciones ajenas a los principios que dicen promover. La propia conformación del panel de presentación, con la casi totalidad de sus integrantes identificados con un sector político claramente determinado, es un indicio de ello». 

Subrayó: «Una cosa son las iniciativas provenientes de la sociedad civil para promover el análisis crítico de los contenidos que circulan en el ecosistema digital. Otra muy distinta sucede cuando este tipo de propuestas provienen de organismos públicos, que perfectamente pueden utilizar estos mecanismos de ‘observación’ como una suerte de censura indirecta, estigmatizando opiniones diferentes y abriendo una peligrosa puerta para la consumación de conductas aun más graves, como persecuciones y criminalizaciones de la libre expresión.

Adepa insistió en que «la mejor manera de combatir la desinformación y los discursos de odio es fortalecer el periodismo profesional y los contenidos de calidad, muchas veces no jerarquizados adecuadamente por redes sociales y plataformas digitales. Obviamente, nadie está exento de cometer errores, pero medios y periodistas son responsables ante sus audiencias, y judicialmente ante cualquier desvío o daño. Esta responsabilidad ulterior, prevista por nuestro ordenamiento legal y por los tratados internacionales, es la única que garantiza la libertad de expresión, según los estándares internacionales de derechos humanos». 

En tanto, desde Juntos por el Cambio, el diputado nacional Cristian Ritondo comparó a Nodio con un «cepo» como el aplicado sobre el dólar. «Este gobierno tiene un cepo para todo, también para controlar a la prensa. El poder de turno no debe decidir qué información llega a los ciudadanos. El Estado nacional tiene que garantizar la libertad de expresión, no restringirla», señaló.

Asimismo, el diputado nacional Fernando Iglesias publicó una foto de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda en la Alemania Nazi, al criticar en Twitter el observatorio anunciado.


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