Calidad del agua: una clave para la ganadería de Río Negro
Un equipo del INTA Valle Inferior, analiza la composición del agua en campos de secano del este rionegrino. Buscan una mejora de los índices productivos y reproductivos del ganado.
Por INTA
El problema del agua es histórico para los productores del este rionegrino, quienes se enfrentan a problemas asociados con la calidad del agua en sus campos. Diferentes laboratorios públicos y privados cuentan con análisis de minerales presentes en muestras de agua de distintos campos, realizados en muchos casos desde hace más de una década.
Estos datos previos muestran que hay sitios con altos niveles de salinidad sumados a la presencia de diversos minerales, cuya composición puede influir significativamente en la salud y productividad del ganado.
Para abordar esta problemática, un equipo técnico de la Estación Experimental INTA Valle Inferior del Río Negro (EEAVI), en colaboración con las agencias de San Javier, Conesa y Valcheta, ha emprendido un proyecto destinado a caracterizar en profundidad la calidad del agua.
El objetivo principal es identificar los minerales presentes en exceso o déficit, en el agua de perforaciones, una tarea crucial para diseñar estrategias que mejoren la actividad ganadera.
Durante el verano y el otoño se toman muestras en campos donde los productores han detectado problemas como bajas tasas de preñez o ganancias de peso reducidas en categorías de recría.
Estas muestras permitirán una caracterizar por sectores o regiones, problemáticas en común, lo que facilitará la exploración de alternativas de uso para este recurso indispensable. “Conocer qué minerales están presentes en el agua, y en qué proporciones, es fundamental. Esto nos permite determinar si es necesaria una suplementación mineral específica”, detalla Gabriela Garcilazo, técnica de la EEAVI.
Estamos acostumbrados a evaluar la calidad de los alimentos, pero nos olvidamos de que el agua también aporta minerales fundamentales para el óptimo funcionamiento de los mecanismos hormonales y reproductivos del ganado”
Gabriela Garcilazo, técnica de la EEAVI.
Según los especialistas, algunos minerales pueden administrarse de manera inyectable, mientras otros requieren suplementos en bloques o en bateas para lamer. Sin embargo, se suele utilizar suplementos sin conocer con certeza si realmente cubren las necesidades de los animales, o si se genera un exceso de minerales que puede ser perjudicial.
El proyecto busca optimizar la suplementación y reforzar la idea de que el agua es esencial en la nutrición animal. “Estamos acostumbrados a evaluar la calidad de los alimentos que compramos o del pasto, pero nos olvidamos de que el agua también aporta minerales fundamentales para el óptimo funcionamiento de los mecanismos hormonales y reproductivos del ganado”, destaca Garcilazo.
Con muestras de los campos de la región, el trabajo busca establecer patrones generales por zona, teniendo en cuenta que el agua de perforaciones suele variar por sectores, aclara Mariana Dacal, de la Agencia de Extensión de General Conesa. Con esta información, los productores contarán con una herramienta valiosa para mejorar la performance, tanto nutricional como sanitaria.
Los valores de sales totales en el agua de bebida recomendados para los rodeos de cría se ubican en un rango de 2 a 4 gramos por litro (2000 – 4000 mg/l). Esta determinación puede realizarse directamente en el tanque australiano por medio de conductímetros manuales, o remitiendo una muestra a un laboratorio especializado, entre ellos, el que forma parte de esta Experimental.

Valores menores pueden requerir suplementación mineral y cuando sean superiores, la recomendación es conocer cuál es el tipo de minerales predominantes que causan ese alto contenido de sales totales. Este desglose solo se realiza en laboratorio. Algunos minerales tienen rangos de tolerancia elevados y otros con valores de concentración mínimos ya resultan tóxicos, muchas veces la toxicidad no implica directamente la muerte de los bovinos que consumen el agua, sino que como se mencionó provocan pérdida de productividad.
Por otro lado, suele ser posible identificar en los animales, signos externos que pueden sugerir déficit o exceso. Por este motivo, relacionar el aspecto externo o el comportamiento del rodeo con la calidad de agua que abrevan, forma parte de los objetivos del proyecto con el fin de contar con información comprensible que permita difundir al medio rural estrategias de identificación, análisis y mitigación.
Por último, Dacal, invita a los productores a acercarse al laboratorio de la Experimental Valle Inferior para conocer cómo deben tomarse las muestras de agua para analizar, o bien comunicarse a través de las redes sociales para recibir asesoramiento. Por otro lado, explica que los rangos de sales totales obtenidos en los muestreos se encuentran en 4760 mg/L para el mínimo y 14910 mg/L para el máximo.
Este enfoque estratégico sobre la calidad del agua promete ser un paso clave para el desarrollo sostenible de la ganadería en el este rionegrino, poniendo en valor un recurso muchas veces subestimado, pero vital para el éxito productivo.
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