¿En qué invertir? La inversión estrella del 2022 tuvo un gran arranque en 2023

Una de las más nefastas consecuencias de la inflación es la imposibilidad de usar la moneda como reserva de valor. En cambio, la población busca desprenderse del dinero en su poder para hacerse de bienes o activos, en su intento y afán de ganarle a la escalada de precios.

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En 2022, año en que la inflación acumulada alcanzó máximos en décadas, hubo pocas alternativas de inversión que han sido capaces de lograr rendimientos reales positivos. Pero, en general, las acciones argentinas en el mercado local han tenido un desempeño, cuanto menos, sobresaliente.

El índice Merval, el principal índice de acciones líderes de la Bolsa de Buenos Aires, cerró su mejor año en la historia, con un rendimiento nominal en pesos del 142%. Sucede a contramano de lo observado en otras inversiones en pesos en Argentina y en otros índices bursátiles alrededor del mundo. Por ejemplo, Wall Street cerró el 2022 con importantes pérdidas y fue su peor año desde la crisis financiera de 2008. La bolsa argentina fue la segunda de mayor rendimiento del año en el mundo, superada solo por el mercado bursátil turco.

Más del 90% de esa suba anual tuvo lugar en el segundo semestre del año: desde la apertura de la bolsa el 1 de julio hasta su cierre en el último día hábil del 2022, la suba del Merval fue del 128%. Un rendimiento sin dudas extraordinario.

Las empresas que impulsaron esta memorable performance principalmente pertenecen al sector energético, que han incrementado con fuerza su rentabilidad por la suba de los precios internacionales de la energía a raíz del todavía vigente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Destacan en el panel líder del Merval las ganancias acumuladas en 2022 por Transportadora del Gas del Sur (+347,9%) e YPF (+304,3%). En Wall Street la empresa argentina de mejor desempeño fue Vista Energy (+193,8%). Más de la mitad de las empresas que componen ese panel tuvieron rendimientos anuales por encima de la inflación.

¿Qué sucederá en 2023?

La racha positiva del Merval no terminó con el cambio de año calendario: en tan solo la primera semana del 2023, el índice de la bolsa porteña ya acumula una suba del 5,8%.

Para evaluar lo que ocurrirá con este índice bursátil en 2023, no se puede soslayar el hecho de que se trata de un año electoral: los desempeños están correlacionados a las condiciones y resultados de los comicios presidenciales del segundo semestre. Sin embargo, al descontarse que se continuará o profundizará el rumbo económico trazado por Sergio Massa, sobre todo en materia fiscal, prevalecen las buenas expectativas, fundamentales en este tipo de mercados.

Pero por otra parte, los analistas coinciden que detrás de estos rendimientos hay fundamentos más sólidos que la mera especulación, pues el grueso de las compañías cotizantes han mostrado balances con mejoras sustantivas de utilidades y reducciones de pasivos.

Sin embargo, las acciones son instrumentos de renta variables volátiles. Es decir, de rentabilidad potencial alta pero también de alto riesgo, con considerable probabilidad de pérdidas. Por ello se recomiendan para inversiones de largo plazo. ¿Pero cómo invertir en la bolsa?

FCI, la manera más simple de invertir en la bolsa

Si bien no hay un instrumento que permita abarcar todo el mercado bursátil local con una sola inversión, los fondos comunes de inversión (FCI) son una manera sencilla de colocar los ahorros en acciones que cotizan en el Merval.

Para ello, se puede solicitar la apertura de una cuenta comitente en el banco. Una vez activa la cuenta, en la sección inversiones se puede suscribir un nuevo FCI. Dentro de ellos, hay que elegir los de renta variable y buscar aquel que tenga como fuente de rendimiento (benchmark) el índice Merval. A continuación, un listado que puede resultar de ayuda.

Una vez seleccionado el FCI, se debe indicar el monto en pesos que se desea invertir. El seguimiento es diario, y la liquidez es alta (se puede solicitar rescate cualquier día hábil en los horarios establecidos y el mismo se efectiviza en, como máximo, 48 horas hábiles).