El emprendedor de Choele que viajó al mundo y fundó la plataforma cripto más grande de Argentina
ENTREVISTA │ Sebastián Serrano es creador de Ripio, plataforma de criptomonedas con más de 3 millones de usuarios activos y proveedora de otros gigantes como Mercado Libre o Banco Utaú de Brasil,
El recorrido de Sebastian Serrano inicia en Choele Choel, y llega hasta convertirse en fundador y CEO de Ripio, la mayor plataforma cripto del país. Hijo de padres platenses, sus padres lo trajeron recién nacido al Valle Medio, donde atravesó toda su infancia hasta el momento de irse para hacer su formación de grado. En el marco de ENDEAVOR Patagonia, Serrano dialogó con RÍO NEGRO y relató en primera persona su historia.
PREGUNTA: ¿Dónde nace la ciber curiosidad en un niño de Choele Choel?
RESPUESTA: Siempre fui el más nerd del colegio y siempre me gustó la tecnología. Programo de muy chico, empecé a los ocho años en Basic, con una Commodore 64 usada que consiguió mi viejo después de que le volé la cabeza para que me compre la computadora. Entonces siempre tuve esa conexión.
P: ¿Cómo fue la transición desde el Valle Medio a la gran ciudad?
R: Cuando terminó la secundaria quería estudiar física y entrar al Balseiro, pero para eso primero tenés que estudiar en otro lugar. Hice algunos años de física en La Plata, comprendí qué era ser un físico, escribir papers, y también me fui dando cuenta que por ahí no tenía el talento que se necesitaba. Por eso decidí hacer las dos carreras al mismo tiempo, física y programación. Terminó ese año y había pasado todas las materias de programación con 9 y 10, y en física había hecho dos materias. Además, cuando me fui a estudiar, al toque muere mi viejo en 2001, y tuve que empezar a trabajar. O sea, estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Esa necesidad me fue conectando a hacer cosas. Tenía un background en redes, entonces trabajé en un proveedor de internet en La Plata, donde llegué a ser CTO.
P: Ese background también proviene de Choele ¿Fundaste una proveedora de internet?
R: Fue una cosa más bien divertida. Comencé a trabajar con una gente que en Choele se conectaba a internet remoto. Corría el año 1998, teníamos una antena satelital con IMSAT y dial-up, y yo mantenía los servidores remotos. Estuve con ellos en esa primera etapa hasta que me fui a estudiar. La empresa se llamaba Vallenet. Con los años pensé que en algún momento la empresa había muerto, porque pasó varias veces de manos. Desconozco si hubo una venta o si alguien revivió la marca, porque años después volví a la región y volví a ver carteles de Vallenet.
El motor del crecimiento fue la necesidad de enviar dinero al exterior en medio del cepo cambiario de 2011. Los precios eran volátiles, pero Bitcoin funcionaba igual en Argentina porque el peso se derretía más rápido que la cotización de la criptomoneda.
P: ¿Cómo surge el contacto con la tecnología?
R: En algún momento dije no quiero ser más bombero en redes de infraestructura, y volví a programar. Encontré trabajo remoto en una empresa sueca. Una startup de internet que había levantado capital semilla. Con ellos empecé a darme cuenta de todo ese mundo. Y entendí que las principales empresas están en Silicon Valley. Entonces reorienté mi trabajo remoto a empresas americanas y terminé con un americano en una startup que luego me tomó como cofundador. Viajé para trabajar con ellos. No funcionó, pero nos hicimos muy amigos con uno de los cofundadores, que hoy es cofundador en Ripio. Cuando cerramos, yo empecé una Software Factory para trabajar con otras empresas y empecé a contratar más desarrolladores. Tipo Globant, pero más de nicho.
P: ¿Cómo nace Ripio?
R: Fue en el año 2012, en Argentina ya regía el primer cepo cambiario. Era muy complejo cobrar y mandar plata de vuelta a Argentina, y eso me llevó a probar cosas. Encontré Bitcoin, y me funcionó, entonces empecé a comprar y vender Bitcoin. En abril de ese año estando en San Francisco los convencí de la idea a Mugur Marculescu, mi cofundador, y a Luciana Grusceszka, que se convirtió en la pata local en Argentina. Mugur se tomó vacaciones del trabajo y armamos un primer prototipo de lo que al principio era una plataforma de pagos que presentamos en la primera conferencia de Bitcoin en San José, en mayo de 2013. Ahí conocí a los primeros argentinos que ya hacían algo con Bitcoin.
P: Luego hizo falta inversión para crecer…
R: Fue evolucionando. Logramos captar el capital semilla en Silicon Valley, después de intentar millones de veces. En esa época había que explicar Bitcoin, pero también había que explicar Argentina. Y había que explicar por qué nosotros sí íbamos a funcionar. Me pedían que explique el proyecto en 30 segundos, y yo respondía ‘no, primero necesito explicarte historia económica de Argentina. Te tengo que explicar qué es esta tecnología y por qué’.
P: ¿Cómo fue el escalamiento del negocio?
R: Cripto evolucionó un montón y nosotros evolucionamos a la par. Cuando empezamos, sólo había Bitcoin. Uno de los problemas que teníamos eran las liquidaciones. Mucha gente nos usaba para cobrar con cripto y las liquidaciones eran muy volátiles. Aún así, funcionaba en Argentina porque el peso se derretía más rápido que Bitcoin. Había una tasa de diferencia muy grande entre cobrar con cripto o no. El pivot más importante fue al año de lanzar el proceso de pagos. El nombre original de la empresa era BitPagos. Nos dimos cuenta de que no había forma de comprar Bitcoin en Argentina y teníamos un montón de comercios que recibían Bitcoin y no tenían dónde venderlo. Dijimos, si no hay nadie haciendo la billetera para comprar, la vamos a tener que armar. Luego surgió Ethereum y fuimos la primera empresa en integrarla. Más tarde llegaron las stablecoins.
El nombre Ripio fue ideal porque que conectaba con mi historia en Choele Choel, con ser de la Patagonia, con lo que estábamos haciendo que era abrir caminos, y podíamos armar toda esa metáfora alrededor del nombre.
P: ¿Cómo surge el nombre?
R: La empresa se seguía llamando BitPagos, un nombre súper genérico, conjunción de Bitcoin y Payments. Pero cuando detectamos esa necesidad real del usuario de poder acceder a cripto, comenzamos a pensar el producto y el concepto detrás del nombre. Buscamos algo que sea duro, alguna piedra o algo así. En algún momento llegamos a Ripio, que conectaba con mi historia, con ser de la Patagonia, con lo que estábamos haciendo que era abrir caminos, y podíamos armar toda esa metáfora alrededor del nombre. Logramos comprar el sitio .com y en 2014 lanzamos la billetera. En ese momento un Bitcoin salía $3.000. Hoy cada Bitcoin vale por encima de $150 millones.
P: ¿Qué es Ripio hoy?
R: Nuestra misión sigue siendo construir esa infraestructura de acceso a cripto. Ese andamiaje y todas esas vías de tren y de caminos. Todas las tuberías para que funcione cripto en América Latina. Tenemos una aplicación retail para el usuario final, que es el producto más viejo y tiene 3 millones de usuarios activos y más de 24 millones de usuarios, considerando sus operaciones B2C y B2B. Básicamente es una app con Exchange, en la que podés comprar y vender cripto. Descargás en el teléfono, validás como si fueran cualquier billetera virtual, depositás pesos y los podés cambiar por Bitcoin o stablecoins o Ethereum. Luego nació súper retail que en los últimos años se ha institucionalizado un montón y lanzamos una plataforma B2B entre empresas, para que las empresas puedan integrar cripto en sus operaciones y ofrecer cripto a sus clientes. Hoy somos el proveedor de cripto de Mercado Libre, de bancos muy importantes como Itaú de Uruguay, y de Invertir Online, que es el broker de acciones online más grande del país. Todas esas empresas intercambian cripto a través de Ripio, u ofrecen cripto con nosotros.
Ripio, la empresa fundada por Sebastián Serrano, es la mayor plataforma cripto de Argentina con proyección a América Latina. Tiene 24 millones de usuarios activos y provee plataforma a otras empresas como Mercado Libre, Invertir On Line o Banco Itaú de Uruguay.
P: ¿Es posible la utopía de que las cripto reemplacen al dinero?
R: Creo que mientras existan los estados, el dinero es una herramienta de orquestación de la economía. La tecnología rompió las definiciones del dinero. Cuando le preguntas a un economista que es el dinero, obtenés una respuesta que es válida por los últimos 300 años, desde que existe el papel moneda. Pero cuando el papel dejó de usarse, esa respuesta empezó a romperse. Cada una de esas tres funciones se va reemplazando, sobre todo porque IA le va a poner muchísima presión. Por ejemplo, reserva de valor va a ser cubierta por Bitcoin, como un activo escaso. El medio de pago va a ser reemplazado por stablecoins. De hecho Estados Unidos está haciendo una apuesta muy fuerte a eso, porque le genera mucha demanda de bonos de Tesoro. Respecto a la unidad de medida de medida, sucede algo particular con los precios. Al incrementar exponencialmente nuestra capacidad de cómputo, nuestra capacidad de definir precios es abismalmente más rápida. Entonces la definición de precio termina siendo un cómputo.
P: ¿Por qué aún existe tanto perjuicio con las criptomonedas?
R: Existe en el inversor tradicional. Es generacional. El usuario nuestro, joven de entre 25 y 35años, no tiene perjuicios, y no se lo cuestiona tanto. Cuanto más joven, menos se lo cuestiona. El esquema también necesita ponerse viejo para demostrar que es sólido, y eso lleva tiempo.
Perfil
Sebastián Serrano es Analista Programador (Universidad Nacional de La Plata) y MBA (Universidad Nacional de La Plata).
En 2007 fundó una empresa de desarrollo de software que brinda soluciones a diversas startups, donde también lideró el equipo de desarrollo.
Hacia el año 2012 se sumerge en el mundo de Bitcoin y las criptomonedas. En 2013 crea Ripio, junto a Mugur Marculescu y Luciana Grusceszka, que en pocos años se convierte en una de las empresas cripto de mayor crecimiento en América Latina. Ripio cuenta con mas de 3 millones de usuarios activos y provee plataforma a Mercado Libre e Invertir On Line.
El recorrido de Sebastian Serrano inicia en Choele Choel, y llega hasta convertirse en fundador y CEO de Ripio, la mayor plataforma cripto del país. Hijo de padres platenses, sus padres lo trajeron recién nacido al Valle Medio, donde atravesó toda su infancia hasta el momento de irse para hacer su formación de grado. En el marco de ENDEAVOR Patagonia, Serrano dialogó con RÍO NEGRO y relató en primera persona su historia.
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