En el año de la invasión a Ucrania, la fruta soportó pérdidas millonarias

Los envíos al mercado soviético desde el puerto de San Antonio cayeron un 82% en 2022, durante el primer año de la invasión de Rusia a Ucrania. Las estimaciones dan cuenta de una pérdida superior a los 35 millones de dólares para el conjunto de la actividad frutícola durante la temporada 2022.

Décadas. Ese es el tiempo que lleva la crisis de la actividad frutícola en la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
Cambios de orientación económica, ausencia de políticas de largo plazo, recambio generacional, concentración de la actividad en pocas manos, y el emergente de una actividad de enorme rentabilidad como el shale oil. Todo ello confluye de forma lenta pero constante desde hace años para configurar el jaque a la actividad productiva más simbólica de la Norpatagonia.


Sobre llovido mojado, hace exactamente un año Rusia invadió Ucrania, e inició el episodio más reciente de la crisis frutícola.


El bloqueo económico que impuso occidente y el cierre de las vías comerciales hacia Rusia, significó un impacto certero a las exportaciones de peras y manzanas de la región, cuyo mercado principal era el soviético.


Conflicto largo y tormenta perfecta para Argentina


La mayoría de los analistas internacionales coinciden en que a fines de febrero de 2022 Vladimir Putin imaginaba la invasión a Ucrania como un escenario que finalmente no sucedió: una guerra relámpago.
El objetivo era seducir a los propios ucranianos con el discurso “libertador” ruso, poner a la población en contra del mandatario ucraniano Volodímir Zelenski, y que este se viera obligado a renunciar.

Extenso. El conflicto bélico tras la invasión de Rusia a Ucrania se extendió más de lo esperado.


Por el contrario, la invasión se convirtió en un conflicto largo que no solo implicó pérdidas por miles de millones de dólares a nivel global, sino que además ya le costó a Rusia entre 60.000 y 70.000 bajas militares y más de 200.000 muertos si se contabilizan las fuerzas paramilitares, el personal humanitario y los desaparecidos.

La guerra inició como un conflicto que se preveía breve, pero se extendió y significó el cierre abrupto del mercado ruso y la caída en los volúmenes exportados.


Ante la extensión en el tiempo de la invasión, y siendo Ucrania uno de los principales productores de granos del mundo, el resultado inexorable fue el incremento en los precios globales de los alimentos. Para nuestro país, a priori suponía una oportunidad: lo mejor que hace Argentina es producir alimentos.


No obstante el escenario llegó en medio de la mayor sequía en 60 años, y 2022 cerró con un menor volumen de granos pero con mejores precios, lo que compensó la baja en las cantidades.


Pero el golpe más significativo llegó de la mano de la ecuación energética. Las restricciones en los envíos del gas ruso a Europa generaron un fuerte incremento en los precios de la energía. Nuestro país importó en 2022 un 4% más que en 2021 en volumen de energía, pero el costo fue un 100% más alto.

La reapertura del mercado ruso en 2023, supone de antemano la recuperación de los niveles exportados previos al inicio del conflicto bélico.


“Hablé con Kristalina y le expliqué que la guerra nos había costado a los argentinos u$s 5 mil millones. Y que la sequía nos iba a costar otros u$s 15 mil millones. Por eso le pedí que la respuesta que nos brinde sea una respuesta política”.


Fue el relato del Presidente Alberto Fernández en relación al costo de la guerra y al pedido explícito al Fondo Monetario, que resultó en la revisión de la meta de reservas para 2023. Tal es el cálculo en relación a las pérdidas ocasionadas por la guerra que manejan en el gobierno.


La fruta del Alto Valle, atrapada en el conflicto bélico


Cuando el 24 de febrero de 2022 las tropas rusas cruzaron la frontera ucraniana, la temporada de peras y manzanas llevaba un mes y medio en marcha. Para ese entonces y a tono con la tendencia de los años previos, las estimaciones indicaban envíos al gigante euroasiático por al menos 82.000 toneladas. Tal fue el registro en la temporada 2021, y Rusia representaba en ese momento el 20% de las exportaciones totales de fruta del Alto Valle.

Impacto. Los envíos a Rusia cayeron fuerte en 2022.


Ni bien inició la avanzada bélica sobre Ucrania, los peores pronósticos asomaron: el mercado soviético se cerró abruptamente, y más de 70.000 toneladas debían ser reorientadas a otros mercados.


De inmediato, surgió la puja entre productores y exportadores en torno a la distribución de los costos de la guerra. Los empresarios aducían el cambio en el escenario y la imposibilidad de cumplir con los precios acordados al inicio de la temporada. Los productores señalaban que el problema era netamente comercial, y que la fruta estaba a disposición en tiempo y forma.


Un año después las estadísticas de la temporada 2022 no dejan lugar a dudas. Todas las estimaciones se cumplieron con creces, y el impacto sobre la actividad productiva más tradicional de la región, fue mayúsculo.


Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación el mercado ruso representaba hasta 2021 el 24,2% del total de las exportaciones argentinas de pera. Esa porción se redujo hasta el 16,8% tras el cierre de los puertos rusos en 2022.


De igual forma, hasta 2021 el 11,1% de las exportaciones argentinas de manzana tenía como destino Rusia. Esa porción cayó hasta la mitad, registrando solo el 5,5% en 2022.

Si los datos se colocan en toneladas, el golpe a las exportaciones del Alto Valle en 2022 a raíz de la guerra, luce aun más crítico. En base a los datos que ofrece la Terminal de Servicios Portuarios Patagonia Norte que opera el Puerto de San Antonio Oeste, resulta que en 2021 se enviaron desde esa terminal 65.517 toneladas de peras y manzanas con destino a Rusia.

En contraste, durante la temporada 2022 los envíos al mercado soviético alcanzaron solo las 11.371 toneladas. Una caída del 82% en solo 12 meses, que según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario representó para el conjunto de la actividad pérdidas que oscilan los u$s 35 millones.


La reapertura del mercado ruso en 2023, supone de antemano la recuperación de los niveles exportados previos al inicio del conflicto bélico. Alivio para una actividad que arrastra décadas de complejidades estructurales, y se vio azotada de forma directa y exógena por el cisne negro de la guerra.

Dato

11.371
Las toneladas de fruta que partieron desde San Antonio rumbo al mercado soviético en 2022. Una baja del 82% interanual.

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