Por qué los plazo fijos UVA crecieron 43% en pocos días y asoman como el último refugio de los ahorristas

El stock de plazos fijos tradicionales cae en Argentina, y simultáneamente aumenta el de plazos fijos UVA. A qué se debe y qué hay que tener en cuenta.

Bajo un régimen de muy alta inflación, como el que hoy atraviesa la Argentina, la pregunta del millón es cómo reguardar el poder adquisitivo de los ahorros. En este contexto, los plazos fijos UVA emergen como una alternativa elegida por cada vez más personas.

Tras el salto devaluatorio del 13 de diciembre, que llevó al tipo de cambio oficial a los $800, el stock de plazos fijos UVA en Argentina creció un 43%. Paralelamente, se redujeron las colocaciones en plazos fijos tradicionales. Esto obedece a dos razones.

Por un lado, la aceleración inflacionaria y la expectativa de que continúe hicieron más atractivos los plazos fijos UVA. Por el otro, la semana pasada el Gobierno decidió reducir la tasa de interés de las Leliqs, lo tiene un impacto directo sobre los plazos fijos tradicionales, cuya tasa nominal anual (TNA) pasó de 133% a 110%. Ello significa que su rendimiento efectivo pasa a ser de 9,1% mensual, muy por debajo de la inflación observada y esperada.

Estos elementos sumados a la estabilidad del dólar en las distintas plazas y a la reducción de la brecha cambiaria tras la devaluación, hacen que los plazos fijos UVA emerjan como la única alternativa capaz de seguir de cerca la desatada inflación. Sin embargo, hay puntos a tener en cuenta antes de decidir colocar los ahorros en esta herramienta financiera.

Lo que hay que saber de los plazos fijos UVA


Según el Banco Central, un plazo fijo UVA es un instrumento de ahorro protegido de la inflación. Los pesos colocados se convierten en UVAs (Unidades de Valor Adquisitivo), las cuales se actualizan por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (“CER”) que sigue al índice de precios al consumidor (IPC). Ello garantiza que los ahorros allí colocados no pierdan contra la inflación.

El rendimiento que otorgan los plazos fijos UVA consta de dos partes. Por un lado, pagan una tasa de interés marginal del 1% anual (0,08% efectivo mensual). Por el otro, y lo que es más importante, los ahorros diariamente se actualizan en base a la última tasa de inflación publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). De aquí se desprende algo no menor: la actualización es con rezago. Por tanto, hasta el 14 de enero los plazos fijos UVA se actualizan con una tasa efectiva mensual del 12,8% (variación del IPC de noviembre), lo cual está por debajo de la inflación actual. A partir del 15 de enero, la actualización se hará en base a la inflación de diciembre (que será muy alta).

Hasta el 14 de enero los plazos fijos UVA se actualizarán con una tasa efectiva mensual del 12,8% (variación del IPC de noviembre), lo cual está por debajo de la inflación actual.

Para lograr el rendimiento total de inversión (actualización por inflación más tasa del 1% anual), el ahorrista debe colocar sus pesos por un plazo mínimo de 90 días. Sin embargo, existe la posibilidad de cancelar anticipadamente (precancelar) el plazo fijo UVA a partir del día 30 desde su constitución, y en tal caso el ahorrista cobrará una tasa de interés fijada de antemano en lugar de obtener el rendimiento total. Es decir, ya no logrará la actualización por inflación.

La pregunta es qué tasa pagarán los bancos. La autoridad monetaria dispuso hace unos días que las entidades bancarias sigan ofreciendo plazos fijos UVA a sus clientes, pero ahora serán ellas quienes establezcan la tasa de interés a pagar en caso de precancelación. Antes, existía para tales casos una tasa mínima fijada por el Banco Central, que era unos puntos menor que la TNA de un plazo fijo tradicional (110% al día de hoy). Al dejar existir tal límite, se descuenta que los bancos paguen por precancelación una tasa muy por debajo de la inflación, lo que motiva (y casi obliga) a los ahorristas a inmovilizar sus ahorros durante 90 días.

Los bancos pagarán por precancelación una tasa muy por debajo de la inflación, lo que motiva (y casi obliga) a los ahorristas a inmovilizar sus ahorros durante 90 días.

El monto mínimo a colocar en un plazo fijo UVA suele ser de $1.000, pero la existencia o no de un límite máximo dependerá de la entidad bancaria que ofrezca el producto. Asimismo, hay entidades que están adecuando sus sistemas para ofrecer esta alternativa a sus clientes.

En suma, la principal ventaja radica en que, a la fecha, los plazos fijos UVA son la única alternativa que permite indexar los ahorros a las tasas de inflación, garantizando que los mismos no pierdan poder adquisitivo. La principal desventaja es que tienen un costo de oportunidad potencialmente alto, ya que para lograr la actualización por inflación se deben inmovilizar los pesos por al menos 90 días, plazo en el que se corre el riesgo de que acontezca un salto cambiario importante.


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