Acuerdo con el FMI: Massa y la hipérbole de la deuda 

El convenio tiene un Lado B para las declaraciones públicas del ministro de Economía que prometió a su tropa "pagar y sacar al Fondo".

El acuerdo técnico de revisión al que llegaron los funcionarios de Argentina y el FMI no tiene letra chica. El texto es bastante claro, pero tiene un Lado B. Más allá de las metas fiscales como la contención del déficit, el freno al crecimiento de los salarios y la quita de subsidios en tarifas, el resto de las condiciones se parecen bastante a la desafortunada hipérbole del economista Emanuel Álvarez Agis

«La deuda es como la falopa: al principio es rica pero después te mata«, dijo Álvarez Agis en una entrevista televisiva. La frase, de la que luego se arrepentiría, explica el Lado B del nuevo acuerdo de revisión con el Fondo.  

Poco se comentó sobre la reducción del objetivo de acumulación de reservas que pasó de 8.000 millones de dólares a 1.000 millones de dólares. A eso se sumó el visto bueno para seguir interviniendo “los mercados paralelos y de futuros de divisas”. Es decir, que hay acuerdo para seguir utilizando reservas en el control del tipo de cambio ilegal, el blue. 

Con una meta reducida de acumulación de reservas, las presiones del Fondo por un tipo de cambio más competitivo –devaluación-, el ok para intervenir en el precio del blue y el desembolso, luego de las PASO, de “alrededor de 7.500 millones de dólares”, la receta parece un tanto explosiva si no se utiliza con pericia: deja la puerta abierta a una nueva fuga de divisas. Un párrafo aparte merecería la vaguedad de la frase “alrededor de” para expresar el monto acordado.  

El ministro de Economía y precandidato oficial de Unidad Por la Patria, Sergio Massa, está en problemas si queda enredado en la hipérbole de la deuda. Y en problemas graves. Prometió a su tropa: “Hay que pagarle al Fondo y que se vayan de la Argentina”.  

El acuerdo, que unificó la quinta y sexta revisión de la deuda tomada en el gobierno de Mauricio Macri, no parece un convenio de salida sino todo lo contrario. Si el ministro, por ahora sin uso de licencia, no consigue salirse de la rueda va a reforzar la dependencia con el FMI.  

Usar los dólares -prestados- para correr detrás de las presiones cambiarias que, nunca o casi nunca van al sector productivo, se convierte en un nuevo ciclo de dependencia en el que cada giro se desciende un escalón más. El último fue en 2018 cuando se le permitió al sistema financiero aspirar dólares que después nunca se recuperaron. La diferencia sería que ahora el país tiene nuevas opciones para incorporar reservas, por ejemplo, con el gasoducto, pero sin un cambio de ecuación será difícil no repetir la hipérbole.


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