Por qué Argentina importa soja: la respuesta de Gustavo López, economista agrario

Entrevista con el economista agrario, Gustavo Lopez. Los efectos de la sequía, el "dólar agro", y el precio de la carne y del aceite, otros de los temas tratados por el especialista.

Lo que acontezca en el sector agropecuario argentino impacta a lo largo y ancho del país. Este hecho está siendo más evidente este año que en otros períodos recientes. Por tal motivo, el economista agrario Gustavo Lopez dialogó con Diario RÍO NEGRO para ayudarnos a comprender la dinámica y las especificidades del agro nacional.

PREGUNTA: ¿Cuál debe ser el rol del Estado en el comercio granario?
RESPUESTA: El control impositivo del comercio de granos es muy importante, es necesario regular un marco como para operar, desde el acopiador hasta el exportador. Un tema que está hoy en su mínima expresión es la generación de información útil para toda la cadena. Hay un montón de información con poca consistencia en su elaboración que distorsiona los mercados, y se refleja en las políticas. Hoy hay un intervencionismo claro en materia de establecer cupos, umbrales de abastecimiento, y los famosos contingentes para las exportaciones que no se condicen con la realidad. En un año con una sequía tan grande se aprobaron casi 10 millones de toneladas de declaraciones para venta al exterior de trigo, y se podrán hacer solamente 5, o lo que está pasando hoy en maíz, de establecer un umbral de ventas de 26 millones de toneladas cuando sabemos que no se llega a cubrir 20 millones. Es generar ruido. Ese tipo de intervenciones son nefastas, como el cupo o cierre de exportaciones de carne y las trabas y tasas a las importaciones de insumos estratégicos para el agro.

Hay un intervencionismo claro en materia de establecer cupos, umbrales de abastecimiento, y los famosos contingentes para las exportaciones que no se condicen con la realidad.

Gustavo López, economista agrario.

P: ¿Qué opinión tiene del intento del Gobierno de intervenir y expropiar la empresa Vicentín?
R: Perseguía los mismos objetivos que tenía la Junta Nacional de Granos: intervenir como una suerte de empresa testigo. Volver hoy a un esquema de esas características es retrógrado, eso funcionaba en los 70, los 80 y parte de los 90 porque era otro mundo, había un montón de países que manejaban su comercio externo a través del Estado, con lo cual era una fortaleza de la Argentina tener la Junta. Hoy se cayeron todos los organismos oficiales, incluso China tiene un mercado totalmente libre. Haber intentado expropiar una empresa, con conflictos comerciales pero muy eficiente, y transformarla para recrear aquello me parece una locura.

El intento de intervención y expropiación de Vicentín me parece una locura.

Gustavo López, economista agrario.

P: ¿Qué evaluación hace de las ediciones del Programa de Incremento Exportador?
R: Aparecen por una necesidad para hacerse de divisas y dejan de manifiesto que hay un atraso cambiario enorme y una presión impositiva muy fuerte. Irrisoriamente reducen las retenciones. En las tres primeras ediciones el incentivo fue más grande. De todos modos, el productor empezó a vender y lo lleva a pensar que va a existir un “dólar soja 4”. Todavía hay una reserva de soja no menor a las 10 millones de toneladas considerando solamente lo producido, lo vendido y lo que está por fijar precio. Pero pese a la mejora transitoria, es un programa injusto porque tenés que marcar claramente y con anticipación las reglas en este mercado; el productor no sabe qué va a pasar. Y, además, le resta recursos al próximo gobierno, independientemente de quién sea.

El «dólar agro» le resta recursos al próximo gobierno, independientemente de quién sea.

Gustavo López, economista agrario.

P: ¿El aumento reciente del precio de la carne es atribuible totalmente al “dólar maíz”?
R: El maíz tiene un efecto directo en la conversión de carne, y el precio de la carne aumentó prácticamente en la misma proporción que aumentó el maíz, al margen de que venía atrasado. Fue muy lineal el cambio. Le pega directo porque ya no somos tan pastoriles como antes. Hoy gran parte del engorde del ganado es a grano, y el insumo aumenta. No solo el maíz, sino también el sorgo y la cebada forrajera.

El precio de la carne aumentó prácticamente en la misma proporción que aumentó el maíz.

Gustavo López, economista agrario.

P: El “dólar agro” incluye aceite de girasol. ¿Tienen información del impacto en precios internos?
R: Ya no somos los grandes girasoleros del mundo, lo siguen siendo los ucranianos y los rusos, pero en este marco tan conflictivo entre ellos hemos vuelto a tomar un poco de protagonismo mundial. La producción de girasol no se puede exportar como granos, tiene una logística compleja. Se industrializa casi todo internamente, y de lo que se industrializa el 50% tiene consumo interno, con lo cual el efecto de alza de precios es notable. Y se van a seguir incrementando con las nuevas tasas de importación. Todo esto termina siendo más inflacionario que lo que se trata de evitar.

Todo esto termina siendo más inflacionario que lo que se trata de evitar.

Gustavo López, sobre las medidas fiscales y cambiarias de Sergio Massa.

P: ¿Por qué estamos importando soja?
R: Tenemos capacidad para procesar 70 millones de toneladas de oleaginosas, y este año la producción interna de soja y girasol no llega ni al 40% de la capacidad utilizable. Entonces la industria está importando cerca de 10 millones de toneladas, que es un récord absoluto, para mantener funcionando tremendas plantas que tienen un costo de estar paradas muy alto, y para cumplir compromisos con el exterior. Argentina era hasta este año el líder mundial de exportación de aceite y harina de soja. Con la sequía, y pese a importar, vamos a tener una ociosidad muy grande, y este año es muy probable que los brasileros pasen a ser líderes en harina, este año vamos a perder el liderazgo. En los últimos años ha habido un cambio sustantivo en el mix productivo, porque hasta el final del mandato de Cristina Kirchner teníamos unas retenciones del 35% para el complejo oleaginoso y 23% para granos forrajeros y trigo, es decir un spread de 12 puntos. Macri baja para la soja y elimina para el resto de los productos, hasta que vuelven a aparecer las retenciones y la estructura quedó con 33% para soja y 12% para el resto de los productos, con lo que el spread se amplió. Entonces muchos productores se volcaron a los productos de los que menos le extraen de su precio internacional y cayó la producción de soja. Eso, sumado a la sequía, hizo implosión. Eliminar las retenciones es imposible, o al menos en soja, pero sería positivo un esquema de reducción en el tiempo compensado por otro tipo de impuestos.

Este año es muy probable que los brasileros pasen a ser líderes en harina de soja, vamos a perder el liderazgo.

Gustavo López, economista agrario.

Perfil: Gustavo Lopez


Licenciado en administración agraria y licenciado en economía agraria por la UADE
Posee cursos de especialización en Estados Unidos, Canadá, Australia, etc.
Exgerente de estudios económicos en la ex Junta Nacional de Granos [1989-91].
Exdirector nacional de mercados en la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación [1991-94].
Presidente de la consultora Agritrend Agribusiness Intelligence.
Columnista sobre el mercado de granos en Radio Mitre.


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