Por qué nos preocupa tanto el índice de riesgo país
La sobretasa que pagan los bonos argentinos se disparó esta semana al ritmo de la incertidumbre política y económica. Con ese telón de fondo, es crucial comprender cómo se calcula, cuál es la lógica financiera y dónde radica la importancia del indicador.
Por Lic. Franco Marín (PIN Capital)
El concepto de Riesgo País es un tema recurrente en las noticias financieras y resulta esencial entenderlo en un contexto donde la confianza política y económica juega un rol crucial.
En términos sencillos, se calcula como un diferencial de tasas entre los bonos de deuda de un país en particular (en este caso, Argentina) y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados como la referencia de “tasa libre de riesgo”.
Es el análisis que hace una empresa extranjera por ejemplo para determinar si “entierra” su capital de largo plazo invirtiendo en el país. Y para los empresarios locales, es el número que refleja si deciden seguir expandiendo sus negocios en nuestro país o si evitan el crecimiento ya que seguir apostando por Argentina los llevaría inclusive a la pérdida del capital ya acumulado.
Por ejemplo, al 18/09/2025, la tasa de rendimiento de los bonos argentinos cerró cerca del 19% anual en dólares, mientras que los bonos del Tesoro estadounidense rendían alrededor de 4% anual. Este diferencial de 15 puntos porcentuales refleja un Riesgo País de 1496 puntos básicos (14,96%). En términos simples, los inversores exigen por invertir acá un extra de casi 15 puntos por el riesgo de prestar dinero a Argentina, en comparación con Estados Unidos.
Expectativas: el factor clave
El Riesgo País no se define solo por los números, sino por expectativas. ¿Podrá Argentina honrar su deuda? ¿La política económica será sostenible? ¿Tendrá el gobierno la capacidad de acumular las reservas necesarias para afrontar sus compromisos?
Es sin dudas también algo que la actual administración tiene en la mira y más lo ha incomodado desde las elecciones del 7 de septiembre hasta hoy. En la noche del jueves, el Ministro Caputo aclaró por streaming que el gobierno analiza la posibilidad de anunciar la semana que viene la acreditación tanto de amortizaciones y cupones de los vencimientos de enero y julio 2026.
El Riesgo País no se define solo en números, sino por expectativas. ¿Podrá Argentina honrar su deuda? ¿La política económica será sostenible?
La credibilidad y la confianza se construye con este tipo de gestos donde el gobierno despeja expectativas negativas sobre capacidad o no de pagos futuros. La preocupación no es solo sobre quién ganará las elecciones, sino qué rumbo económico tomará el futuro gobierno.
Legislación Local vs. Externa
Un aspecto interesante de los bonos argentinos es que no todos son iguales. Los bonos bajo legislación local -bonares- (como los famosos “AL30”) permiten al gobierno reestructurarlos o modificar sus condiciones sin necesidad de pasar por el Congreso.
En cambio, los bonos emitidos bajo legislación extranjera -globales- (como los “GD30”) están sujetos a la jurisdicción de tribunales internacionales, lo que limita la capacidad del gobierno para realizar ajustes unilaterales.
Esto tiene repercusiones importantes para los inversores, ya que un default o una reestructuración será más costoso y complicado para los bonos bajo legislación extranjera (recomendados). Las expectativas de los inversores sobre la seguridad jurídica y la estabilidad política son cruciales a la hora de determinar la rentabilidad y el riesgo de estos instrumentos.
Incertidumbre Económica
A pesar de los esfuerzos del gobierno por cumplir con los pagos de deuda en tiempo y forma, la meta de acumulación de reservas sigue siendo un desafío. El hecho que durante las últimas tres ruedas de la semana, el dólar “testee” el techo de la banda de flotación y las posibles intervenciones del Banco Central con fondos del FMI, también son factores de incertidumbre que afectan directamente las expectativas.
¿Reperfilamiento, Reestructuración o Default?
Estas tres opciones representan los distintos caminos que podría tomar un Gobierno para hacer frente a sus compromisos de deuda. La diferencia entre ellas radica en la naturaleza del ajuste:
Reperfilamiento: El gobierno pide a los inversores que acepten un retraso en los pagos, extendiendo los plazos de vencimiento de la deuda.
Reestructuración: Aquí se renegocian las condiciones de la deuda, como plazos, tasas de interés o la capital a pagar.
Default: Es el escenario más extremo, donde el gobierno decide no pagar más la deuda, lo que genera un impago total o parcial de los compromisos asumidos.
Reperfilamiento, reestructuración o default. Las tres opciones habituales al momento de gestionar las dificultades de ateneder vencimientos.
Si bien el default es el escenario más temido, no es necesariamente el más probable. Sin embargo, es crucial que los inversores se mantengan atentos a las señales políticas y económicas, ya que el Riesgo País refleja precisamente esa incertidumbre.
Elecciones y confianza
Las elecciones de septiembre dejaron claro que los mercados estarán muy atentos a la estabilidad política de Argentina. Por ello, en la recta final hacia las elecciones de octubre, el Gobierno deberá trabajar no solo en ganar las elecciones, sino también en recuperar la confianza del mercado. La capacidad de reducir el riesgo país será esencial para abrir nuevamente las puertas del financiamiento.
Como comentamos desde el área de Research de PIN Capital, creemos que el Mercado ha reaccionado con un impacto negativo muy marcado ante ciertos eventos políticos recientes.
Preferimos mantener una postura cautelosa y esperar el resultado de las elecciones de octubre antes de tomar decisiones definitivas sobre la inversión en bonos soberanos. Sólo perfiles muy arriesgados que entiendan lo que están enfrentando deberían incorporar más posición en este tipo de instrumentos.
Por Lic. Franco Marín (PIN Capital)
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