Remes Lenicov, sobre el Gobierno: «no hicieron nada para resolver la pesada herencia»
Entrevista con el exministro de Economía de la Nación, Jorge Remes Lenicov. Asumió el cargo en medio del mayor estallido económico, social y político de la historia argentina reciente. 21 años después comparte las lecciones y los pormenores de su gestión. Imperdible mano a mano con el "ministro del caos".
Según la Real Academia Española, un trauma es un “choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente”. Quizás el último gran acontecimiento traumatizante de la economía argentina fue la crisis de los años 2001-2002, con el agotamiento, colapso y salida del régimen de convertibilidad.
Ateniéndonos a la definición, es esperable que no querramos volver a vivir aquello que nos traumatizó. Sin embargo, más de dos de décadas después, se ha colado en el centro del debate público el asunto de la dolarización, una suerte de “convertibilidad recargada”. Nada es casual y todo debe ser contextualizado: las demandas sociales y, en ocasiones, la política económica son propiciadas por el entorno.
Pero no es el único aprendizaje que la dirigencia no hizo de aquella crisis. Así lo considera ni más ni menos que el encargado de salir del “1 a 1” de la manera más ordenada posible. Jorge Remes Lenicov fue ministro de Economía de la Nación entre enero y abril de 2002. Un período relativamente corto, pero quizás el más álgido, intenso y vertiginoso de la historia económica reciente de nuestro país.
En su más reciente libro, titulado “115 días para desarmar la bomba”, el exministro cuenta los pormenores de aquellos turbulentos meses y extrapola a nuestros días algunas conclusiones en materia económica, política y metodológica. Dialogó con Pulso sobre esas cuestiones.
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PREGUNTA: ¿Podría contarnos sobre “115 días para desarmar la bomba”?
RESPUESTA: Es un libro que escribí básicamente para la dirigencia y para la gente interesada en la cosa pública. Planteo lo que hicimos los 4 primeros meses del 2002, hay temas útiles para analizar el futuro y lo que se debería hacer en materia de política económica. Luego hice un puente entre el 2002 y el 2023, que es lo que plantea el subtítulo del libro (“historia íntima de la última vez que se sinceró la economía: cuáles fueron las lecciones de la crisis de 2001 que la política no quiso aprender”). Termino analizando, desde mi experiencia como funcionario público y militante político, cómo trata la dirigencia política los temas de la economía, y ahí planteo cómo se debe hacer un programa y los temas estructurales que deberían ser tratados en la economía argentina para que tengamos un crecimiento sostenido. El libro está escrito de una manera coloquial, es un ensayo.
P: ¿El hecho de estar hablando de dolarización pone de manifiesto una de las lecciones no aprendidas del 2001?
R: Sí, pero me enfoqué más en lo metodológico, porque las crisis económicas de alguna manera son como las personas, todos tenemos dos ojos, una cabeza, dos brazos, pero todos somos distintos, y las crisis económicas también son diferentes. Aquella tenía sus particularidades, el momento que vivimos ahora tiene lo suyo, pero hay rasgos metodológicos comunes que es importante tener en cuenta.
Las crisis económicas son como las personas, todos tenemos dos ojos, una cabeza, dos brazos, pero todos somos distintos, y las crisis también son diferentes.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: ¿Cuáles son esos rasgos?
R: El primero es que para resolver la explosión de la convertibilidad rápidamente y con estabilidad de precios, se requirió un acuerdo político entre las dos principales fuerzas. Duhalde y Alfonsín se pusieron de acuerdo, yo participé de esa reunión el 31 de diciembre a la mañana. Lo segundo, cuando uno asume debe tener un plan integral ya preparado. El programa que implementamos en 2002 lo empezamos a trabajar a principios del 99, para la campaña. Ya en ese entoces sosteníamos que había que salir de la convertibilidad. Perdimos las elecciones, y luego pasó lo que pasó. Pero nosotros, un grupo de 12 economistas y 12 abogados, seguíamos trabajando y nos reuníamos todos los jueves. Cuando asumimos, el programa ya estaba y lo implementamos. Lo tercero es que los profesionales que van a asumir las principales tareas tienen que ser idóneos, con experiencia en la cosa pública y con capacidad analítica. Lo cuarto es que debe haber unicidad en la política, por el Ministerio de Economía tienen que pasar todas las decisiones económicas, no que uno decida tarifas, otro tipo de cambio, otro impuestos, otro financiamieno. El Banco Central debe trabajar junto con el Ministerio de Economía.
Cuando uno asume debe tener un plan integral ya preparado. El programa que implementamos en 2002 lo empezamos a trabajar a principios del 99, para la campaña.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: ¿Qué dificultades tuvieron para implementar el plan?
R: Siempre hay que tener en cuenta que pueden aparecer cisnes negros. Por ejemplo, la famosa frase de Duhalde en el discurso de inicio de gestión (”el que depositó dólares, recibirá dólares”), no la escribimos nosotros. Nosotros habíamos hecho otro párrafo, y se ve que cuando el discurso fue a la Casa Rosada alguien se asustó y convenció al presidente de que había que decir eso. Fue un error, los dólares no estaban, no se puede prometer lo que no hay. Y otro problema es que diputados y senadores convencían a Alfonsín y a Duhalde de que había que hacer un juicio político a la Corte. Yo les dije que era un disparate, la estrategia gubernamental en ese momento era salir ordenadamente de la convertibilidad. Cuando la Corte sintió que le iban a iniciar juicio político, abrió el “corralito” y generó una corrida contra el dólar.
La famosa frase de Duhalde en el discurso de inicio de gestión (”el que depositó dólares, recibirá dólares”), no la escribimos nosotros.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: La salida de la convertibilidad fue muy traumatizante, pero a la vez en 2002 se sentaron las bases para un nuevo modelo de desarrollo. Hoy la situación económica del país es compleja. ¿Qué pasó en el medio?
R: Nosotros tuvimos un pico inflacionario del 10% en abril por el traspaso a precios de la devaluación del 350%, pero en el último trimestre del 2002 la inflación ya era del 3% anual, o sea ya había estabilidad de precios. Cuando asume Néstor Kirchner, la economía ya crecía al 8%, había superávits gemelos, el tipo de cambio era competitivo. Todo eso, sumado a los precios internacionales extraordinarios, permitió un crecimiento hasta el 2010-2011, pero lentamente el tipo de cambio se fue atrasando, la inflación fue subiendo y los superávits gemelos se transformaron en déficits gemelos. Poco a poco se volvió a la vieja usanza de emitir más de lo necesario, de gastar más de lo que ingresa, de atrasar el dólar y las tarifas para que no haya inflación, todas prácticas que determinan que la economía argentina desde el año 2011 no creciera nada, y la pobreza sigue subiendo. Con las experiencias traumáticas del 2001 y 1989-1991, ¿cómo es que la dirigencia no aprende de lo sucedido? Piensan en la economía de una manera mágica, voluntarista, sin respetar las leyes básicas y sin tener preparado un programa económico. Se ponen argumentos del contexto externo, pero todos los países de Sudamérica enfrentaron los mismos problemas y sin embargo han logrado reducir la pobreza, tienen baja inflación y la economía más o menos ha ido creciendo. No hacemos lo que hacen las economías normales.
Los programas “de a poquito” fracasaron en Argentina, porque no hay paciencia.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: ¿Considera que la convertibilidad es algo que no debió existir en Argentina o algo de lo que se debió salir antes?
R: Estábamos en hiperinflación, la convertibilidad fue necesaria, pero con la crisis del tequila en 1995 ya se tendría que haber pensado en cómo salir, porque con un tipo de cambio fijo con el dólar uno tiene que tener el mismo crecimiento de la productividad que tuvo Estados Unidos, y además cuando se revalúa el dólar se revalúa el peso. Eso para la Argentina fue un desafío enorme e imposible. Se tendría que haber salido antes, entre el 95 y el 97. Cuando nosotros asumimos había corralito, habían incorporado el euro, veníamos cayendo desde 1998, pero la gente estaba conforme con la estabilidad, y es acá donde viene el rol de la dirigencia política. La palabra “dirigencia”, viene de “dirigir gente”, no es que hace lo que dice la gente. En ese momento, la dirigencia política hacía lo que decía la gente. Nosotros advertíamos que la convertibilidad iba a estallar, que había que salir. Muchas veces un presidente tiene que hacer cosas que la gente no le gusta. Lo que importa es la sociedad en su conjunto, y el país hacia futuro. La dirigencia tiene una deuda con la sociedad. Nosotros hicimos una política de shock, alguien puede decir que es mejor el gradualismo, porque da más tiempo para acomodarse a un cambio, pero políticamente los programas “de a poquito” fracasaron en Argentina, porque no hay paciencia.
La palabra “dirigencia”, viene de “dirigir gente”, no es que hace lo que dice la gente.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: ¿Cómo evalúa la coyuntura actual?
R: Estamos viviendo un momento muy difícil, y es producto del parche, de la improvisación, de no tener un programa económico. El actual presidente en su primer discurso dijo “primero hay que renegociar la deuda, después hacer el presupuesto, y después el programa económico, aunque yo no creo demasiado en eso”. Metodológicamente, es a la inversa, primero hay que hacer un programa económico, después un presupuesto en función de ese programa y después, según como sea el resultado, renegociar la deuda. Se pasaron un año renegociando la deuda, y el país seguía siendo lo que había dejado Macri. La herencia era muy pesada pero no hicieron nada para resolverla. Los problemas se agigantaron, y ahora nos encontramos con una inflación altísima, con recesión, y sin dólares. Exportamos la misma cantidad de bienes que hace 12 años mientras otros países duplicaron o triplicaron exportaciones.
Estamos viviendo un momento muy difícil, y es producto del parche, de la improvisación, de no tener un programa económico.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: ¿Cuál es la salida?
R: El futuro gobierno, primero, va a tener que saber bien cuáles son las restricciones, y a partir de ahí tener un eje que ordene la política económica. En 2002, nuestro eje fue la salida ordenada de la convertibilidad, en el futuro el eje debe ser la estabilidad de precios, y a partir de ahí armar una estrategia integral. Esto es, que los precios relativos clave estén equilibrados, y que el sector público, monetario, laboral y externo estén tendiendo al equilibrio. Es a eso a lo que deben inclinarse, no a una convertibilidad y mucho menos a una dolarización, eso te ata, no resuelve los problemas, dejás de tener política cambiaria y política monetaria. Necesitás U$S 35.000 millones para cambiar pesos por dólares, que nadie nos va a prestar. Uno tiene que aprender de las experiencias fracasadas, pero también de las exitosas. Para armar nuestro programa, tomamos la experiencia de Argentina, lo que no se debe hacer, pero también la del sudeste asiático y la de Roosevelt en Estados Unidos.
El eje del futuro Gobierno debe ser la estabilidad de precios.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
P: En los países del sudeste asiático el Estado ha tenido un rol muy importante para orientar su desarrollo. ¿Qué opinión tiene usted del tamaño y del rol actual del Estado en Argentina?
R: En todos los países del mundo el Estado interviene. Desde 2005-2006, en Argentina se ha agrandado el Estado aumentando el empleo público, dando subsidios a la energía y al transporte, incorporando ciudadanos al sistema previsional sin hacer aportes. Históricamente el Estado representaba entre 22% y 24% del producto, hoy representa entre 40% y 43%, y lo mismo con la presión tributaria. Es imposible resistir. Los servicios que son imprescindibles que los preste el Estado, como educación, salud, seguridad, justicia, perdieron calidad, y la pobreza aumentó. Hay oficialistas que dicen “es importante un Estado presente”, pero miden su presencia por la cantidad de gasto y no por su calidad. Yo diría lo contrario, ahora el Estado está ausente. Se ha cometido un error estratégico terrible, se ha sobredimensionado algo que es sumamente útil, fundamental para mejorar la distribución del ingreso y el bienestar, para mantener el equilibrio macroeconómico y para aumentar la competitividad y productividad de la economía. Hay quienes dicen que en Europa tienen estados parecidos al nuestro. ¡Nada que ver! En Europa, los impuestos son altos pero con un ingreso per cápita de U$S 50.000 por año, y acá son altos con un ingreso per cápita de U$S 10.000. Y la calidad del Estado en Europa es muy buena, porque ponen a la gente idónea, capacitada, no es que nombran a un amigo para que se haga cargo de Aerolíneas. En Argentina no solo se cometen errores, sino que se disfraza algo que es malo como si fuera bueno.
Hay oficialistas que dicen “es importante un Estado presente”, pero miden su presencia por la cantidad de gasto y no por su calidad. Yo diría lo contrario, ahora el Estado está ausente.
Jorge Remes Lenicov, exministro de Economía de la Nación.
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