Hospitalarios rionegrinos también quieren llevar su protesta a las rutas

La semana próxima habrá medidas de fuerza de los autoconvocados, ahora afiliados a Asspur. El malestar crece porque ese nuevo gremio no es reconocido por el gobierno.

El conflicto que protagonizan los trabajadores de la salud de Neuquén irradia sus consecuencias hacia Río Negro. El primer efecto fue la escasez de combustibles, pero en el horizonte cercano aparecen nuevos problemas. En esta provincia los empleados de hospitales y centros barriales se autoconvocaron a fines del año pasado y ahora, cuando buscan acelerar las negociaciones con el gobierno, la alternativa de llevar sus reclamos a las rutas toma fuerza.

Así lo advirtieron ayer referentes de la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur), quienes avanzan hacia la definición de nuevas medidas de fuerza durante la próxima semana y dentro de ese contexto, analizan instalarse sobre los caminos más transitados de la provincia para que sus pedidos sumen visibilidad.

La dirigencia de esta agrupación admite que -a pesar del origen similar de ambos conflictos- en Río Negro no hay margen para una protesta con bloqueos rígidos como los instalados en Neuquén desde hace más de una semana. No obstante, aseguran que “está empezando a aparecer la posibilidad de sumar a la presencia en las calles, la presencia en las rutas”.

“No se está hablando de una contundencia como la que tiene Neuquén, pero empieza a aparecer el rechazo a esta negación a que nos sentemos a discutir, con voz y voto, nuestras condiciones laborales”, sostuvo ayer Patricia Baeza, dirigente roquense de Asspur.

En Río Negro está vigente la Comisión de Salud creada el año pasado, precisamente después de las importantes manifestaciones del personal autoconvocado, por lo tanto el diálogo entre los principales actores del sistema público no está roto.

Lo que genera rispideces es el posicionamiento del gobierno dentro en ese ámbito.

Desde Asspur denunciaron que durante la última reunión -el martes pasado- los representantes del Ejecutivo anunciaron cambios en la redacción del Convenio Colectivo de Trabajo para el sector, modificando puntos que ya se encontraban aprobados luego de debates previos.

Esa actitud fue la que llevó a los trabajadores a reclamar “mayor seriedad” a los referentes gubernamentales, considerando que “el gobierno de Arabela Carreras se burla de cada uno de nosotros impulsando una Mesa de Salud que no sólo posterga la demanda salarial, sino que atenta contra los principios básicos de la discusión de un convenio colectivo de trabajo”.

En ese sentido, reprocharon que se haya “ninguneando la representación sindical de Asspur, negando el espacio de negociación propio, que solicita la sincera y legítima demanda de estos maltratados trabajadores”.

“Reiteramos que no estamos dispuestos a callar ni a delegar la defensa de nuestros derechos, por lo cual evaluamos medidas a tomar en todos los hospitales de la provincia y exigimos: reconocimiento de nuestros derechos sindicales, recomposición salarial del 75%, mesa paritaria sectorial para Salud y Ley de Insalubridad para todo el sector”, enfatizaron desde la asociación sindical.

La modalidad de las medidas de fuerza se empezará a resolver hoy, cuando se lleve adelante una asamblea provincial, que analizará las propuestas que surgieron durante las últimas horas desde las representaciones locales o regionales.

“El ánimo es de enorme descontento, de un malestar importante. Lo que sucedió en la Mesa de Salud terminó de encender la bronca en los hospitales. La manifestación del 7 fue contundente. La gente está muy cansada y el conflicto salarial sigue sin resolverse”, describió Baeza.


ANÁLISIS

Dos gobernadores en aprietos y una forzosa sintonía gremial

El conflicto que se intensificó en Neuquén durante los últimos días tiene rasgos idénticos al escenario rionegrino de fines del 2020, con algunas interesantes paradojas dentro del ambiente sindical de la región.

En ambas provincias emergió el malestar de una considerable masa de trabajadores con la dirigencia de los gremios que históricamente tuvieron a su cargo la representación de los agentes del sector salud.

Ese volumen de empleados fue el que hizo inviable el desdén que marcó las primeras reacciones de los gobiernos.

Pero la apertura del diálogo formal con los autoconvocados tuvo un efecto de bumerán. Esas negociaciones activaron de inmediato las quejas de los sindicatos, que pretenden contener la fuga de poder y empezaron a recordar a los funcionarios -con mensajes directos e indirectos- que nunca es bueno abrir más de un conflicto en simultáneo.

El dilema no es menor para los gobernadores Carreras y Gutiérrez. ¿Negocian, desactivan cortes de ruta y abren una disputa con gremios que también tienen estructura para movilizarse? ¿O siguen sin legitimar a los autoconvocados y pagan la factura del creciente malhumor social por la falta de libertad para circular y por el desabastecimiento de combustibles?

Lo singular del mundo sindical es esa especie de unidad entre las conducciones de ATE en Río Negro y Neuquén, reclamando cada uno a sus interlocutores que los debates salariales no salgan de los ámbitos formales.

“No nos une el amor sino el espanto”, admitió un dirigente rionegrino, recordando que los consejos directivos de las dos provincias forman parte de dos líneas internas bien diferenciadas, que en su historia tuvieron cruces políticos e incluso judiciales, con denuncias penales por el manejo de fondos del sindicato.  


ATE se declaró en asamblea y alerta


El gremio ATE se declaró en estado de asamblea y alerta permanente en todos los hospitales rionegrinos, después de la última reunión de la Mesa de Salud, que no dejó conformes a ninguno de los sectores que representan a los trabajadores.

“El gobierno de manera arbitraria modifica artículos y frustra avances en el convenio colectivo del sector”, aseguraron desde el sindicato, que no descartó medidas de acción directa en los centros de atención sanitaria de la provincia.

«Lo que está ocurriendo es impensado para un ámbito de negociación y diálogo. La reunión (del martes pasado) se frustró porque de manera arbitraria, unilateral y a escondidas, la representación del Ejecutivo modificó parte del articulado ya acordado en la reunión anterior”, sostuvo Víctor Orellana Secretario de Organización ATE Río Negro y trabajador de salud.


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