El avance del coronavirus y dónde luchan Río Negro y Neuquén para frenarlo

Las dos provincias tuvieron el desarrollo de la enfermedad en sus ciudades más pobladas y fuertes focos en localidades chicas como Loncopué y Choele Choel.


La provincia de Neuquén registró sus primeros casos de COVID-19 el 20 de marzo, 17 días después de que se iniciara el conteo en el país y cuando ya había, en total, 158 diagnosticados con el virus.

Un día antes, en la antesala de la cuarentena obligatoria, la ministra de Salud de la provincia, Andrea Peve, les había presentado a los diputados provinciales el plan sanitario para abordar la pandemia frente a tres posibles escenarios.

El que planteó una menor tasa de incidencia previó una cantidad de contagios de 43,1 cada 100.000 habitantes, mientras que el más grave elevó la cifra a 203,9 infectados cada 100.000 habitantes, unos 1.300 en total. Hasta el momento, no se alcanzó ninguno de esos escenarios, aunque los especialistas coinciden en que el virus permanecerá durante meses. La provincia continúa por debajo de los 100 casos confirmados entre los que registra cuatro muertes, seis pacientes recuperados y dos que permanecen en terapia intensiva.

Aún no declaró la transmisión comunitaria como sí lo hizo Río Negro: de la fase de contención, cuando la mayoría de los diagnósticos se daban en personas con antecedente de viajes, Neuquén avanzó a la fase de transmisión en conglomerados. Es lo que ocurrió en la localidad de Loncopué, que se mantiene como la de mayor cantidad de casos confirmados pese a tener una población 50 veces menor que la capital.

El director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la provincia, Facundo Goya, explicó esta semana que una de las decisiones de Neuquén frente al avance de la pandemia fue diferenciarse en algunos criterios respecto de Nación para abordar los casos sospechosos. “Le sumamos mayor sensibilidad a la vigilancia de este tipo de enfermedades para detectarlas aún más precozmente”, señaló.

Desde el 21 de marzo, Neuquén sumó a la capital federal y a las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Chaco como antecedentes de viaje a la definición de caso sospechoso, lo cual Nación hizo el 30 de marzo. El 5 de abril, además, la provincia dispuso la realización del test de COVID-19 a todas las personas identificadas como contacto estrecho de un caso confirmado, hayan tenido síntomas o no.

Ello permitió contabilizar y aislar a una veintena de casos de Loncopué pese a ser asintomáticos.

Neuquén cuenta para los testeos con su Laboratorio Central y con la clínica privada Raña. Ambos ya analizaron más de 700 muestras con porcentajes de positividad de entre el 8% y el 16% según los últimos registros.



Río Negro lucha en tres frentes definidos contra la expansión del covid-19 en la provincia. De los tres, con epicentros en Bariloche, Choele Choel y Cipolletti, la ciudad del Valle Medio es la que más preocupa al ministerio de Salud, pues allí ya hay circulación local del virus.

Actualmente con cerca de 100 casos activos y un avance importante de los curados en los últimos días, hay cierto optimismo en la cartera provincial de Salud porque solo tres pacientes revisten gravedad. El resto se encuentra en muy buen estado de salud, según informó la responsable de políticas públicas de Salud, Mercedes Ibero

El primer caso de coronavirus en Río Negro fue en Viedma el 9 de marzo. Una mujer con antecedentes de viaje al exterior dio positivo tras el análisis realizado en el Instituto Malbrán de Buenos Aires. Ocho días después registró el segundo contagiado, el primero en Cipolletti, en la misma jornada en que la docente de Viedma recibió el alta.

La meseta de contagios se mantuvo otros cuatro días hasta que el 31 de marzo se conoció uno de los dos únicos casos que hasta ahora se han registrado en Roca. Un joven que viajó del exterior y se aisló preventivamente. Dos días más tarde su muestra se negativizó y fue dado de alta. Fue la segunda persona curada en la provincia.

El 3 de marzo empezó una etapa en la que los casos comenzaron a acelerarse. El primer epicentro de contagios a partir de esa fecha fue el Valle Medio, más precisamente Choele Choel, donde aparecieron dos casos que rápidamente fueron trasladados a Roca por su gravedad. Uno de ellos, el enfermero Bernardo Muñiz de 40 años, falleció el lunes en Roca.

La seguidilla de contagios en Valle Medio se disparó hasta 15 enfermos, sin que, en algunos casos, se precisara el “paciente cero”.

En Bariloche, el segundo núcleo de contagios, con medio centenar de enfermos pero acorde a lo que se esperaba según el Salud de Río Negro, el seguimiento de la cadena de contagios fue más clara y permitió aislar casi 500 personas.

Cipolletti fue al principio y actualmente otro foco de la enfermedad. Un sanatorio privado de esta ciudad también disparó casos en Allen, donde trabajan cuatro enfermeros contagiados.




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