El barrio Gris y los burdeles de Neuquén

Desde 1906 hasta 1936 funcionaban en El Bajo, que concentraba la mayor actividad comercial. También existían los “despachos de bebidas”, donde se ejercía la prostitución de manera clandestina.

La vida social de la ciudad de Neuquén, sumaba a los carnavales, kermeses y bailes populares, la práctica de la prostitución.
Según los registros históricos, existían dos lugares donde era habitual el ejercicio de la prostitución, unos eran los burdeles que estaban regulados por varias ordenanzas desde 1906 hasta 1936.

Otros eran los “despachos de bebidas, donde trabajaban las mujeres que no estaban obligadas a inscribirse en las listas municipales y tampoco eran controladas por el médico local. Ellas cobraban un sueldo mensual con el que pagaban el alquiler de las piezas, la ropa y el alimento a la dueña del lugar”, se puede leer en los archivos que se guardan en el Museo Paraje Confluencia.

Según estos textos, los “despachos de bebidas” se ubicaban en la zona de El Bajo neuquino.
El lugar no es azaroso, ya que allí se concentraba la mayor actividad comercial que por aquellos años movía mucho dinero.

Otras investigaciones dan cuenta que existían casas de tolerancia en una zona del antiguo barrio Matadero, entre las calles Libertad, Tierra del Fuego, Montevideo y Richieri, que posteriormente pasó a llamarse Barrio Gris.
“Si bien el origen de ese nombre no es muy claro, los testimonios indican que la población lo utilizaba para referirse a una zona considerada oscura por la actividad que en ella se realizaba”, escribieron profesores de la Universidad Nacional del Comahue, en el libro “Neuquén. Ciudad imaginada, ciudad real”.

Constantemente se producían situaciones de tensión entre los propietarios de los “despachos de bebidas” donde se ejercía la prostitución de manera clandestina y sin control, y de los burdeles o casas de tolerancia, que tenían registro municipal y la actividad estaba “blanqueada”.

Las “dueñas” o “patronas” de los burdeles denunciaban constantemente ante los concejos municipales lo que sucedía detrás de la puerta del fondo de los despachos de bebidas. Sin embargo, nada sucedía luego de eso, ya que “en algunos casos las coimas a las dueñas de los despachos de bebidas por parte de las autoridades eran comunes”, cuentan los archivos que se guardan en el museo neuquino. Si pagaban las autoridades miraban para otro lado.

En 1936 se sancionó la ley nacional de Profilaxis y se cerraron las casas de tolerancia. “Esta ley permitía ejercer la prostitución por elección personal, pero no la existencia de lugares específicos para ejercerla. Desde ese momento los burdeles pasaron a no estar autorizados por la municipalidad, favoreciendo el crecimiento de los lugares clandestinos”, se agrega en los documentos históricos.


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