El cerro Catedral recibió con sus mejores galas a los primeros esquiadores

Los residentes de Bariloche ya disfrutan de la montaña.

Un sueño. Algo mágico. Fue fantástico. Inigualable. Nieve perfecta. Esas fueron las primeras frases de los esquiadores y snowboardistas que estuvieron el jueves en el cerro Catedral cuando se les preguntó por las sensaciones de la primera bajada.

El cerro abrió sus medios y pistas esta semana y estrenó una temporada que desborda de nieve, pero que padece la reducción a cero del flujo turístico debido a la pandemia de Covid-19.

El Catedral es el primer centro de esquí del país que habilita la actividad, limitada por ahora a personas residentes en Bariloche con pase de temporada. Aun así, la concurrencia en los primeros días fue muy numerosa, producto de la “ansiedad”, dijeron algunos, y también de la garantía de encontrar un cerro colmado de nieve, como muy pocas veces.

Estuvieron abiertas la aerosilla séxtuple, Cóndor I, Princesa I y II, La Hoya, Punta Nevada y TK Centro.

“Lo mejor de todo es que se puede esquiar hasta la base todo por nieve polvo y sin una sola piedra” dijo Nicolás Díaz (17 años) en un alto compartido con sus amigos Andriu Rodíguez y Jerónimo Sojo. “Esperamos mucho este momento”, aseguró.

Los protocolos fueron respetados al detalle y no hubo grandes contratiempos. Sólo resultó extraño ver cerrados todos los restoranes y paradores de la montaña. Algunos tenían los baños a disposición de los visitantes como único servicio. En la base, si bien estaba permitido, sólo abrió al público un pequeño porcentaje de los comercios.

Estéfano Piletti también disfrutó a pleno de Catedral y el suyo fue un caso inusual, ya que estrenaba la condición de residente. Estéfano es italiano y se instaló en Bariloche hace un año y medio con su pareja Macarena. Ambos no dudaron en aprovechar la primera jornada en Catedrak y encontraron todo “muy bien organizado”, aunque Estéfano observó que faltan pistas para principiantes o esquiadores con poca experiencia.

Mientras hablaba con este medio, otro esquiador se acercó para dejar constancia de que “no habilitaron la silla cuádruple, como habían anunciado”. Hubo varias observaciones del mismo tipo. Ignacio Acuña, por ejemplo, sugirió que “Capsa se ponga las pilas y abra todos los medios, porque así se evitan las concentraciones y hay menos riesgo”.

Ignacio estrenó la temporada en el cerro en compañía de su hijo y dijo que fue “raro” disponer de toda la montaña para los barilochenses, con un paisaje fantástico, listo para la fiesta, pero “sin invitados”.

Los barilochenses que compraron con anticipación su pase de temporada, si no lo usan, tienen la opción de canjearlo hasta el 30 de septiembre por una nota de crédito que les sirve para el próximo año. Pero otros no dudaron en aprovecharlo este año, aun con limitaciones.

Juan Castelnuovo dijo que conocía la propuesta que difundió la empresa, pero ni lo pensó. “Aunque esté abierto solo dos semanas para mí ya es suficiente -aseguró-. El cerro está bárbaro, para aprovecharlo ahora”.

Todo indica sin embargo que serán más de dos semanas y al menos, si es por disponibilidad de nieve, habrá temporada hasta septiembre u octubre.

Entre quienes brindaron asesoramiento y seguridad en las pistas estuvo Tomás Olivieri, un reconocido instructor de esquí, quien no ocultó su satisfacción por la apertura, aunque por ahora no pueda dar clases. Dijo que no se imaginaba ver tanta gente el primer día. Lo atribuyó a “la gran ansiedad acumulada” durante los meses de cuarentena. Dijo que fue muy bueno en general el cumplimiento de las pautas y “si bien hay gente que puede tener miedo al contagio, son más fuertes las ganas de disfrutar la montaña”.


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