El consumo de alcohol como problema social

El consumo de sustancias psicoactivas es una de las problemáticas que más preocupa a la sociedad, tanto por las consecuencias que tiene para la salud como por los conflictos sociales que trae aparejados. Hay un pensamiento instalado que considera a las sustancias ilegales menos peligrosas, persiste una vieja idea de que existen drogas “blandas” como el alcohol y el tabaco que serían menos nocivas para el organismo. Estos planteos van en contra de la evidencia actual y de los consensos en el campo de la ciencia y la medicina, además invisibilizan las graves consecuencias que traen aparejados los consumos problemáticos de sustancias.

En Neuquén, el consumo problemático de alcohol es un problema social y de salud pública que aumentó durante los últimos años. En 2014 se ubicaba entre las 6 provincias con mayor prevalencia/mes en consumo de alcohol en estudiantes de enseñanza media (55%). A su vez, este dato se agrava si tenemos en cuenta que la bebida más consumida por este grupo fue alcohol (81,9 % del total que consumió alcohol en el último mes). El último estudio nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas de Sedronar indica que los aglomerados urbanos de Neuquén mantenían, en el 2017, la prevalencia de consumo más alta del país. Esto quiere decir que 9 de cada 10 de los neuquinos y neuquinas ha consumido alcohol. De estas personas, una parte importante tiene patrones de consumo que resultan problemáticos para su bienestar y para la salud pública.

Podemos observar dos indicadores en nuestra provincia que nos hablan de la gravedad del alcohol en la salud de las personas. Por un lado, la alta incidencia del alcohol en las causas de muerte: del total de fallecimientos en la provincia, el 9,2% (tasa del 22,6 c/1.000 habitantes) se asocia con el consumo de alcohol. Por otra parte, según el Observatorio Nacional Vial, en Neuquén un 40% de los conductores que tuvieron accidentes viales declararon haber consumido alcohol en las horas previas, lo que la ubica en el 5° lugar en este ranking.

Durante el periodo del aislamiento social, preventivo y obligatorio hemos estado en contacto permanente con centros asistenciales provinciales. Estos transmiten, con preocupación, que se observa un incremento del consumo de alcohol en el contexto actual. Situaciones de angustia y desesperanza conllevan al consumo asociado para reducir el costo psíquico de estos padecimientos. Históricamente, beber en soledad es considerado como una conducta de consumo de alto riesgo.

Es necesario, más en este contexto de pandemia por covid-19, seguir construyendo políticas públicas con un abordaje integral de la temática. Entender el consumo de alcohol como un problema social que nos lleva a reforzar nuestro trabajo para buscar soluciones de carácter relacional y colectivo que atiendan esta complejidad como son el favorecer la construcción de proyectos de vida y fortalecer las redes comunitarias y asistenciales.

(*) Subsecretario de Ciudades Saludables y Prevención de Consumos Problemáticos, Ministerio de Ciudadanía de Neuquén


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