El contrato del EPAS está cajoneado porque quieren hacer modificaciones

Aún no ingresó para su tratamiento en la comisión de Servicios Públicos del Concejo Deliberante. El oficialismo dice que es más urgente el marco regulatorio de CALF. Dentro de la oposición sostienen que hay que modificar el ítem de las inversiones, entre otros puntos.

Cuando todo parecía indicar que se pondría fin a la histórica polémica por el contrato de concesión del Ente Provincial de Agua y Saneamiento, se suma un nuevo capitulo a la dilatada cuestión. Vuelve el debate sobre quien financiará las obras necesarias para mejorar el servicio, entre otros puntos.

Desde febrero, el contrato que requiere el visto bueno del Concejo Deliberante para poder ejecutarse, duerme en un cajón sin ser incorporado en la lista de prioridades de la comisión de Servicios Públicos.
Fuentes confiables informaron a Río Negro que desde el Ejecutivo municipal se bajó la orden de no tratarlo por el momento. Esta decisión se esconde detrás del argumento oficial de que existen otras “urgencias” como la aprobación del marco regulatorio del servicio eléctrico, prestado por la cooperativa CALF.

Nos parece importante avanzar con el marco de CALF porque a la brevedad va a tener que firmarse el contrato de concesión”, explicó Atilio Sguazzini, concejal del MPN y presidente de la comisión de Servicios Públicos.

El edil agregó que el contrato del EPAS (una empresa del Estado provincial), “llegó al Deliberante con un marco regulatorio que se había aprobado hace 10 años. Si estuvo pendiente 10 años, unos meses más no cambia nada”.

Fuentes del Deliberante aseguraron que la cuestión se dilata, una vez más, porque “hay que hacerle varios cambios”. Y la discusión vuelve al inicio, hace casi 10 años atrás. Uno de las modificaciones planteadas es que el contrato crea una tasa de ocupación del espacio público que en razón, debería cobrarla el municipio, pero la termina recibiendo el EPAS. También se plantea que la mayor inversión en obras de mejoras y ampliación de las redes de agua potable y cloacas las realiza el municipio y no el concesionario. La oposición quiere rever este punto.

Las cláusulas del contrato se ajustan a las capacidades técnicas y sobre todo financieras del organismo provincial e intentan ser un “salvavida” para su presupuesto.

En el artículo 2.3 sobre las obligaciones de las partes, se establece que el concedente (municipio) deberá “financiar la ejecución de las obras necesarias para llevar adelante el plan de mejoras y expansión” del servicio y además, está obligado a asumir los costos del agua consumida “fuera del área servida que provengan de instalaciones del EPAS”. Aún no hay fecha para que el contrato ingrese a la comisión.

“Nos parece importante avanzar con el marco de CALF porque a la brevedad va a tener que firmarse el contrato de concesión”.

El concejal Atilio Sguazzini preside la comisión de Servicios Públicos.

En el apartado del régimen tarifario es clave la incorporación de una “cláusula gatillo” que habilita al EPAS a disponer de subas tarifarias, en algunos casos, sin necesidad de contar con la autorización.
Una vez que el Concejo Deliberante convalide el contrato, el Epas podrá modificar el cuadro tarifario cuando “demuestre que no ha podido equilibrar la oferta y demanda del servicio aún con acciones tendientes a ello y habiendo actuado eficientemente”
Si el organismo puede justificar que con una nueva suba tarifaria logrará reducir los costos operativos o aumentar la eficiencia comercial, también podrá hacerlo.
Un incremento del costo del servicio que pagarán los usuarios, también será oportuno cuando “se compruebe que el régimen tarifario vigente no propende a un uso racional de los bienes y recursos empleados para la prestación del servicio, o que no permite atender los objetivos sanitarios vinculados en la prestación”.
También habrá aumentos cuando el EPAS corrobore que hubo una variación de los costos del servicio superior al 5%. “Al término del segundo año de entrada en vigencia del contrato se procederá a una revisión ordinaria. Esta revisión se repetirá bianualmente”, según consta en el contrato de concesión.
Por otra parte, del pago de la tarifa de agua y cloacas no se salvará nadie. “Todos los inmuebles baldíos o edificados, ocupados o desocupados estarán sujetos al pago del servicio. Deberá abonarse aun cuando los inmuebles carecieran de las instalaciones internas, o si teniéndolas, dichas instalaciones no se encontrasen conectadas a las redes domiciliarias”, dice el contrato.

Dato

30
años es el plazo de vigencia que tendrá la concesión. Para prorrogarla se deberá solicitar con seis meses de anticipación.

A partir de la entrada en vigencia del contrato, los neuquinos pasarán a pagar por el servicio de agua potable 26,64 pesos por cada metro cúbico consumido. Pero si además, el EPAS le presta el servicio de cloacas el precio a pagar por ambos será de 467,96 pesos por cada metro cúbico.
Esto se explica en el contrato: “en aquellos casos en que junto con el servicio de agua potable se preste el servicio de desagües cloacales, al importe facturado por agua potable exclusivamente se le adicionará un 80 por ciento, calculado sobre dicho importe en concepto de prestación del servicio de saneamiento”.
También se establecen mínimos consumidos para las diferentes clases de usuarios. Por ejemplo, se prevé un consumo mínimo de 30 metros cúbicos mensuales para todas aquellas casas habitaciones de hasta 70 metros cuadrados cubiertos y 180 descubiertos”.
A estos valores, se suman las tasas por uso y ocupación del espacio público y una tasa de fiscalización y control. Este es un punto que se pondrá en discusión al tratarse en el Deliberante.


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