fue un hecho aislado

Ricardo Maier fue asesinado el 13 de enero cuando tres delincuentes ingresaron a robar a su vivienda del barrio Limay Azul. Había comprado la chacra para construir junto a su esposa, una chacra educativa. Ayer comenzó el juicio por jurados.

A principios del año 2009, Roberto Maier junto a su esposa Isabel Gallegos y sus dos pequeñas fueron a vivir a China Muerta, en búsqueda de tranquilidad. Se alojaron en una chacra que habían comprado años atrás y que está ubicada en el lote 61 del barrio Limay Azul.

Fueron momentos de paz que perduraron por ocho años, hasta la noche del 13 de enero pasado cuando cuatro personas encapuchadas ingresaron a robar a la casa y le dieron un tiro en el cuello a Maier, cuando el hombre intentaba forcejear con los delincuentes. Tres días después, el hombre de 47 años falleció en el hospital Castro Rendón.

Ayer comenzó el juicio por jurados en el cual se busca determinar la responsabilidad en el hecho de Juan Carlos Fuentes, Vicente Isaac González y Alejandro Aarón Lizama. Los tres fueron imputados por homicidio en ocasión de robo, agravado por el uso de arma de fuego y en calidad de coautores.

La audiencia estuvo cargada de lágrimas desde el principio, porque la primer persona que declaró fue Gallegos, la esposa de Roberto.

“Si usted tuviera que describir cómo fue la vida desde el 2009 hasta el día en que ocurrió el hecho, ¿Qué diría?”, fue una de las primeras preguntas que realizó el fiscal Agustín García, y la mujer respondió sin titubear que “fue hermosa”.

De allí en más las emociones se apoderaron del recinto y en medio del relato, se oyeron los lamentos de los familiares de la víctima, quienes estaban sentados en la sala.

La mujer recordó como fue su vida antes del crimen y los sueños que compartía con su marido. Contó que ella es docente y que él trabajaba en una empresa que producía productos químicos para la industria petrolera. Habían comprado el lote en Limay Azul con el objetivo de crear una chacra educativa y que a principios del 2009 se mudaron al “lugar de sus sueños”, buscando paz, lejos de la vorágine de la capital provincial.

Gallegos describió a su marido como un hombre bueno y afirmó que era muy querido por sus vecinos. (Ver aparte).

Se habían conocido hace 25 años y en febrero hubieran cumplido 20 de casados. En ese tiempo tuvieron a sus dos hijas que ahora tienen 17 y 14 años. La más pequeña, fue testigo presencial del crimen.

Todavía con 13 años, vio como los cuatro encapuchados ingresaron a su casa, se trenzaron a golpes con Maier y luego le dispararon para luego huir del lugar.

Ella fue quien le dio los primeros auxilios a su padre, buscó una toalla y le hizo presión sobre la herida para detener la hemorragia. La joven pudo ver el rostro de uno de los agresores, que fue un aporte fundamental para elaborar el identikit que permitió la captura del grupo al que se le atribuye el homicidio.

Las próximas audiencias

La joven hija de Maier también va a declarar durante el juicio, su turno será mañana.

Para hoy están previstos los aporte testimoniales de todos los peritos policiales y de la justicia, que serán convocados por la fiscalía y el abogado querellante, Juan Coto. En el caso de los imputados, el defensor oficial Gustavo Barroso está a cargo de la defensa de Fuentes, mientras que González y Lizama cuentan con la asistencia técnica del abogado particular Carlos Vaccaro.

Ayer los vecinos de la víctima acompañaron a la familia en la vereda de las oficinas judiciales.

La más pequeña de las hijas de la víctima, de 13 años, presenció la brutal agresión. Mañana declarará como testigo.

Cronología de

tres días

El viernes 13 de enero pasado, a las 22, cuatro encapuchados ingresaron a la casa de Roberto Maier a robar y le dieron un tiro en medio de un forcejeo.

La víctima se encontraba con su hija de 13 años y una tía de 73 años.

Maier falleció el lunes 16 de enero en horas del medio día por un infarto cerebral. El disparo le había destruido la arteria carótida izquierda.

Sus vecinos cortaron la ruta para pedir justicia y seguridad.

El homicidio del hombre, no fue un hecho aislado para la fiscalía porque durante la jornada de ayer, el fiscal Agustín García ventiló que en los meses previos se habían contabilizado varios robos que tenían la misma modalidad: un grupo de encapuchados ingresaba a viviendas del sector, cuando los moradores se encontraban en casa, les robaban objetos de valor y luego huían en los vehículos de las víctimas.

Ese tipo de modalidad fue lo que llevó a los investigadores a sospechar del grupo integrado por Juan Carlos Fuentes, Vicente Isaac González y Alejandro Aarón Lizama.

Ayer un puñado de vecinos de la familia Maier se acercó hasta los edificios judiciales ubicados en Antártida Argentina al 300, para presenciar el inicio del juicio por jurados. Si bien no pudieron ingresar por la falta de espacio en la sala, el grupo aguardó en la vereda y dio su apoyo a la familia del fallecido.

La muerte de Roberto Maier de 47 años, generó un profundo malestar en la comunidad del paraje rural China Muerta y motivó una ola de reclamos a autoridades provinciales y de la municipalidad de Plottier para que se garantice la Seguridad del alejado sector y también una ambulancia.

El mismo día del fallecimiento, los vecinos optaron por cortar la ruta 22 para exigir justicia y obtener respuestas.

A principios del año 2009, Roberto Maier junto a su esposa Isabel Gallegos y sus dos pequeñas fueron a vivir a China Muerta, en búsqueda de tranquilidad. Se alojaron en una chacra que habían comprado años atrás y que está ubicada en el lote 61 del barrio Limay Azul.

Fueron momentos de paz que perduraron por ocho años, hasta la noche del 13 de enero pasado cuando cuatro personas encapuchadas ingresaron a robar a la casa y le dieron un tiro en el cuello a Maier, cuando el hombre intentaba forcejear con los delincuentes. Tres días después, el hombre de 47 años falleció en el hospital Castro Rendón.

Ayer comenzó el juicio por jurados en el cual se busca determinar la responsabilidad en el hecho de Juan Carlos Fuentes, Vicente Isaac González y Alejandro Aarón Lizama. Los tres fueron imputados por homicidio en ocasión de robo, agravado por el uso de arma de fuego y en calidad de coautores.

La audiencia estuvo cargada de lágrimas desde el principio, porque la primer persona que declaró fue Gallegos, la esposa de Roberto.

“Si usted tuviera que describir cómo fue la vida desde el 2009 hasta el día en que ocurrió el hecho, ¿Qué diría?”, fue una de las primeras preguntas que realizó el fiscal Agustín García, y la mujer respondió sin titubear que “fue hermosa”.

De allí en más las emociones se apoderaron del recinto y en medio del relato, se oyeron los lamentos de los familiares de la víctima, quienes estaban sentados en la sala.

La mujer recordó como fue su vida antes del crimen y los sueños que compartía con su marido. Contó que ella es docente y que él trabajaba en una empresa que producía productos químicos para la industria petrolera. Habían comprado el lote en Limay Azul con el objetivo de crear una chacra educativa y que a principios del 2009 se mudaron al “lugar de sus sueños”, buscando paz, lejos de la vorágine de la capital provincial.

Gallegos describió a su marido como un hombre bueno y afirmó que era muy querido por sus vecinos. (Ver aparte).

Se habían conocido hace 25 años y en febrero hubieran cumplido 20 de casados. En ese tiempo tuvieron a sus dos hijas que ahora tienen 17 y 14 años. La más pequeña, fue testigo presencial del crimen.

Todavía con 13 años, vio como los cuatro encapuchados ingresaron a su casa, se trenzaron a golpes con Maier y luego le dispararon para luego huir del lugar.

Ella fue quien le dio los primeros auxilios a su padre, buscó una toalla y le hizo presión sobre la herida para detener la hemorragia. La joven pudo ver el rostro de uno de los agresores, que fue un aporte fundamental para elaborar el identikit que permitió la captura del grupo al que se le atribuye el homicidio.

Las próximas audiencias

La joven hija de Maier también va a declarar durante el juicio, su turno será mañana.

Para hoy están previstos los aporte testimoniales de todos los peritos policiales y de la justicia, que serán convocados por la fiscalía y el abogado querellante, Juan Coto. En el caso de los imputados, el defensor oficial Gustavo Barroso está a cargo de la defensa de Fuentes, mientras que González y Lizama cuentan con la asistencia técnica del abogado particular Carlos Vaccaro.

Ayer los vecinos de la víctima acompañaron a la familia en la vereda de las oficinas judiciales.

La más pequeña de las hijas de la víctima, de 13 años, presenció la brutal agresión. Mañana declarará como testigo.

Cronología de

tres días

El viernes 13 de enero pasado, a las 22, cuatro encapuchados ingresaron a la casa de Roberto Maier a robar y le dieron un tiro en medio de un forcejeo.

La víctima se encontraba con su hija de 13 años y una tía de 73 años.

Maier falleció el lunes 16 de enero en horas del medio día por un infarto cerebral. El disparo le había destruido la arteria carótida izquierda.

Sus vecinos cortaron la ruta para pedir justicia y seguridad.

El homicidio del hombre, no fue un hecho aislado para la fiscalía porque durante la jornada de ayer, el fiscal Agustín García ventiló que en los meses previos se habían contabilizado varios robos que tenían la misma modalidad: un grupo de encapuchados ingresaba a viviendas del sector, cuando los moradores se encontraban en casa, les robaban objetos de valor y luego huían en los vehículos de las víctimas.

Ese tipo de modalidad fue lo que llevó a los investigadores a sospechar del grupo integrado por Juan Carlos Fuentes, Vicente Isaac González y Alejandro Aarón Lizama.

Ayer un puñado de vecinos de la familia Maier se acercó hasta los edificios judiciales ubicados en Antártida Argentina al 300, para presenciar el inicio del juicio por jurados. Si bien no pudieron ingresar por la falta de espacio en la sala, el grupo aguardó en la vereda y dio su apoyo a la familia del fallecido.

La muerte de Roberto Maier de 47 años, generó un profundo malestar en la comunidad del paraje rural China Muerta y motivó una ola de reclamos a autoridades provinciales y de la municipalidad de Plottier para que se garantice la Seguridad del alejado sector y también una ambulancia.

El mismo día del fallecimiento, los vecinos optaron por cortar la ruta 22 para exigir justicia y obtener respuestas.

mauro pérez

mauro pérez

Datos

La más pequeña de las hijas de la víctima, de 13 años, presenció la brutal agresión. Mañana declarará como testigo.
La más pequeña de las hijas de la víctima, de 13 años, presenció la brutal agresión. Mañana declarará como testigo.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios