El deber y el sentimiento

Vivimos con angustia la búsqueda de Agustín. Nos agobiaba la impotencia, la falta de pistas. ¿Dónde ir? ¿Dónde buscar? ¿A quién preguntar? ¿A quién pedir ayuda? Nuestras esperanzas vacilaban entre Dios y los hombres. Dios, todo el poder, todo el amor, toda la esperanza. ¿Y los hombres? ¿Qué respuesta habría de los hombres? ¡Nos olvidamos por completo que Dios se manifiesta a través de los hombres! Y aparecieron, silenciosamente, sin aspavientos. Algunos, previsibles; otros, impensados. Nos llenaron de asombro. De emoción. De esperanza. Allí anduvieron, trajinando las bardas de Neuquén, de día y de noche. ¡No son un paseo esos senderos escarpados y bordeados de espinas!

Recién al tercer día, dos policías del Cuerpo de Seguridad Vial de Cinco Saltos lo encontraron. Se trata del sargento 1º Castillo y el cabo 1º Barrera. Una cosa es cumplir con el deber, otra es poner el alma, el corazón y los mejores sentimientos al servicio de una tarea de ayuda, como ellos lo hicieron.

En Neuquén, el sargento Verón y el oficial Garrido y demás policías de las divisiones Seguridad Personal y Canes, comisaría 1ª y 4ª, pusieron todo su empeño en la búsqueda.

Betina, el profesor de Educación Física y residentes del Hogar María Madre de la Iglesia, Fernando, Matías y Romina, Maurito, Yayo, Nuria, Marita, Edgardo y Paula, Carina, Fabiola, Yoli y su amiga, y tantos más, transitaron incansablemente las bardas buscando a Agustín.

Gracias a todos. A los que recordamos y a los que olvidamos citarlos. ¡Nos han dado una magnífica lección de amor sin fronteras! ¡Que Dios los bendiga!

Familia de Agustín Exequías Yáñez

Joaquín E. Yáñez

DNI 7.302.833

Cipolletti


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