El desastre era con don Julio

juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar

El cierre perfecto del legado de Julio Grondona es la idea de su imprescindibilidad. Su presencia necesaria y decisiva. Porque estamos convencidos de que todo esto que está pasando con el torneo de los 30 equipos no hubiera pasado si él, don Julio, aún viviera. Esa idea, la que “con don Julio esto no pasa”, es la trampa definitiva de un poder que todavía parece gobernar las voluntades de una dirigencia que ya no se respeta a sí misma. La trampa revelada es que esto que pasa ya pasaba con don Julio. De hecho, fue una idea suya y de nadie más. Literalmente. Ahora que él ya no está físicamente a todos, incluidos los grondonistas, le resulta les resulta un proyecto imposible. A diferencia de los dirigentes que hoy (des)manejan el fútbol argentino, Grondona enfrentaba las contradicciones con total naturalidad. Si algo no pasaba con Grondona eran las tribulaciones que enfrenta Segura, tironeado entre los chicos y los grandes, entre los grondonistas duros y el grupo liderado por Angelici, D’Onofrio y Tinelli. La peor herencia dejada por Grondona acaso sea este puñado de dirigentes acomodaticios que nunca tuvo la necesidad de dirigir nada porque todo era la voluntad del Jefe. Ahora, que ese Jefe no está, no saben qué hacer. O sí, lo saben: volver atrás con el despropósito de los 30 en Primera. No lo hacen y prefieren males menores como por ejemplo vaciar de sentido a la B Nacional. Un Ascenso sin ascensos, sólo aquí podría ocurrir. O jugar un torneo de 30 equipos con descensos sólo para los 10 equipos que asciendan ahora.

río suelto


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