El Fondo es bueno, nosotros no

Por fin llegó el FMI. Es una tranquilidad para todos, el dólar se ha estabilizado y ahora sí haremos el esfuerzo final para combatir el déficit fiscal que nos agobia. No se puede vivir de lo que nos prestan los demás todo el tiempo. Son 70 años de atraso por la culpa de la corporación política argentina. Los que trabajan financian a los que no trabajan. Es mentira que las tarifas sean altas. Hablemos con la verdad y aceleremos la baja del déficit para fortalecer el crecimiento. Las condiciones del acuerdo con el Fondo las pondremos nosotros.

La frases reflejan el proceso de lobotomía mediática a las que estamos sometidos los argentinos en estos días. Se trata de una operación -como aquella vieja cirugía del cerebro que dejaba a las personas más tranquilas y amables- para que aceptamos la realidad que ya está aquí. Lo más difícil está comenzando ahora y será mayor aún en adelante.

Bajo algunos desajustes evidentes en la macroeconomía que traía la anterior gestión (ver aquí “La hora del ajuste necesario 30/11/13) bien se podrían haber realizado otro tipo de cambios y ajustes, pero en pesos, sin endeudarse desaforadamente en dólares con fundamento real en un cambio de modelo de país (el 17/3/16 dijimos aquí: “volver al endeudamiento externo para afrontar un modelo de ajuste acompasado, lento, dotando de dólares financieros al país –préstamos- que incentiven la fuga de capitales y aseguren un repago de deuda que será insostenible). El país en marcha es el de la primarización de la economía (sustento en la materia prima y no en la industria que asegura el desarrollo real) el alto endeudamiento y la baja movilidad social: la renta nacional se reparte de otra forma (ver aquí “las porciones de la torta “ 3/8/17). Las medidas llevadas adelante provocaron exactamente eso: desfinanciaron el Estado mediante eliminación de retenciones, pago del gasto estatal con dólares tomados a altísimas tasas de interés, o en pesos en impagables tasas (Lebacs), eliminación de liquidación de dólares a los productos que se exportan (no tienen obligación de volver al país). La inflación alcanza casi el 100% en menos de 3 años y el peso se devaluó cerca de un 150%. Se han cerrado este año varios acuerdos salariales al 15 %, acumulando éste una caída en el bienio 2016/17 del 4,2% (fuente: CELAG).

Ahora la solución para atajar el tremendo vencimiento parcial de Lebacs fue rifar 10.000 millones de dólares de reservas (dólares prestados por los que pagamos tasas de interés) para que se vayan del país libremente (pudiendo haber reestructurado con un bono compulsivo la totalidad de ellas, a cual llegaré en algún momento) o emitir un bono (BOTE) en pesos y dólares al 15,50% anual, con éxito total en este último caso. Por cierto, al 15,50% en dólares es mejor que el 6,5% que paga Etiopía por su emisión de deuda.

Repitamos algo respecto al déficit fiscal (ver aquí “La emboscada” 7/5/18): el pago de interés de deuda es y será cada vez más determinante en la formación del mismo. Los acontecimientos devaluatorios sucedidos estas últimas semanas han venido licuando los gastos del Estado, sobre todo salariales, jubilatorios y AUH. Ha sido un ajuste incentivado que la política no podía resolver mediante leyes y además pactado previamente con el FMI.

Así es señores, el Fondo bueno estaba en conocimiento de este desenlace y lo venía advirtiendo sobriamente en sus reportes periódicos cuando se refería a la Argentina, los cuales puede verse en su página web. Para eso abrió sus oficinas en Buenos Aires hace algunos meses –lo cual informamos en esta columna- y para eso vino su directora-gerente hace 60 días al país y cenó en la casa del Ministro de Hacienda. Hoy el Presidente de la Nación nos dice en conferencia de prensa que el FMI es un buen auditor que va a controlar los gastos y nosotros mostraremos todo, porque no hay nada que ocultar y con el Fondo potenciaremos el futuro.

Que quede claro: el FMI es una creación del sistema financiero occidental luego de finalizada la II Guerra Mundial y su principal objetivo es el repago de la deuda de los países endeudados con el sistema financiero. Llega para asegurar el pago de deuda y pone plata que aportan sus miembros para ello. Para asegurar el pago son necesarios excedentes de dinero y esos excedentes se generan con más actividad económica y desarrollo, o más ajuste fiscal que disminuye la nivelación social y activa la fuga de capitales obtenidos de los recursos naturales, de la ganancia del trabajo mal remunerado y la reducción de servicios sociales que justamente hacen más equilibrada y armónica la vida en sociedad.

El problema sistémico de la Argentina es la escasez de dólares para atender las necesidades de importación, pago de intereses y capital de deuda y fuga de capitales al exterior (se calcula que existen u$s 400.000 millones de argentinos en el exterior, Tax Justice Netword). Los dólares los hemos podido generar por cierto; se han ido del país o han servido para pagar casi u$s 190 mil millones durante el gobierno anterior por las política anteriormente aplicadas que se replican a la fecha… ¿esto ustedes lo sabían?

Está claro que persistimos en el modelo de fuga de capitales y la emisión de deuda -se viene un nuevo y enorme vencimiento de Lebacs el mes entrante- y veremos una nueva solución “mágica” de endeudamiento.

Les digo a todos: estos no son “bolsones en un convento ni plata guardada en bóvedas”. Esto es serio de verdad.

* Abogado. Docente de grado de Postgrado de la Facultad de Economía UNC.

El FMI busca asegurar el pago de la deuda. Son necesarios excedentes de dinero, que se generan con más actividad y desarrollo, o más ajuste fiscal que disminuye la nivelación social.

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El FMI busca asegurar el pago de la deuda. Son necesarios excedentes de dinero, que se generan con más actividad y desarrollo, o más ajuste fiscal que disminuye la nivelación social.

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