El hospital modular de Bariloche costó millones y se usa cuatro horas por día

Funciona como centro de hisopado, a pesar de que hasta se invirtió en dotar las camas de internación con una red de oxígeno. La autoridades sanitarias de la provincia evalúan qué destino le darán al edificio.

Solo un asiento de los 80 distribuidos por toda la sala estaba ocupado por una mujer que aguardaba nerviosa. La inquietud se disipó cuando una hisopadora salió del box 4 y le notificó que el test rápido había dado negativo.
“Menos mal… ¡qué tranquilidad! Estaba medio preocupada. Gracias, gracias”, le respondió, sin poder ocultar su alivio.

Eran las 11 del martes en el Centro Modular 18 de Bariloche, ubicado a metros del cruce de la avenida de los Pioneros y la ruta 82. Un cartel en el ingreso advierte que solo se hisopa de lunes a sábado de 9 a 13. La sala central estaba desierta. Dos empleados aguardaban la llegada de algún paciente con síntomas sospechosos; mientras que, en dos boxes, dos hisopadoras también esperaban. Los otros cuatro boxes permanecían cerrados.

Unas 20 o 25 personas concurren al centro sanitario por día, aseguran los mismos trabajadores. El pico del otoño con 50 hisopados diarios quedó atrás. “Viene un poco más de gente a la mañana, después baja”, reconoció uno de los empleados.

“Cada vez hay menos casos y, por lo tanto, menos positivos. Varía mucho la cantidad de gente que viene. Algunos prefieren venir acá antes que al hospital porque dicen que es más rápido o porque viven en la zona. ¿Cómo seguirá esto? No sabemos”, dijo una de las hisopadoras.

La estructura del hospital modular está ubicada en la ruta 82, a la altura del kilómetro 8,500. Foto: Chino Leiva

En la parte trasera del edificio principal, hay otra estructura de igual proporciones en la que se diseñaron consultorios y una sala de internación. Hasta ahora no se puso en funcionamiento porque, según indicaron los especialistas, el sistema de mayor complejidad se armó en el hospital. “Por suerte, no hubo necesidad”, manifestaron.

En septiembre del 2020, el gobierno nacional anunció la construcción de hospitales modulares en 18 localidades turísticas del país para cubrir un posible aumento de contagios en la temporada de verano. Sin embargo, el centro sanitario de Bariloche recién se inauguró a comienzos de mayo, cuatro meses después de lo previsto, solo como centro de hisopados.

Hasta el último lunes, la ciudad cordillerana contaba con 141 casos activos de Covid-19 y contadas internaciones por casos graves. La curva sigue en descenso desde agosto. Con la baja de contagios, hay menos testeos y los recursos se redistribuyeron nuevamente para cubrir las nuevas demandas.

Santillán, jefe del Departamento Técnico del hospital Ramón Carrillo. Foto: Chino Leiva

¿Cuál será el destino de las instalaciones del centro modular en Bariloche? Todavía es un enigma. “Hay que tener en cuenta que esto es de Nación. Tiene un año de garantía, desde el día de la inauguración. A partir de ahí, pasaría al sistema público de la provincia”, explicó Enrique Santillán, jefe del Departamento Técnico del hospital Ramón Carrillo.

Las opciones que se barajan son varias aunque todavía no hay nada definido. Se evalúa reacondicionar el lugar para crear “policonsultorios” o poner un nuevo centro de salud que cubra esa zona del oeste. Otra opción es que el lugar funcione como sede del Sistema de Emergencias Médicas de Río Negro (Siarme) o como centro de rehabilitación post Covid. También se pensó en la posibilidad de crear un centro de atención de urgencias y un minilaboratorio.

“Hoy tenemos pocos hisopados. Esta merma va de la mano de lo que pasa en el país”, señaló Santillán.


La pandemia les dio un respiro


En el último tiempo, se volvió a reestructurar el sistema que implicó una redistribución de los trabajadores que habían sido abocados a la contingencia. “Hoy tenemos una mayor demanda en el hospital con cirugías pendientes y consultorios externos. Tenemos una demanda altísima: desde los últimos dos meses y medio, tenemos unas 4.500 llamadas por día en el call center”, destacó Santillán.

La pandemia obligó al hospital de Bariloche a cambiar la modalidad para brindar turnos. La herramienta del call center (para solicitudes de turnos por teléfono) permitió aminorar la circulación en gran medida.

Hoy, las autoridades del hospital Ramón Carrillo miran con atención el trabajo de los hospitales Posadas y Garrahan, en Buenos Aires. En este sentido, Bariloche se encamina a instalar definitivamente un sistema web de turnos y de WhatsApp. “Un estudio que hemos realizado arrojó que el 80% de la población tiene acceso al WhatsApp y quien no tenga acceso, podría acercarse a cualquier centro de salud”, indicó Santillán.


Para Las Grutas fue un aporte indispensable


El hospital modular de este balneario está trabajando a pleno, porque allí funcionan varios servicios estratégicos, como guardia para emergencias, laboratorio, farmacia, rayos e internación.

Ocurre que el módulo llegó mucho antes de que se finalizara el flamante hospital. Y pese a que demoró 4 meses en abrir sus puertas, el lugar sirvió para diversificar la oferta sanitaria, que, hasta entonces, estaba acotada al escueto espacio del antiguo hospital y a un centro periférico.

Ahora, con la inauguración del nuevo hospital (que es 7 veces más grande que el anterior) desde Salud están definiendo cuáles serán las especialidades que se destinen allí.

“Lo que tenemos planeado, además, es agrandar su espacio interior, para que los consultorios queden más amplios. Ahora hay boxes, pero quitando algunas de las divisiones se puede organizar una circulación distinta, para que haya mayor comodidad para prestar los servicios” manifestó Viviana Salas, la directora del hospital Violeta Villalobos.

Si bien el nuevo edificio se inauguró días atrás la mudanza está siendo paulatina, y recién en noviembre atenderán allí al 100%. “Mientras tanto estamos evaluando qué prestaciones quedarán en el modular y cuáles no” subrayó Salas. Además, destacó que su ubicación es estratégica, porque “quedó en diagonal a la nueva construcción”.

El módulo llegó a Las Grutas en febrero del año pasado, pero estuvo ocioso hasta mayo, porque recién ese mes fue equipado para comenzar a funcionar.

A partir de allí fue clave para la atención de los pacientes de Covid, porque en él, pese a sus escasas camas, se internaron algunos pacientes, debido al colapso del área de internación del hospital de San Antonio, que por largo tiempo tuvo su capacidad plena.


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