El impacto de la sequía en los sistemas ganaderos

El déficit hídrico afecta la cordillera, precordillera y áreas de influencia. Especialistas del INTA impulsan la emergencia agropecuaria y proponen adecuar el manejo ganadero.

Redacción

Por Redacción

Por INTA Bariloche

Bajas históricas. Las cuencas hídricas de la región muestran los niveles más bajos de los últimos años.

Desde el punto de vista productivo, la falta de precipitaciones y nieve durante este invierno reducirá la disponibilidad de alimento y agua para los animales. Este periodo crítico exige reajustar el manejo del ganado para reducir el impacto de la sequía a corto y mediano plazo.
“Desde el INTA estamos evaluando las consecuencias para la zona precordillerana y cordillerana de Neuquén, ya que depende de las lluvias del invierno para diagramar y planificar la producción ganadera en la primavera –verano”, explicó Marcos Easdale, investigador del INTA Bariloche.
De acuerdo con un informe presentado por el Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias del INTA Bariloche, la cuenca del río Neuquén –zona norte– registró un 60% menos de precipitaciones, mientras que para la cuenca del río Collón Curá –zona centro– y la del río Limay –zona sur– esa merma osciló entre el 40 y 50%. Lo mismo ocurrió con la acumulación de nieve en alta montaña que se redujo en un 90% en la zona norte y en un 51% y 73% en las zonas centro y sur, respectivamente.
“Esto significa que las reservas en forma de nieve en alta montaña son muy escasas y condicionan la disponibilidad de agua para el verano y otoño”, señaló Easdale, y agregó que: “Aunque llueva en los próximos meses, este escenario es desfavorable y no podrá revertirse durante el verano. Es muy probable que se extienda hasta el otoño-invierno del 2022 y que ese periodo sea el momento más crítico a nivel productivo”.

“Aunque llueva en los próximos meses, este escenario no podrá revertirse en el verano. Es muy probable dure hasta el otoño del 2022”

Marcos Easdale, Investigador del INTA Bariloche


Desde el punto de vista productivo, este escenario provocará una menor cantidad de agua disponible en las aguadas y, al mismo tiempo, habrá menos pasto disponible para los animales. De acuerdo con los especialistas, las áreas de invernada de los animales en zona norte y sur de la provincia registran muy bajos niveles de productividad de los pastizales, mientras que en la zona centro la evolución de las pasturas dependerá de las lluvias que ocurran durante la primavera (especialmente entre septiembre y noviembre).
Frente a la reducción de la oferta forrajera, los especialistas recomiendan readaptar el manejo ganadero para cuidar el pastizal. Para eso, hay que ubicar los lugares con mejores pastos en el campo y planificar un uso adecuado para evitar cargar ese sector y sobrepastorearlo.
Otro aspecto fundamental es ajustar la cantidad de animales para el verano y otoño próximo, adecuando el número de cabezas a la cantidad de pasto y agua disponible. Para Daniel Castillo –profesional del INTA Bariloche–, disminuir el número de animales permitirá reducir la mortandad: “Cada animal consume los recursos que hoy escasean. Por eso, hay que sacar del campo aquellos animales viejos, enfermos o que ya no dan cría normalmente, y priorizar categorías como las hembras que se pueden subir a la veranada”.
Asimismo, es aconsejable prestar atención a la condición de las ovejas, cabras y vacas preñadas para iniciar de forma temprana la recuperación de esos animales para el año próximo. En esa línea, Juan Pablo Mikuc –técnico del INTA Chos Malal– recomendó revisar a las madres para detectar aquellas que tengan bajo peso y suplementar con pasto y grano antes de la parición. “Luego de las pariciones, hay que planificar un destete rápido de los chivitos, corderos y terneros, para intentar vender la crianza lo antes posible y alivianar el campo para tener menos animales en la veranada”, indicó Mikuc.

Afectado. El manejo del ganado, clave en sequía.


Por otra parte, el déficit de precipitaciones afectará la disponibilidad de agua para bebida. Según Valeria Aramayo –investigadora del INTA Bariloche– es posible aprovechar el agua de vertientes y arroyos con una captación segura y eficiente. Además, se puede acumular el agua en tanques, o reservorios cerrados para utilizarla durante el próximo verano-otoño. “Es recomendable distribuir aguadas o bebederos en todo el campo y asegurar el agua en los lugares donde tiene los mejores pastizales”, señaló Aramayo, y aconsejó controlar periódicamente las aguadas para verificar que la cantidad de agua sea suficiente para los animales, sobre todo al momento de las pariciones y durante el crecimiento de las crías.
Aunque la sequía es un fenómeno recurrente en los ecosistemas pastoriles, sus efectos son cada vez más pronunciados y prolongados. “La emergencia obliga a que las decisiones de manejo productivo se tomen con una perspectiva de corto plazo y mediano plazo. Al mismo tiempo, necesitamos cambiar el paradigma de producción y avanzar con rapidez para integrar las estrategias, tecnologías y políticas públicas que permitan promover la capacidad de adaptación de los sistemas productivos a los cambios en el ambiente”, concluyó Easdale.

Datos

60%
La merma en las precipitaciones que se registró este año en la cuenca del RíoNeuquén.
90%
La reducción en la acumulación de nieve en la zona norte.

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