El juicio por torturas seguida de muerte según la defensa de los penitenciarios

Los penitenciarios que asisten al juicio por torturas seguidas de muerte en Neuquén están excarcelados: llegan y se van en libertad, y descansan en la vereda durante los cuartos intermedios cuando el debate se hizo extenso.

Se trata del jucio por la muerte de Argentino Pelozo Iturri, que ocurrió en la ex U9 en abril de 2008 y llegó este año al debate oral.

“Las acusaciones no tienen sustento, la fiscalía no está pudiendo probar su caso”, sostuvo Carlos Vaccaro, uno de los cuatro defensores de los penitenciarios imputados por torturar al interno hasta causarle la muerte. Vaccaro se ocupa de la defensa de 8 de los 15 penitenciarios. De la mayoría del personal de la requisa, del médico del penal y un enfermero que estuvo con Pelozo Iturri durante la agonía.

Los otros defensores son Gonzalo Cáceres, Pedro Pugliese, Juan Coto y el defensor oficial federal Nicolás García.

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Los penitenciarios están acusados de permitir la tortura, de falsificar documentos públicos para ocultarla y de no denunciar, el jefe regional de la Región Sur los penales federales en 2008, Gabriel Grobli, al igual que el director y el subdirector de la U9 en ese momento.

Debido a la gravedad de la acusación, no habrá medias tintas en una eventual condena: habrá un dictamen de fuertes condenas o se dictaminará absolución.

A excepción del médico de la unidad que atendió al interno Argentino Pelozo Iturri cuando agonizaba, Juan Carlos Heredia, ninguno quiso dar su versión de los hechos.

“Al médico y al enfermero se los acusa de no haber denunciado las torturas; en el lugar estaba presente el subdirector de la unidad, si era el oficial de alto grado cómo se pretende que un enfermero realice la denuncia”; cuestionó Vaccaro. Insistió en que “la fiscalía no está pudiendo probar que los hechos fueron como se describe”.

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Sobre la actuación de la requisa, Vaccaro indicó que “semejante paliza” descripta por la fiscalía y la procuración penitenciaria “implicaría una cantidad de lesiones impresionantes que no están descriptas”, dijo. El abogado sostuvo que la documentación indica de lesiones anteriores al arribo de Pelozo a Neuquén.

“Es indudable que Pelozo Iturri fue maltratado dentro del servicio penitenciario de Ezeiza y en otros lugares porque tenía lesiones de larga data; y que cuando se lo alojó en Neuquén no se le dio la atención adecuada, pero eso no es responsabilidad de mis defendidos”; sostuvo.

Vaccaro mantuvo como argumento de defensa que el interno llegó a Neuquén delicado de salud por golpizas producidas con anterioridad y que en la U9 le dio un ataque cardíaco, producto del mal estado de salud y de la suspensión de una medicación psiquiátrica.

“Se acusa a mis defendidos de falsificar una historia médica, pero lo que se consignó sólo fue una medicación que no fue suministrada”, justificó el defensor particular.

Según Vaccaro “Pelozo llegó de Ezeiza muy lesionado, la querella de la procuración presentó peritos médicos que contradicen lo que dice el cuerpo médico forense de Neuquén, pero hay certificaciones de lesiones de más de 4 días antes del deceso”, sostuvo.

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Para Vaccaro “es indudable que no se le dio atención adecuada” al interno, pero “de ahi que hubiesen hecho de lo que se les acusa, no hay relación. Pelozo termina con un paro cardíaco porque estaba medicado y se le suspendió la medicación, se lo encerró en el pabellón 10 (de castigo) en una celda en el sótano, con una ventanilla con rejas a la altura del piso; una serie de cosas que se hicieron mal que no son responsabilidad de mis representados”; finalizó.

Como ya publicó “Río Negro” tanto la fiscalía como la procuración penitenciaria sostuvieron que hay prueba suficiente para lograr condenas para los 15 acusados.

Los alegatos acusatorios fueron este lunes, mientras que el equipo de defensores públicos y privados hará sus alegatos el viernes. La sentencia será en febrero de 2019.