Cientos de personas repudiaron en Bariloche las restricciones de Nación y el confinamiento

La protesta se hizo en el Centro Cívico y congregó a manifestantes de varios sectores afectados por las medidas impuestas por el gobierno nacional para contener la segunda ola de la pandemia causada por el nuevo coronavirus.

En el Centro Cívico se respiraba esta tarde de martes mucha bronca e indignación, que ni el viento gélido que soplaba desde la Cordillera podía aplacar. Cientos de personas se concentraron en el corazón de Bariloche para manifestar su descontento con el confinamiento dispuesto por el presidente Alberto Fernández para tratar de frenar el impacto de la segunda ola de la pandemia, causada por el nuevo coronavirus en el país.

Algunos manifestantes optaron por protestar desde sus autos. Por eso, formaron una extensa caravana que dio varias vueltas por el centro de la ciudad, mientras hacían sonar sus bocinas. Cuando pasaban por el Centro Cívico saludan a los manifestantes que soportaban arropados con gruesas camperas y gorros las bajas temperaturas.

Decenas de personas se movilizaron en una extensa caravana de vehículos, que circuló por el centro de Bariloche haciendo sonar las bocinas como forma de protesta. (Foto Alfredo Leiva)

Hubo un roce con algunos policías que había cortado el acceso a la plaza, pero el personal policial levantó el corte de calle tras los reclamos furiosos de los manifestantes.

Los organizadores habían convocado a las 16 la protesta. Algunos esperaban una afluencia mucho mayor de asistentes. Otros estaban conformes porque el clima no acompañaba para nada.

En el Centro Cívico se reunieron desde comerciantes que reclamaban por su derecho a trabajar. Planteaban que eran esenciales porque los comercios son fuentes de trabajo de cientos de personas. Y protestaban por las restricciones que redujeron el horario y la modalidad de la actividad de los comercios.

También hubo personas que concurrieron para expresar su rechazo a las restricciones porque entienden que coartan sus derechos y garantías. Abundaron las banderas argentinas, en sintonía con la conmemoración del 25 de Mayo.

Muchas banderas argentinas acompañaron la manifestación. (Foto Alfredo Leiva)

Hubo padres y madres con carteles que pedían el regreso de las clases presenciales. Jubilados que repudiaban una nueva cuarentena. Durante la concentración se escucharon fuertes críticas a las medidas implementadas por el gobierno de Fernández para combatir la pandemia causada por el nuevo coronavirus. También, hubo algunos manifestantes antivacunas y negacionistas de la pandemia. Aunque la amplia mayoría portaba barbijos, casi no hubo distanciamiento social.

La mayoría de las críticas apuntaron contra el gobierno de Fernández, con la inclusión de la vicepresidenta Cristina Fernández. En segundo lugar, quedó la gobernadora Arabela Carreras al momento de los cuestionamientos y muy cerca el intendente Gustavo Gennuso.

Jubilados se sumaron al reclamo y expresaron su descontento con las medidas que impuso el Presidente. (Foto Alfredo Leiva)

“Me parece una falta de respeto a la gente que después de un año no se hayan tomado las medidas adecuadas”, se quejó María Inés Lambar. “Se llenaron la boca hablando del hospital modular y resulta que ahora solo sirve para testeos y una vergüenza que lo hayan venido a inaugurar”, afirmó. “Y lo primero que se les ocurre es ponernos un bozal y encerrarnos”; criticó.

“Quiero ver los sueldos del Presidente y hasta del último de los secretarios”, exigió. Aclaró que no tenía un comercio ni dependía de esa actividad. “Tenemos que empezar a tener una democracia más representativa”, planteó. A su lado, se sumaba a los reclamos Evelia Castro, que cuestionaba a la clase política.

“Trabajo en salud y tengo cuatro paradas de Policía para llegar a mi casa. ¿Esto es una democracia?”, preguntó María. Afirmó que medio Bariloche “está fundido”. “Que equipen los hospitales. Por la corrupción que hay en Bariloche hay una ampliación del hospital cerrada”, recordó.

Comerciantes reclamaron por el derecho a trabajar. (Foto Alfredo Leiva)

Santiago Risso explicó que estaba en la protesta para reclamar por la libertad y la reapertura de los comercios. “El encierro no es ninguna solución. Pasamos más de un año encerrados y no me dejan trabajar, pero sigo pagando impuestos”, sostuvo.

“Que vacunen, que se refuercen los sistemas de salud, que bajen los sueldos de los políticos”, pidió Diego Arroyo. “Que esta vez, el esfuerzo lo hagan los políticos, porque el pueblo ya hizo el esfuerzo y no aguanta más”, aseguró.

Hubo manifestantes que repudiaron la política sanitaria que el gobierno nacional implementó para combatir la pandemia. (Foto Alfredo Leiva)

¡Estoy harta de que no nos dejen laburar, de que la gente se muera de hambre, de que la gente se vacune como ganado!”, exclamó, indignada Astrid. “¡Estoy harta, harta de 37 años de peronismo!”, remató.

“Estoy cansada de esta política sanitaria, que es una mentira”, aseveró una mujer que no portaba barbijo. Otra mujer a su lado afirmaba que el covid “era una gripe más” y ponía en duda la eficacia de los tests y las PCR para detectar a las personas contagiadas.

Cuando se les recordaba las personas que se mueren todos los días como consecuencia de la covid-19 en los hospitales y sanatorios, respondían que los tratamientos no eran los indicados. “No le creo a los médicos”, expresó una tercera mujer que formaba parte del grupo. “¿Para qué el nombre? No hace falta”, replicó la mujer de buzo rojo y campera, que portaba una bandera argentina.

El reclamo por el retorno de las clases presenciales estuvo en el Centro Cívico. (Foto Alfredo Leiva)

Los manifestantes marcharon por la calle Mitre al ritmo de los bocinazos de decenas de autos que formaban la caravana. Muy pocos comercios estaban abiertos. Algunas de las personas salieron a la vereda a aplaudir en señal de apoyo a la manifestación, a la que se sumaron dirigentes vinculados con partidos de la oposición al gobierno nacional.

En la marcha hubo además jóvenes que reclamaban por sus derechos y libertades. No se observaron en el Centro Cívico trabajadores de sectores que están afectados en forma directa por el confinamiento, como aquellos que trabajan en la construcción privada. Tampoco, se escucharon expresiones de personas desocupadas, personal del hospital Ramón Carrillo, de un sanatorio o que ponen el hombro en los comedores barriales. Allí, las prioridades son otras.


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