El plantel de los tres equipos: se estira la brecha entre Boca y el resto

Boca recuperó a dos de sus mejores soldados, mantuvo a las dos joyas y sigue incorporando. Mientras sus competidores pierden piezas, al xeneize le sobran para armar casi tres equipos. El rol de Angelici, clave a la hora de negociar.

Ponerse fino con la financiación del fútbol es querer hacer pie en un terreno pantanoso. Así como es muy difícil obtener pruebas sobre la limpieza o no de ese dinero, también es complicado exceptuar a algún club de los manejos turbios, más propios del sistema económico que del deporte en sí.

Pero la situación de Boca respecto de sus competidores amerita una referencia porque el súper plantel crece en medio de la crisis de sus pares. La consecuencia deportiva de ello es la falta de competitividad, sobre todo en el ámbito doméstico.

Más allá de la condición dominante de Boca, lo que sorprende es la capacidad de compra en el mercado local, algo que la globalización del deporte había frenado. Los pibes de los clubes chicos ya no necesitan pasar por uno de los cinco grandes para irse al exterior. Sin embargo, algunos eligen al club de la ribera por diferentes razones.

Mauro Zárate había estado cerca de River hace algunos años. Después de afirmar que no jugaría en otro equipo que no fuera Vélez tras el regreso al club de sus amores, el delantero decidió emigrar a Boca.

Además, Daniel Angelici se encargó una y otra vez de blindar a sus figuras. La cláusula de rescisión de Cristian Pavón es muy alta, y por ende también lo es su contrato. Lo mismo sucede con Wilmar Barrios.

La lesión de Frank Fabra le abrió la puerta de la titularidad a Emmanuel Más, pero igual la directiva avanzó gestiones por Lucas Olaza, el lateral de mayor proyección de la Superliga.

Lisandro Magallán estaba por irse, entonces se aceleraron las negociaciones por Izquierdoz. El ex Lanús llegó a pedido del DT, pero al final Magallán no se fue.

En el medio tiene seis jugadores para tres puestos: Barrios, Pérez, Gago, Nández, Reynoso y Cardona.

Adelante sucede lo mismo: Tévez, Zárate, Wanchope, Benedetto, Pavón y Espinoza para tres lugares. Todo esto sin mencionar que los 2 laterales derechos -Jara y Buffarini- pueden ser volantes eventualmente. Además, dejaron ir a Sebastián Pérez.

Los mellizos confiaron en un arquero que flaqueó en sus últimas actuaciones. Tienen otro en el banco ( Sara), pero van por un tercero de mayor jerarquía como Rulli y Nahuel Guzmán.

Esta cantidad de nombres pesados se suma a una decena de pibes de inferiores que pintan bien, caso Gonzalo Maroni. El enganche muestra cosas interesantes pero el técnico no lo pone.

Boca se da ese lujo. Un exceso que ya es vulgar. Ha ocurrido, pero lo inédito es la cantidad en el mismo ecosistema donde el resto hace lo que puede.

No es una locura pensar que la posición política que ocupa Angelici como parte de la mesa chica de Macri tiene estrecho vínculo con este contexto. Tampoco sería la primera vez en las páginas futboleras…


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